domingo, 25 de diciembre de 2011

Navidad 2011




Día 25 Solemnidad de la Natividad del Señor
El Señor vino a la Tierra, se hizo carne en María y nació en Belén, y trajo su misma vida para los hombres. La vida cristiana es la vida de los hijos de Dios, que supone mucho más que unos comportamientos correctos. No nos basta a los cristianos con cumplir unas leyes, con ser ciudadanos ejemplares, ni tampoco con sentirnos a gusto y en paz con todos. Todo esto y más, ¡claro que es necesario para el cristiano!, pero no basta. Si queremos agradar a Dios, no es suficiente con ser lo que solemos llamar "una buena persona": honrado a carta cabal, buen cumplidor en casa y en el trabajo, muy amigo de sus amigos... porque Dios es verdaderamente Padre nuestro. Nosotros, por consiguiente, hemos de fomentar un afecto singular del corazón que debe mover hacia Él toda nuestra entera existencia. Es el afecto que se afianza y acrecienta en la intimidad de la oración y en la comunión: En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros

domingo, 18 de diciembre de 2011

Benedicto XVI: solidaridad para nuestros tiempos


Unidad y tutela de la familia, solidaridad, interdependencia entre los pueblos, atención a los jóvenes. Temas del discurso de Benedicto XVI a los nuevos embajadores que le presentaron sus Cartas Credenciales. Eran los de
Trinidad y Tobago, Guinea Bissau, Suiza, Burundi, Tailandia, Pakistán, Mozambique, Kirguistán, Andorra, Sri Lanka y Burkina Faso. La interdependencia, dijo el Papa, no es una amenaza sino una ventaja que hay que alimentar con un nuevo clima de solidaridad entre las generaciones. Es importante que los gobiernos impulsen la tutela de la familia y la educación juvenil, con bases éticas y luchando contra los males sociales: desempleo, droga, criminalidad, falta de respeto de las perso ...

sábado, 10 de diciembre de 2011

Que María nos ayude a ver la luz más allá de la niebla



Necesitamos la ayuda de la Virgen María, necesitamos que sostenga nuestra esperanza, "sobre todo en este momento tan difícil para Italia, Europa y para varias partes del mundo. Que María nos ayude a ver que hay luz más allá de la capa de niebla que parece envolver la realidad". Esta fue la oración de Benedicto XVI en la Plaza de España ayer por la tarde, antes de la tradicional ofrenda de flores a la estatua de la Inmaculada. Una estatua, dijo el Papa, que recuerda la imagen de la mujer vestida de sol de la que habla el libro del Apocalipsis, con la luna a sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza. El Pontífice explicó que esa mujer es María, que refleja la luz del sol que es Dios, y que pi ...

sábado, 3 de diciembre de 2011

LA FAMILIA, CAMINO DE LA IGLESIA



La familia fundada en el sacramento del matrimonio es actuación particular de la Iglesia y camino de la Iglesia para que los cónyuges transmitan el Evangelio. Lo ha reafirmado el Papa en el discurso a los participantes en la plenaria del Pontificio Consejo para la Familia. Benedicto XVI ha subrayado que hay sectores donde es urgente el compromiso eclesial de las familias cristianas: la educación de los niños, adolescentes y jóvenes al amor; entendido como entrega de sí y comunión; la preparación de los novios a la vida matrimonial con un itinerario de fe, la formación de los cónyuges, especialmente de las parejas jóvenes, las experiencias asociativas con finalidad caritativa, educativa y de compromiso ...

domingo, 20 de noviembre de 2011

Escuchen el clamor del pobre y del marginado vaticanes


"Dejemos que Cristo nos libere de este mundo viejo. Nuestra fe en Él, que vence nuestros miedos, nuestras miserias, nos da acceso a un mundo nuevo, donde la justicia y la verdad no son una parodia". El domingo en que la Iglesia celebra a Nuestro Señor Jesucristo, Rey del universo, Benedicto XVI celebró la santa misa en Cotonou y entregó la Exhortación Apostólica Post-Sinodal a los Obispos de África, este tercer y último día de su viaje apostólico a Benín. Una vez más, el Papa habló de la esperanza sin ocaso y dirigió su cariño especial a "los que sufren, a los enfermos, a los aquejados del sida u otras enfermedades, a los olvidados de la sociedad." "¡Tened ánimo! --dijo - El Papa está cerca de vosotros ...

sábado, 5 de noviembre de 2011

¿Los cristianos son el santuario del Dios en el mundo?

