sábado, 26 de diciembre de 2015

Jóvenes sigan el camino del bien




Al recibir a los chicos y chicas de la rama juvenil de la Acción Católica Italiana, el Papa Francisco los invitó a recorrer el camino del bien, del perdón, de la paz y de la solidaridad, en contraposición al mal, a la venganza, a la guerra y al egoísmo. En el día de su cumpleaños, en que recibió de regalo una torta, además de las felicitaciones cantadas, con expresiones de afecto y parabienes, el Obispo de Roma los saludó con cariño afirmando que es siempre bello para él celebrar este encuentro cuando se acerca la Navidad para intercambiar las felicitaciones. Y a través de ellos el Santo Padre extendió su saludo navideño y, también por el año nuevo, a todos los que forman parte de esta asociación.

sábado, 19 de diciembre de 2015

No al fundamentalismo, enfermedad también católica





El fundamentalismo es una enfermedad de todas las religiones, y nosotros católicos tenemos muchos, que creen poseer la verdad absoluta, y ensucian a los demás con la calumnia y la difamación, y hacen mal”. El Papa Francisco, durante el vuelo de regreso de Bangui a Roma, responde a quien le pregunta si los líderes religiosos deben hacer más para detener este peligro. “No por hacer política, sino con la predicación de los valores verdaderos, la hermandad en Dios, la tolerancia, la convivencia, la amistad”. Por esto he rezado en la mezquita y he hecho que el Imán suba al papamóvil: “pequeños gestos … porque hay un grupo que se dice cristiano, pero es muy violento, no es el Isis, es cristiano”. También ...

domingo, 6 de diciembre de 2015

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO






Día 6 II Domingo de Adviento
Metidos ya de lleno en el Adviento, la Iglesia nos recuerda, con las palabras del Bautista, que es necesario quitar de la vida personal todo obstáculo para la vida que Dios quiere vivir en el hombre. Juan, como precursor del Mesías, ejemplificaba al pueblo escogido con imágenes que todos podían entender fácilmente. El Salvador vendría como por un camino, que debía ser andadero para que su salvación no se hiciera esperar. Pero bien sabemos que no siempre los caminos son así. No pocas veces, al caminar, uno se encuentra con obstáculos que parecen insuperables: un monte, por ejemplo. Entonces, si se trata de continuar, hay que rodearlo. Así procedemos de ordinario en los caminos de este mundo. Juan el Bautista, conocedor de los modos habituales humanos, reclama para el Señor que se avecina un modo muy distinto de actuar. Para Dios que llega, no es suficiente con acomodar en cierta medida la conducta en su apariencia externa. Eso equivaldría sin más a sortear obstáculos pero, en el fondo, haciéndolos compatibles con la conducta de siempre. Se supone que así Dios tendría cabida en nuestra vida, aunque evidentemente fuera a costa de ajustarse Él a los obstáculos, que no queremos quitar.

domingo, 29 de noviembre de 2015

Domingo I de Adviento: Renovar el amor y la esperanza



Palabras para vivir


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29 noviembre 2015
“Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes... Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación.”  (Lc 21, 25-28)

         Empieza el Adviento. Empieza el tiempo de preparación para la Navidad. Como todo tiempo de preparación, está marcado por el examen de conciencia, por la penitencia, por la purificación. Se trata de preparar la casa para hacerla acogedora al Hijo de Dios. Por otro lado, se trata también de darnos cuenta de la grandeza del don que significó el Nacimiento de Cristo. Por eso, este Evangelio nos invita a meditar sobre la gran suerte que tenemos por haber recibido la visita redentora del Señor, y también por saberlo. Esta suerte, mayor aún por ser conscientes de ella, nos tiene que sostener en medio de las dificultades. Cuando éstas nos afecten, cuando nos hagan tambalear y aún dudar del amor de Dios, basta con mirar con los ojos del alma la escena de Belén. Los pastores que acudieron a adorar al Niño recién nacido no fueron beneficiados con milagros o con dinero y, sin embargo, salieron de allí felices, porque se llevaban la certeza del amor de Dios.
         En el fondo, lo que Cristo quiso hacer con su nacimiento en Belén, lo mismo que con su muerte en el Gólgota, fue demostrar al hombre, más allá de toda duda, que Dios le amaba. Mirando al niño de Belén o al Crucificado, a pesar de estar sufriendo, e incluso sufriendo mucho, no podemos dudar del amor de Dios, porque no hay prueba mayor de amor que el que alguien dé la vida por ti y si, además, ese alguien es el propio Dios la cosa adquiere dimensiones tan grandes que sólo se puede responder con un amor que sea lo más parecido posible al amor recibido. El cristiano, que sabe de ese amor divino, cuando sufre, cuando siente angustia lo mismo que la sienten el resto de los hombres, no se hunde, sino que “levanta la cabeza”, mira al cielo, confía en el amor de Dios y ahí encuentra su paz y su esperanza.

