sábado, 26 de diciembre de 2015

Jóvenes sigan el camino del bien




Al recibir a los chicos y chicas de la rama juvenil de la Acción Católica Italiana, el Papa Francisco los invitó a recorrer el camino del bien, del perdón, de la paz y de la solidaridad, en contraposición al mal, a la venganza, a la guerra y al egoísmo. En el día de su cumpleaños, en que recibió de regalo una torta, además de las felicitaciones cantadas, con expresiones de afecto y parabienes, el Obispo de Roma los saludó con cariño afirmando que es siempre bello para él celebrar este encuentro cuando se acerca la Navidad para intercambiar las felicitaciones. Y a través de ellos el Santo Padre extendió su saludo navideño y, también por el año nuevo, a todos los que forman parte de esta asociación.

sábado, 19 de diciembre de 2015

No al fundamentalismo, enfermedad también católica





El fundamentalismo es una enfermedad de todas las religiones, y nosotros católicos tenemos muchos, que creen poseer la verdad absoluta, y ensucian a los demás con la calumnia y la difamación, y hacen mal”. El Papa Francisco, durante el vuelo de regreso de Bangui a Roma, responde a quien le pregunta si los líderes religiosos deben hacer más para detener este peligro. “No por hacer política, sino con la predicación de los valores verdaderos, la hermandad en Dios, la tolerancia, la convivencia, la amistad”. Por esto he rezado en la mezquita y he hecho que el Imán suba al papamóvil: “pequeños gestos … porque hay un grupo que se dice cristiano, pero es muy violento, no es el Isis, es cristiano”. También ...

domingo, 6 de diciembre de 2015

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO






Día 6 II Domingo de Adviento
Metidos ya de lleno en el Adviento, la Iglesia nos recuerda, con las palabras del Bautista, que es necesario quitar de la vida personal todo obstáculo para la vida que Dios quiere vivir en el hombre. Juan, como precursor del Mesías, ejemplificaba al pueblo escogido con imágenes que todos podían entender fácilmente. El Salvador vendría como por un camino, que debía ser andadero para que su salvación no se hiciera esperar. Pero bien sabemos que no siempre los caminos son así. No pocas veces, al caminar, uno se encuentra con obstáculos que parecen insuperables: un monte, por ejemplo. Entonces, si se trata de continuar, hay que rodearlo. Así procedemos de ordinario en los caminos de este mundo. Juan el Bautista, conocedor de los modos habituales humanos, reclama para el Señor que se avecina un modo muy distinto de actuar. Para Dios que llega, no es suficiente con acomodar en cierta medida la conducta en su apariencia externa. Eso equivaldría sin más a sortear obstáculos pero, en el fondo, haciéndolos compatibles con la conducta de siempre. Se supone que así Dios tendría cabida en nuestra vida, aunque evidentemente fuera a costa de ajustarse Él a los obstáculos, que no queremos quitar.