 

Nosotros cristianos ¿somos verdaderamente "el santuario de Dios en el mundo o para el mundo? ¿Abrimos a los hombres el acceso a Dios o más bien lo escondemos? No nos hemos vuelto, en gran parte, quizá nosotros -- pueblo de Dios -- un pueblo de incredulidad y de lejanía de Dios?"Se lo preguntó el Papa esta mañana, en la homilía de la misa del crisma del Jueves Santo, en la Basílica de San Pedro, concelebrada por 1600 sacerdotes de la diócesis de Roma."Los cristianos son pueblo sacerdotal para el mundo y deberían volver visible al mundo al Dios viviente, testimoniarlo y conducir a él", lo ha recordado Benedicto XVI que agregó: Benedicto XVI: "¿No es acaso verdad que Occidente, los países centrales del Cris ...

sábado, 22 de octubre de 2011

Benedicto XVI: el testimonio evangeliza



El testimonio es la llave de acceso a la nueva evangelización. "Ser evangelizadores no es un privilegio, sino un compromiso que proviene de la fe". Palabras del Papa a los participantes del Congreso en el Vaticano: "Nuevos evangelizadores para la nueva evangelización --la Palabra de Dios crece y se difunde". El Pontífice insistió en la necesidad de acoger con valentía la invitación de Cristo a encontrarlo y a ser sus discípulos en el mundo comunicando a todos la alegría de la fe, incluso en medio de la indiferencia, de la incomprensión y de la persecución. Si bien el anuncio puede encontrar hermetismo y rechazo, todo continúa creciendo y difundiéndose, porque no depende de nuestra acción, sino de la de ...

sábado, 15 de octubre de 2011

Ante crisis el Papa propone síntesis armónica entre familia y trabajo

VATICANO, 15 Oct. 11 / 06:57 am (ACI/EWTN Noticias)

El Papa Benedicto XVI explicó esta mañana que ante las crisis laboral, económica y de la institución familiar que afectan a un gran sector de la población mundial, es necesaria una síntesis armónica entre la familia y el trabajo que esté basada en la caridad, en el amor.
Al recibir el sábado 15 de octubre en audiencia a los participantes del Convenio Internacional "Familia, Cometido: Superar la crisis con nuevas formas de solidaridad. A veinte años de la Centesimus annus", promovido por la Fundación Centesimus Annus-Pro Pontífice, Benedicto XVI recordó que en la doctrina católica se plantea el camino para combatir las crisis económica, laboral y familiar actuales.
El Papa dijo que los cristianos "tienen el deber de denunciar el mal, de testimoniar y tener vivos los valores en los que se funda la dignidad de la persona, y de promover aquellas formas de solidaridad que favorecen el bien común, para que la humanidad se haga cada vez más la familia de Dios".
Tras recordar que este año se cumplen 120 años de la encíclica social Rerum Novarum de León XIII, 20 años de la encíclica Centesimus Annus de Juan Pablo II escrita en el centenario de la Rerum Novarum, y 30 años de la exhortación apostólica Familiaris Consortio también del Papa Wojtyla, Benedicto XVI resaltó la riqueza y el aporte de la Iglesia sobre estos temas.
El Papa destacó que "a pesar de las mutaciones en las condiciones externas no ha cambiado el patrimonio interno del Magisterio Social que promueve siempre a la persona humana y la familia, en su contexto de vida, y también de su cometido".
"Los conflictos de pareja, aquellos generacionales, aquellos del tiempo con la familia y el trabajo, la crisis laboral, crean una compleja situación de incomodidad que influencia en el vivir social. Y por ello, es necesario una nueva síntesis de armonía entre familia y trabajo, a la que la doctrina social de la Iglesia puede ofrecer su contribución", indicó el Santo Padre en la Sala Clementina del Palacio Apostólico Vaticano.
El Santo Padre recordó que en la Familiaris Consotio el Beato Juan Pablo II explica la cuádruple tarea de la familia: "la formación de una comunidad de personas; el servicio a la vida; la participación social; y la participación eclesial".
De acuerdo con el Concilio Vaticano II, continuó el Pontífice, la familia es un santuario intocable "donde la persona madura en el afecto, en la solidaridad y en la espiritualidad".
"También la economía con sus leyes debe siempre considerar el interés y la salvaguarda de tal célula primaria de la sociedad, la misma palabra ‘economía’ en su origen etimológico contiene un reclamo sobre la importancia de la familia: oikia y nomos, la ley de la casa".
El Papa resaltó luego que "el amor está en la base del servicio de la vida, fundado en la cooperación que la familia da a la continuidad de la creación, a la procreación del hombre hecho a imagen y semejanza de Dios".
Benedicto XVI defendió que es principalmente en la familia "donde se aprende la actitud correcta con la que vivir en el ámbito de la sociedad, también en el mundo del trabajo, de la economía, de las gestiones, que debe ser guiado por la caridad, en la lógica de la gratuidad, de la solidaridad, y de la responsabilidad de los unos con los otros".
De este modo, la familia "se convierte en un sujeto activo y capaz de recordar el rostro humano que debe tener el mundo de la economía", aseguró.
El Santo Padre dijo luego que "el desarrollo necesita de cristianos con los brazos alzados hacia Dios en el gesto de la oración, cristianos movidos por el conocimiento de que el amor total de la verdad, caritas in veritate, de donde procede el verdadero desarrollo, no proviene de nosotros, sino que nos es dado".
Finalmente, el Santo Padre resumió que la tarea de la familia puede resumirse en "tomar parte en la evangelización de un modo específico y original, y pone al servicio de la Iglesia y de la sociedad el propio ser y el propio actuar, como una íntima comunidad de vida y de amor".