sábado, 30 de mayo de 2015

No a los cristianos mundanos





 Un cristiano no puede “seguir a Jesús y a la mundanidad”, no puede tener dos cosas, “el cielo y la tierra”. Así comentó el Papa Francisco en la homilía de la misa matutina en Santa Marta, el diálogo entre Pedro y Jesús propuesto por el Evangelio de Marcos, que sigue el encuentro con el joven rico. Pedro le pregunta a Jesús qué cosa habrían obtenido en cambio los discípulos, por seguirlo. Y el Señor explica que seguirlo “desde el punto de vista humano no es un buen negocio”, es un camino de despojamiento, “y si el Señor te da la posibilidad de ser el primero, tú debes comportarte como el último, es decir, en el servicio”. “Es feo ver a un cristiano, independientemente que sea laico, consagrado, sacerd ...

domingo, 26 de abril de 2015

Texto completo de la homilía del Papa en la ordenación sacerdotal

El Santo Padre ha ordenado este domingo a 19 nuevos sacerdotes en la Basílica de San Pedro

Ciudad del Vaticano, (Zenit.org) Redacción 

El día que la Iglesia celebra la 52ª Jornada mundial de oración por las vocaciones, IV Domingo de Pascua, el Santo Padre Francisco ha presidido la eucaristía en la Basílica de San Pedro en la que ha ordenado a 19 nuevos sacerdotes, 13 de los cuáles provienen de seminarios diocesanos romanos y 6 de otros Colegios.
Queridos hermanos,
Estos nuestros hijos han sido llamados al orden presbiteral. Nos hará bien reflexionar un poco en el ministerio al que será elevados en la Iglesia. Como sabéis bien, el Señor Jesús es el único Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento. Pero es Él, y también todo el pueblo santo de Dios, ha sido constituido pueblo sacerdotal, todos nosotros.
Sin embargo, entre todos sus discípulos, el Señor Jesús quiso elegir algunos en particular, para que ejercitando públicamente en la Iglesia en su nombre el oficio sacerdotal a favor de todos los hombres, continuaran su misión personal de maestro, sacerdote y pastor. Como Él había sido enviado por el Padre, Él envió a su vez en el mundo primero a los apóstoles, luego a los obispos sus sucesores, a los cuales finalmente se les dio como colaboradores, los presbíteros que unidos al ministerio sacerdotal son llamados al servicio del pueblo de Dios.
Ellos han reflexionado sobre esta vocación ya, y ahora vienen para recibir el orden de los presbíteros. El obispo corre el riesgo de elegirles, como el Padre ha corrido el riesgo por cada uno de nosotros.
Serán configurados en Cristo sumo y eterno sacerdote, o sea serán consagrados como verdaderos sacerdotes del Nuevo Testamento, y con este título, que les une en el sacerdocio al Obispo, serán predicadores del Evangelio, pastores del pueblo de Dios, y presidirán las acciones de culto, especialmente en las celebraciones del Sacrificio del Señor.
A vosotros, que vais a ser promovidos al orden del presbiterado, considerad que ejercitando el ministerio de la sagrada doctrina seréis partícipes de la misión de Cristo, único maestro. Dad a todos esa Palabra de Dios, que vosotros mismos habéis recibido con alegría. Leed y meditad asiduamente la palabra del Señor para creer lo que habéis leído, enseñad lo que habéis aprendido de la fe, vivir lo que habéis enseñado.
Esto sea el alimento para el pueblo de Dios. Que vuestras homilías no sean aburridas, que vuestras homilías lleguen al corazón de la gente porque salen de vuestro corazón. Porque lo que vosotros decís a ellos es lo que tenéis en el corazón. Así se da la Palabra de Dios. Y así vuestra doctrina será alegría y apoyo a los fieles de Cristo. El perfume de vuestra vida será el testimonio porque el ejemplo edifica, pero las palabras sin ejemplo son palabras vacías, son ideas, no llegan nunca al corazón. Incluso hacen mal, no hacen bien.
Vosotros continuaréis la obra santificadora de Cristo. Mediante vuestro ministerio el sacrificio espiritual de los fieles se hace perfecto, porque junto al Sacrificio de Cristo, que por vuestras manos en nombre de toda la Iglesia viene ofrecido de forma incruenta en el altar en la celebración de los santos misterios. Cuando vosotros celebréis la misa, reconoced por tanto lo que hacéis. No hacerlo deprisa. Imitad lo que celebráis, no es un rito artificial, un ritual artificial. Porque así, participando en el misterio de la muerte y resurrección del Señor, lleváis la muerte de Cristo en vuestros miembros y caminad con Él en novedad de vida.
Con el bautismo agregaréis nuevos fieles al pueblo de Dios. No rechacéis nunca el bautismo a quien lo pide. Con el sacramento de la penitencia perdonáis los pecados en nombre de Cristo y de la Iglesia. Y yo, en nombre de Jesucristo el Señor y de su esposa la Santa Iglesia, os pido que no os canséis de ser misericordiosos. En el confesionario, vosotros estaréis para perdonar, no para condenar. Imitad al Padre. Nunca se cansa de perdonar.
Con el óleo santo daréis alivio a los enfermos. Celebrando los sagrados ritos, elevando a las distintas horas del día la oración de alabanza y súplica, os haréis voz del pueblo de Dios y de la humanidad entera.
Conscientes de haber sido elegidos entre los hombres y constituidos a su favor para atender las cosas de Dios, ejercitad con alegría y en sincera caridad la obra sacerdotal de Cristo, únicamente con la intención de agradar a Dios, no a vosotros mismos. Es feo un sacerdote que vive para gustarse a sí mismo, parece un pavo real.
Finalmente, participando en la misión de Cristo, cabeza y pastor, en comunión filial con vuestro obispo, comprometeos a unir a los fieles en una única familia, sed ministros de la unidad en la Iglesia, la familia, para conducirlos a Dios Padre por medio de Cristo en el Espíritu Santo. Tened siempre delante de los ojos el ejemplo del Buen Pastor, que no ha venido para ser servido, sino para servir, no para quedarse en sus comodidades sino para salir y buscar y salvar lo que estaba perdido.



