En su reciente mensaje a los participantes del 6º Encuentro Continental Americano de la Acción Católica realizado en México, el Papa Benedicto XVI recordó que para poder hacer frente a los desafíos actuales de la sociedad los cristianos necesitan tener una adecuada formación intelectual y una profunda vida espiritual.
En el mensaje firmado por el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, el Santo Padre animó a los participantes del evento a "profundizar en el papel fundamental de los laicos en la construcción de una sociedad más humana, que responda al proyecto original de Dios sobre la humanidad".
"Al mismo tiempo, y siendo conscientes de los múltiples desafíos que los cristianos han de afrontar en el mundo actual", el Papa exhorta a "prestar cada vez más atención a la necesidad de una adecuada formación y de una profunda vida espiritual en los fieles, que tenga en cuenta seriamente la experiencia de fe en Dios, ya que el desarrollo necesita cristianos con los brazos levantados hacia Dios en oración, cristianos conscientes de que el amor lleno de verdad, 'Caritas in veritate', del que procede el auténtico desarrollo, no es el resultado de nuestro esfuerzo, sino un don".
El encuentro, que tuvo por lema "Vida, pan, paz y libertad; laicos de Acción Católica en la ciudad para un mundo más humano", congregó a 30 delegaciones de México, Argentina, Perú, Nicaragua, Estados Unidos, Guatemala, Colombia y Ecuador.
El Papa Benedicto XVI se ha convertido en el sétimo Pontífice más anciano desde 1400, según revela un estadista de Estados Unidos. Sin embargo, en palabras del mismo Santo Padre, la edad no es tan importante como la sabiduría.
Anura Guruge es un experto de sistemas de IBM interesado en la historia papal. El lunes presentó en su sitio web www.popes-and-papacy.com (en inglés) una relación de los Papas más ancianos, el día en que Benedicto XVI se convirtió en el sétimo de la lista, detrás del recordado Juan Pablo II quien falleció a los 84 años.
Guruge explica que no ha incluido a todos los Pontífices en su listado, sino a aquellos posteriores a 1400 pues los datos previos "pueden ser no confiables o no están disponibles y por lo mismo pueden considerarse no prácticos para un análisis significativo".
Según su esta lista, si el Papa Benedicto XVI viviese hasta el año 2015 podría superar a Clemente XII quien actualmente ocupa el segundo lugar por haber fallecido a los 87 años. En el primer lugar de la lista está el autor de la encíclica Rerum Novarum, León XIII, quien murió en 1903 a la edad de 93 años.
El mencionado sitio web señala además que el Cardenal Joseph Ratzinger fue el quinto Papa más anciano al momento de su elección con los 78 años que acababa de cumplir cuando fue elegido en el cónclave en abril de 2005.
El artículo de Guruge fue presentado ayer por Radio Vaticana y comenta que la estadística señala "un nivel más profundo de reflexión, si lo vemos desde otra perspectiva. Sugiera una característica espiritual propia del ministerio petrino" ligada al valor de la longevidad, que el mismo Papa Benedicto XVI resaltó en una homilía ante cardenales y obispos en noviembre de 2008.
En aquella ocasión el Santo Padre señaló que "Es cierto, la honorable edad avanzada no es sólo cuestión de ancianidad, sino sabiduría y una existencia pura, sin malicia… El mundo considera que quien vive una larga vida es afortunado, pero Dios, más que la edad, mira la rectitud del corazón. El mundo le da crédito a los ‘sabios’, a los ‘instruidos’, mientras que Dios prefiere a los ‘pequeños’".
"Dios es la verdadera sabiduría que no está necesariamente en la edad. Él es la riqueza genuina que no pasa, Él es la felicidad a la que el corazón de todo hombre aspira profundamente", dijo.
CASTEL GANDOLFO, domingo, 18 de julio de 2010 (ZENIT.org).-Publicamos las palabras que dirigió este domingo a mediodía Benedicto XVI al rezar la oración mariana del Ángelus junto a los peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
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Queridos hermanos y hermanas:
Nos encontramos ya en el corazón del verano, al menos en el hemisferio boreal. En este tiempo, están cerradas las escuelas y se concentra el mayor período de vacaciones. También se reducen las actividades pastorales de las parroquias, y yo mismo he suspendido durante un período las audiencias. Es, por tanto, un momento favorable para dar el primer lugar a lo que es efectivamente más importante en la vida, es decir, la escucha de la Palabra del Señor. Nos lo recuerda también el Evangelio de este domingo, con el célebre episodio de la visita de Jesús a la casa de Marta y María, narrado por san Lucas (10, 38-42).