sábado, 8 de octubre de 2011

Benedicto XVI: los creyentes, signo de diálogo y caridad


Promover el diálogo interreligioso, proseguir e intensificar el compromiso social basado en el Evangelio que lleva adelante la Iglesia gracias también al trabajo de las congregaciones religiosas. Lo ha dicho el Papa en su discurso a los obispos de Indonesia, recibidos en grupo al final de la visita "ad limina". En un país caracterizado por la presencia de varias tradiciones religiosas y de una gran diversidad cultural --ha dicho el Papa- los creyentes en Cristo deben ser artífices de paz, de perseverancia y caridad. El amor cristiano lleva a los que siguen a Cristo al diálogo interreligioso al servicio de la paz y de la armonía en la sociedad civil. Benedicto XVI ha señalado, además, que la constituci ...

sábado, 1 de octubre de 2011

Agnósticos están más cerca de Dios que los fieles rutinarios




"La renovación de la Iglesia pasa a través de la disponibilidad a la conversión y a través de una fe renovada". Enérgicas palabras de Benedicto XVI en la misa celebrada por la mañana en el aeropuerto de Friburgo, última etapa de su viaje a Alemania: Ante más de 100 mil fieles, el Papa comentando el evangelio dominical con la parábola de los dos hijos invitados por el padre a trabajar en la vid, explicó que no cuentan las palabras, sino las acciones. Y por lo tanto "los agnósticos que no encuentran paz, las personas que sufren a causa de nuestros pecados y desean un corazón puro, están más cercanos al Reino de Dios que los fieles rutinarios, que sólo ven en la Iglesia el boato, sin que la fe roce su co ...

sábado, 24 de septiembre de 2011

Benedicto XVI: La Iglesia es amiga de los pobres


La Iglesia en la India debe promover con atención los derechos fundamentales, compartidos por toda la humanidad, afirmando con valentía la dignidad de cada individuo. Esta es la exhortación que ha dirigido hoy Benedicto XVI a los obispos de la Conferencia Episcopal de la India, durante una audiencia con ocasión de su visita Ad Limina Apostolorum. El Papa ha precisado que los recursos de la Iglesia no residen en los edificios, las escuelas, los conventos o los seminarios, sino en los hombres, mujeres y niños de la Iglesia en la India, que testimonian con su vida la presencia amorosa de Dios. ecordando la histórica y fructífera presencia de la Iglesia en el país, el Pontífice ha destacado la labor de ...