Día 26 IV Domingo de Pascua
Comenzamos nuestra reflexión meditada –nuestra oración– tomando pie de estas palabras que nos transmite san Juan, y damos gracias a Dios porque nos ha querido tanto, porque nos trata con todo primor para nuestro bien. Jesucristo se compara a un buen Pastor y nosotros seríamos las ovejas de su rebaño. No pensemos, sin embargo, en cualquier tipo de pastor, sino en el pastor que nos describe Jesús: en el buen pastor que da la vida por sus ovejas. Así es el Señor: como un pastor bueno, dando su propia vida –del todo– por cada uno de nosotros. ¿Y, por qué da su vida por los hombres?: porque somos suyos, porque nos ama, porque le pertenecemos. El es nuestro dueño. Por fuerte y excesiva que a alguno pueda parecerle la expresión, así es; y es, además, la razón de su interés por nosotros:. Sino fuéramos suyos, no tendría por qué dar su vida. Pero Nuestro Señor no se interesa por los hombres por encargo, como quien se dedica a algo determinado, pero podría ocuparse igualmente a otra actividad, quizá también satisfactoria.

miércoles, 22 de abril de 2015

'Nuestra Iglesia es una Iglesia de mártires'

En la homilí­a de este martes, el Santo Padre recordó a cuantos hoy son perseguidos y asesinados por ser cristianos

Ciudad del Vaticano, (Zenit.org) Redacción 

“¡En estos días, cuántos Esteban hay en el mundo! Pensemos en nuestros hermanos degollados en una playa de Libia. Pensemos en ese chiquillo quemado vivo por sus compañeros, por ser cristiano.

Pensemos en esos migrantes que, en alta mar, fueron tirados al mar, por ser cristianos. Pensemos, en esos etíopes asesinados, antes de ayer, por ser cristianos y en tantos otros… Tantos otros que no sabemos, que sufren en cárceles, por ser cristianos… Hoy la Iglesia es Iglesia de mártires: ellos sufren, dan su vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por su testimonio”.