Marta y María son dos hermanas; tienen también un hermano, Lázaro, que sin embargo en este caso no aparece. Jesús pasa por su pueblo y, según dice el texto, María le recibió en su casa (Cf. 10, 38). Este detalle da a entender que, entre las dos, Marta es la más anciana, la que gobierna la casa. De hecho, después de que Jesús se había instalado, María se sienta a sus pies y le escucha, mientras que Marta está totalmente ocupada por los muchos servicios, debidos ciertamente al huésped de excepción. Parece que estamos viendo la escena: una hermana se mueve ajetreada, y la otra queda como arrobada por la presencia del Maestro y por sus palabras. Después de un rato, Marta, evidentemente resentida, no aguanta más y protesta, sintiendo que además tiene el derecho de criticar a Jesús: "Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude". ¡Marta querría incluso dar lecciones al Maestro! Sin embargo, Jesús, con gran calma, responde: "Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada" (10, 41-42). La palabra de Cristo es clarísima: no desprecia la vida activa, y mucho menos la generosa hospitalidad; pero recuerda el hecho de que la única cosa verdaderamente necesaria es otra: escuchar la Palabra del Señor; ¡y el Señor en ese momento está allí, presente en la Persona de Jesús! Todo lo demás pasará y se nos quitará, pero la Palabra de Dios es eterna y da sentido a nuestra acción cotidiana.
Queridos amigos: como decía, esta página de Evangelio es particularmente adecuada para el tiempo de vacaciones, pues recuerda el hecho de que la persona humana ciertamente tiene que trabajar, empeñarse en las ocupaciones domésticas y profesionales, pero tiene necesidad ante todo de Dios, que es luz interior de Amor y de Verdad. Sin amor, incluso las actividades más importantes pierden su valor, y no dan alegría. Sin un significado profundo, todo nuestro actuar se reduce a activismo estéril y desordenado. Y, ¿quién nos da el Amor y la Verdad, sino es Jesucristo? Aprendamos, por tanto, hermanos, a ayudarnos los unos a los otros, a colaborar, pero antes incluso a escoger juntos la mejor parte, que es y será siempre nuestro bien más grande.
[Tras rezar el Ángelus, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. En español, dijo:]
Saludo a los peregrinos de lengua española, así como a los que se unen a esta oración del Ángelus a través de la radio y la televisión. Siguiendo el Evangelio de hoy, invito a todos a ser bien conscientes de que sólo una cosa es necesaria, Dios mismo, así como a escuchar y practicar la palabra del Señor, para que se fortalezca nuestra esperanza y crezca nuestro amor. Que María nos acompañe y nos ayude en este camino de fe. Feliz Domingo.
[Traducción de original italiano realizada por Jesús Colina]
Al comentar el pasaje del Buen Samaritano en Castel Gandolfo
CASTEL GANDOLFO, domingo, 11 julio 2010 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI considera que el programa del cristiano consiste en tener un corazón unido a Dios para descubrir a los necesitados y salir en su ayuda.
Así lo explicó este domingo al rezar la oración mariana del Ángelus junto a los peregrinos congregados por primera vez en este verano en el patio del palacio apostólico de Castel Gandolfo.
"El programa del cristiano, aprendido de la enseñanza de Jesús, es ‘un corazón que ve' dónde hay necesidad de amor, y que actúa coherentemente", afirmó al comentar el pasaje evangélico del Buen Samaritano que presentaba este domingo la liturgia.
Según el obispo de Roma, esa parábola debe llevar a los creyentes "a transformar nuestra mentalidad según la lógica de Cristo, que es la lógica de la caridad: Dios es amor y rendirle culto significa servir a los hermanos con amor sincero y generoso".
"Esta narración evangélica ofrece la ‘unidad de medida', es decir, la universalidad del amor que se dirige hacia el necesitado encontrado ‘casualmente', quienquiera que sea", dijo citando su primera encíclica, Deus caritas est (n. 25).
Y si esto es válido con todos, debe serlo particularmente en la Iglesia, "familia", donde "ninguno de sus miembros sufra por encontrarse en necesidad".
El Papa invitó a que, en este tiempo de vacaciones, "nuestros corazones no pierdan nunca de vista la Palabra de Dios y a los hermanos en dificultad".
El Papa Benedicto XVI animó a los jóvenes del mundo a participar en la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se celebrará en Madrid, España, en agosto de 2011 y les pidió que “se dejen conquistar por el amor de Cristo Jesús, el Hijo de Dios y de María, el amigo fiel, el vencedor del pecado y de la muerte”.
Al recibir al Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo de Madrid, y los miembros de la Fundación "Madrid vivo", promotores de la próxima JMJ, el Papa señaló que “son muchos los jóvenes que tienen puestos sus ojos en esa hermosa ciudad, con el gozo de poder encontrarse en ella, dentro de pocos meses, para escuchar juntos la Palabra de Cristo, siempre joven, y poder compartir la fe que los une y el deseo que tienen de construir un mundo mejor, inspirados en los valores del Evangelio".
Benedicto XVI invitó a todos "a seguir colaborando generosamente en esta bella iniciativa, que no es una simple reunión multitudinaria, sino una ocasión privilegiada para que los jóvenes de vuestro país y del mundo entero se dejen conquistar por el amor de Cristo Jesús, el Hijo de Dios y de María, el amigo fiel, el vencedor del pecado y de la muerte. Quien confía en Él, jamás queda defraudado, sino que halla la fuerza necesaria para elegir el camino justo en la vida".
El Santo Padre aseguró a los presentes y a sus familias un recuerdo "en la oración, pidiendo a Dios que bendiga los esfuerzos que estáis realizando para que la próxima Jornada Mundial de la Juventud alcance copiosos