Lo indicó el papa Francisco en la homilía de este martes en Santa Marta, recordando que la verdadera historia de la Iglesia es la de los santos y los mártires. Durante la celebración reflexionó sobre la lapidación de san Esteban y con palabras emocionadas, recordó a cuantos hoy son perseguidos y asesinados por ser cristianos.

Partiendo de la Primera Lectura de los Hechos de los Apóstoles, que hace referencia al juicio del Sanedrín contra Esteban y su lapidación, el Santo Padre hizo hincapié en que, al igual que el primer mártir de la Iglesia, también los que padecen hoy el martirio no buscan ‘otro pan’ que no sea Jesús, su ‘único pan’.

Como Jesús, también Esteban debe afrontar falsos testimonios y la sublevación del pueblo que lo lleva a juicio. Esteban les recuerda cuántos profetas han sido matados por haber sido fieles a la Palabra de Dios y cuando ‘confiesa su visión de Jesús’, entonces sus perseguidores se escandalizan, se tapan los oídos para no escucharlo y lo arrastran fuera de la ciudad para apedrearlo.

“La Palabra de Dios disgusta siempre a ciertos corazones. La Palabra de Dios fastidia cuando tienes un corazón duro, cuando tienes un corazón de pagano. Porque la Palabra de Dios te interpela a ir adelante, buscándote y quitándote el hambre con ese pan del que hablaba Jesús. En la historia de la

Revelación, tantos mártires han sido asesinados por fidelidad a la Palabra de Dios, a la Verdad de Dios”.

El martirio de Esteban se asemeja al de Jesús, muere ‘con esa magnanimidad cristiana del perdón, de la oración por los enemigos’, que perseguían a los profetas, así como a Esteban, ‘creyendo que daban gloria a Dios, creyendo que de esta forma eran fieles a la Doctrina de Dios’, apuntó el Santo Padre, añadiendo que ‘hoy’ quería recordar que la historia de la Iglesia, la verdadera historia de la Iglesia, es la historia de los santos y de los mártires: los mártires perseguidos, muchos asesinados, por aquellos que creían que daban gloria a Dios, por aquellos que creían que tenían la ‘verdad’: corazón corrupto, pero la verdad.

“¡En estos días, cuántos Esteban hay en el mundo! Pensemos en nuestros hermanos degollados en una playa de Libia. Pensemos en ese chiquillo quemado vivo por sus compañeros, por ser cristiano.

Pensemos en esos migrantes que, en alta mar, fueron tirados al mar, por ser cristianos. Pensemos, en esos etíopes asesinados, antes de ayer, por ser cristianos y en tantos otros… Tantos otros que no sabemos, que sufren en cárceles, por ser cristianos… Hoy la Iglesia es Iglesia de mártires: ellos sufren, dan su vida y nosotros recibimos la bendición de Dios por su testimonio”.

También hay ‘mártires escondidos, aquellos hombres y aquellas mujeres fieles’ a la ‘voz del Espíritu, que buscan caminos nuevos para ayudar a los hermanos y para amar mejor a Dios, a los que se mira con sospecha, son calumniados, perseguidos por tantos sanedrines modernos que se creen dueños de la verdad: tantos mártires desconocidos’.

“Y también tantos mártires escondidos que, por ser fieles en su familia, sufren tanto por fidelidad.

Nuestra Iglesia es una Iglesia de mártires. Y ahora, en nuestra celebración, vendrá a nosotros el primer mártir, el primero que dio su testimonio y, aún más, la salvación a todos nosotros. Unámonos a Jesús en la Eucaristía y unámonos a tantos hermanos y hermanas que sufren el martirio de la persecución, de la calumnia y de la muerte por ser fieles al único pan que sacia, es decir a Jesús”.

domingo, 5 de abril de 2015

Bendición Urbi et Orbi del Papa Francisco en el Domingo de Pascua



El Papa recuerda que 'sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino'. Pide la paz en el mundo, y el fin del 'absurdo derramamiento de sangre'

Ciudad del Vaticano, 05 de abril de 2015 (Zenit.org) Redacción

Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!

Jesucristo ha resucitado.

El amor ha derrotado al odio, la vida ha vencido a la muerte, la luz ha disipado la oscuridad.
Jesucristo, por amor a nosotros, se despojó de su gloria divina; se vació de sí mismo, asumió la forma de siervo y se humilló hasta la muerte, y muerte de cruz. Por esto Dios lo ha exaltado y le ha hecho 

Señor del universo. Jesús es el Señor.

Con su muerte y resurrección, Jesús muestra a todos la vía de la vida y la felicidad: esta vía es la humildad, que comporta la humillación. Este es el camino que conduce a la gloria. Sólo quien se humilla pueden ir hacia los «bienes de allá arriba», a Dios (cf. Col 3,1-4). El orgulloso mira «desde arriba hacia abajo», el humilde, «desde abajo hacia arriba».

La mañana de Pascua, advertidos por las mujeres, Pedro y Juan corrieron al sepulcro y lo encontraron abierto y vacío. Entonces, se acercaron y se «inclinaron» para entrar en la tumba. Para entrar en el misterio hay que «inclinarse», abajarse. Sólo quien se abaja comprende la glorificación de Jesús y puede seguirlo en su camino.

El mundo propone imponerse a toda costa, competir, hacerse valer... Pero los cristianos, por la gracia de Cristo muerto y resucitado, son los brotes de otra humanidad, en la cual tratamos de vivir al servicio de los demás, de no ser altivos, sino disponibles y respetuosos.

Esto no es debilidad, sino autentica fuerza. Quién lleva en sí el poder de Dios, de su amor y su justicia, no necesita usar violencia, sino que habla y actúa con la fuerza de la verdad, de la belleza y del amor.

Imploremos al Señor resucitado la gracia de no ceder al orgullo que fomenta la violencia y las guerras, sino que tengamos el valor humilde del perdón y de la paz. Pedimos a Jesús victorioso que alivie el sufrimiento de tantos hermanos nuestros perseguidos a causa de su nombre, así como de todos los que padecen injustamente las consecuencias de los conflictos y las violencias que se están produciendo, son mucas.

Pedimos paz ante todo por Siria e Irak, para que cese el fragor de las armas y se restablezca una buena convivencia entre los diferentes grupos que conforman estos amados países. Que la comunidad internacional no permanezca inerte ante la inmensa tragedia humanitaria dentro de estos países y el drama de tantos refugiados.

Imploremos la paz para todos los habitantes de Tierra Santa. Que crezca entre israelíes y palestinos la cultura del encuentro y se reanude el proceso de paz, para poner fin a años de sufrimientos y divisiones.

Pidamos la paz para Libia, para que se acabe con el absurdo derramamiento de sangre por el que está pasando, así como toda bárbara violencia, y para que cuantos se preocupan por el destino del país se esfuercen en favorecer la reconciliación y edificar una sociedad fraterna que respete la dignidad de la persona. Y esperemos que también en Yemen prevalezca una voluntad común de pacificación, por el bien de toda la población.

Al mismo tiempo, encomendemos con esperanza al Señor misericordioso el acuerdo alcanzado en estos días en Lausana, para que sea un paso definitivo hacia un mundo más seguro y fraterno.

Supliquemos al Señor resucitado el don de la paz en Nigeria, Sudán del Sur y diversas regiones del Sudán y la República Democrática del Congo. Que todas las personas de buena voluntad eleven una oración incesante por aquellos que perdieron su vida ―y pienso muy especialmente en los jóvenes asesinados el pasado jueves en la Universidad de Garissa, en Kenia―, los que han sido secuestrados, los que han tenido que abandonar sus hogares y sus seres queridos.

Que la resurrección del Señor haga llegar la luz a la amada Ucrania, especialmente a los que han sufrido la violencia del conflicto de los últimos meses. Que el país reencuentre la paz y la esperanza gracias al compromiso de todas las partes interesadas.

Pidamos paz y libertad para tantos hombres y mujeres sometidos a nuevas y antiguas formas de esclavitud por parte de personas y organizaciones criminales. Paz y libertad para las víctimas de los traficantes de droga, muchas veces aliados con los poderes que deberían defender la paz y la armonía en la familia humana. E imploremos la paz para este mundo sometido a los traficantes de armas que ganan con la sangre de los hombres y las mujeres.

Y que a los marginados, los presos, los pobres y los emigrantes, tan a menudo rechazados, maltratados y desechados; a los enfermos y los que sufren; a los niños, especialmente aquellos sometidos a la violencia; a cuantos hoy están de luto; y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, llegue la voz consoladora del Señor Jesús: «Paz a vosotros» (Lc 24,36). «No temáis, he resucitado y siempre estaré con vosotros» (cf. Misal Romano, Antífona de entrada del día de Pascua).

lunes, 30 de marzo de 2015




La Semana Santa

Es la semana más intensa del Año Litúrgico, en la cual se reza y reflexiona sobre la Pasión y Muerte de Cristo.


Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net

Explicación de la celebración

La Semana Santa es el momento litúrgico más intenso de todo el año. Sin embargo, para muchos católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.

Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de este tiempo litúrgico.

A la Semana Santa se le llamaba en un principio “La Gran Semana”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice días santos. Esta semana comienza con el Domingo de Ramos y termina con el Domingo de Pascua.

Vivir la Semana Santa es acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua.

Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.

La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.

domingo, 29 de marzo de 2015

Domingo de Ramos 2015




Día 29 Domingo de Ramos en la Pasión del Señor

Mc 11, 1-10 Al acercarse a Jerusalén, a Betfagé y Betania, junto al Monte de los Olivos, envió a dos de sus discípulos y les dijo: —Id a la aldea que tenéis enfrente y nada más entrar en ella encontraréis un borrico atado, en el que todavía no ha montado nadie; desatadlo y traedlo. Y si alguien os dice: «¿Por qué hacéis eso?», respondedle: «El Señor lo necesita y enseguida lo devolverá aquí». Se marcharon y encontraron un borrico atado junto a una puerta, fuera, en un cruce de caminos, y lo desataron. Algunos de los que estaban allí les decían: —¿Qué hacéis desatando el borrico? Ellos les respondieron como Jesús les había dicho, y se lo permitieron. Entonces llevaron el borrico a Jesús, echaron encima sus mantos, y se montó sobre él. Muchos extendieron sus mantos en el camino, otros el ramaje que cortaban de los campos. Los que iban delante y los que seguían detrás gritaban: —¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito el Reino que viene, el de nuestro padre David! ¡Hosanna en las alturas!

sábado, 21 de marzo de 2015

El estilo de Dios es humildad y silencio




El Señor ‘hace las cosas simplemente’, con humildad, lejos del ‘espectáculo mundano’, recordó el Papa Francisco en la misa en la Casa de Santa Marta. Con el Evangelio, en que Jesús reprocha a los habitantes de Nazaret por su falta de fe, invitó a todos a reflexionar sobre el estilo del Señor, que nos pide humildad y sencillez. «Cuando quiso liberar a su pueblo, lo hizo por la fe y confianza de un hombre, Moisés. Cuando quiso hacer caer la poderosa ciudad de Jericó, lo hizo a través de una prostituta. También para la conversión de los samaritanos, pidió el trabajo de otra pecadora. Cuando envió a David a luchar contra Goliat, parecía una locura: El pequeño David ante un gigante, que tenía una espada, t ...

domingo, 15 de marzo de 2015

Ninguno está excluído de la misericordia de Dios






Durante la celebración penitencial en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco, se refirió a la Iglesia como la casa que recibe a todos y a ninguno rechaza. Este viernes por la tarde, rodeado de cientos de fieles que lo acompañaron también durante el segundo aniversario de su Pontificado, el Obispo de Roma recordó que las puertas de la Iglesia “permanecen abiertas, para que quienes son tocados por la gracia, puedan encontrar la certeza de su perdón”.
El Papa Francisco contó que piensa frecuentemente en cómo la Iglesia puede hacer más evidente “su misión de ser testigo de su misericordia”, un camino -aseguró- que comienza con una conversión espiritual, y en este sentido anunció un Jubileo extraordi ...

sábado, 7 de marzo de 2015

La mundanidad anestesia el alma




“Con el corazón mundano no se puede entender la necesidad y la necesidad de los demás”. Durante la homilía de la misa celebrada en Santa Marta, Papa Francisco al comentar la parábola del hombre rico, que no se daba cuenta de que en su puerta había un pobre. La mundanidad “es un pecado sutil, es más que un pecado: es un estado pecador del alma”.
El Obispo de Roma dijo “Los mundanos han perdido el nombre; también nosotros, si tenemos el corazón mundano, hemos perdido el nombre. Pero no somos huérfanos. Hasta el final, hasta el último momento existe la seguridad de que tenemos un Padre que nos espera”.

“Cuando salía de su casa, y no… tal vez el auto con el que salía tenía los vidrios oscurecidos pa ...

domingo, 1 de marzo de 2015

Angelus Domini 2015.03.01





Inicia a las 12:00 pm. Todos los domingos y en las principales fiestas litúrgicas, el Papa recita el Ángelus con los peregrinos. Antes y después de la oración, él entrega una breve reflexión y emite saludos.

sábado, 14 de febrero de 2015

Una reforma para fortalecer el testimonio cristiano





«La meta es siempre la de favorecer mayor armonía en el trabajo de los Dicasterios y Oficinas, con el fin de realizar una colaboración más eficaz en la transparencia absoluta que edifica la auténtica sinodalidad y colegialidad», dijo el Papa Francisco en el Aula del Sínodo abriendo los trabajos del Consistorio, con la presencia también de los 20 nuevos purpurados que recibirán la birreta cardenalicia el sábado. Los trabajos estudiarán las propuestas del Consejo de 9 cardenales para elaborar una nueva Constitución Apostólica. Con gratitud por el trabajo cumplido, el Papa recordó que «la reforma deseada vivamente por la mayoría de los cardenales» antes del Cónclave, «deberá perfeccionar aún más la ide ...

sábado, 31 de enero de 2015

Los discípulos de Cristo trabajan juntos por la paz





Todos los cristianos están llamados a trabajar juntos por la paz y la justicia, reiteró el Papa Francisco en su cordial bienvenida a los miembros de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia Católica y las Iglesias Ortodoxas Orientales. Con el anhelo de que la investigación teológica en común impulse nuestra «amistad fraterna», el Obispo de Roma compartió con ellos su profundo dolor y cercanía a los hermanos cristianos y otras minorías, por la inmensa tragedia de todas las poblaciones en Irak, Siria y todo Oriente Medio. El Papa aseguró su oración para impulsar una «solución negociada»:
«En este momento, de manera particular, compartimos nuestra consternación y dolor ...

sábado, 24 de enero de 2015

Dios perdona siempre, perdona todo









 La confesión no es un “juicio”, sino un “encuentro” con un Dios que perdona y olvida cada pecado de la persona que no se cansa de pedir su misericordia. Lo explicó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta a la que asistió un grupo de fieles.
Además – prosiguió diciendo el Papa – cuando perdona, Dios “hace fiesta”. Y, en fin, Dios “olvida”. Porque lo que le importa a Dios es “encontrarse con nosotros”. De ahí que el Papa Francisco haya sugerido un examen de conciencia a los sacerdotes en el confesionario: “¿Estoy dispuesto a perdonar todo?”, “¿a olvidarme de los pecados de aquella persona?”. La confesión – concluyó – “más que un juicio, e ...

sábado, 17 de enero de 2015

sábado, 10 de enero de 2015

Jesús salvación para las lágrimas del mundo






Lágrimas de Navidad, lágrimas del Niño Jesús por un mundo sacudido por violencias e injusticias. En su mensaje Urbi e Orbi, el Papa Francisco encomendó a Jesús – salvación para todas las personas y todos los pueblos – el dolor de los que sufren por guerras; a los hermanos y hermanas de Irak y Siria que sufren una persecución brutal; a los prófugos, refugiados, que no reciben ayuda. Pidió confianza para Oriente Medio, por el diálogo entre israelíes y palestinos; invocó paz y reconciliación para Ucrania, Nigeria y otros países africanos como Libia, Sudán del Sur, la República Centroafricana y varias regiones de la República Democrática del Congo. En el corazón del Papa también los menores víctimas de vi ...

sábado, 3 de enero de 2015

La oración es la raíz de la paz





Con el sonido de la campana “Maria Dolens” de Rovereto, en Trento, realizada en honor a los ciados de todas las guerras y bendecida por el Beato Pablo VI en 1965, concluyó la oración del ángelus del Papa Francisco el primer día del 2015 y la 48 Jornada Mundial por la Paz, con el deseo “que nunca más hayan guerras, sino el compromiso y el empeño siempre de paz y fraternidad entre los pueblos”. La raíz de la paz es la oración recordó el Obispo de Roma, implorando este don divino y subrayando el tema de la Jornada Mundial por la Paz: “No esclavos, sino hermanos”. Así el Papa nos llama a combatir cada forma de esclavitud y a construir la fraternidad, siendo esto una responsabilidad de cada uno de nosotr ...