sábado, 17 de septiembre de 2011

Benedicto XVI: Dios nunca nos abandona


El salmo 22, con la invocación 'Dios mío por qué me has abandonado', tiene fuertes implicaciones cristológicas, porque son las palabras pronunciadas por Jesús en la cruz. Así lo ha subrayado Benedicto XVI en la catequesis durante la audiencia general de hoy. El Papa ha explicado a los fieles que llenaban el Aula Pablo VI que este grito de dolor se ha transformado y transfigurado en el misterio de la Resurrección. Con estas palabras, Jesús nos transmite el peso de su indecible sufrimiento, tras el que se abre la certeza de la gloria. La fe transforma la muerte en un don de vida y el abismo de dolor en fuente de esperanza. El salmo muestra el triunfo de la vida y el Dios de la salvación se manifiesta e ...

sábado, 10 de septiembre de 2011

Benedicto XVI: enriquecer las sociedades con los valores



 
Sólo Jesús responde a las ansias de los hombres y las mujeres de nuestro tiempo. Lo ha subrayado el Papa al hablar a un grupo de obispos indios, al finalizar su visita ad limina. Benedicto XVI pasó revista de las obras asistenciales y caritativas de la Iglesia, evidenciando el importante papel formativo y social llevado a cabo por las escuelas católicas y las instituciones educativas que quieren ser expresión concreta de una caridad basada en el amor de Dios por la humanidad. El Papa recordó que es necesario seguir siempre el Magisterio porque de este modo los sacerdotes y las religiosas podrán enriquecer moral y espiritualmente la sociedad en que viven. Benedicto XVI, finalmente, subrayó la importanc ...

sábado, 3 de septiembre de 2011

Papa arte es como una puerta abierta al infinito

 

"El arte es capaz de expresar y de hacer visible la necesidad del hombre de ir más allá de lo que ve, manifiesta la sed y la búsqueda de lo infinito". Son muchos los canales que pueden  ayudarnos a encontrar a Dios, como la expresión artística, incluso en medio del frenesí de la vida cotidiana, mencionó Benedicto XVI durante la audiencia general.No es raro que éstas representen una puerta abierta al infinito, hacia una belleza y una verdad que van más allá de lo cotidiano. El Papa hizo referencia, ante todo, a aquellas obras que nacen de la fe y que expresan la fe.Así, el  dinamismo vertical de las catedrales góticas nos empuja hacia el cielo, mientras la música hace vibrar las "cuerdas de nuestro cor ...

sábado, 27 de agosto de 2011

Oración con la que el Papa consagró a los jóvenes al Corazón de Jesús


En la vigilia del 20 de agosto de la JMJ 2011 en Cuatro Vientos

MADRID, viernes 26 de agosto de 2011 (ZENIT.org).-

Ofrecemos a continuación la oración con la que Benedicto XVI consagró a los jóvenes al Sagrado Corazón de Jesús el sábado 20 de agosto durante la vigilia de oración con los jóvenes de la JMJ en Cuatro Vientos, al final de la adoración y antes de la bendición.
***
Señor Jesucristo,
Hermano, Amigo y Redentor del hombre,
mira con amor a los jóvenes aquí reunidos
y abre para ellos la fuente eterna
de tu misericordia
que mana de tu Corazón abierto en la Cruz.
Dóciles a tu llamada,
han venido para estar contigo y adorarte.
Con ardiente plegaria
los consagro a tu Corazón
para que, arraigados y edificados en ti,
sean siempre tuyos, en la vida y en la muerte.
¡Que jamás se aparten de ti!
Otórgales un corazón semejante al tuyo,
manso y humilde,
para que escuchen siempre tu voz
y tus mandatos,
cumplan tu voluntad
y sean en medio del mundo
alabanza de tu gloria,
de modo que los hombres,
contemplando sus obras,
den gloria al Padre con quien vives,
feliz para siempre,
en la unidad del Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Amén.

sábado, 20 de agosto de 2011

El Papa preside Via Crucis de JMJ Madrid 2011: "No pasen de largo ante el sufrimiento"



MADRID, 19 Ago. 11 / 01:42 pm (ACI/EWTN Noticias)

Al finalizar el Via Crucis celebrado este viernes entre la Plaza de Colón y la Plaza de Cibeles en Madrid, el Papa Benedicto XVI alentó a los jóvenes participantes en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) a no pasar "de largo ante el sufrimiento humano".
Luego que 14 grupos distintos de jóvenes portaran la Cruz por las 14 estaciones o "pasos" del Via Crucis que mostraron hermosas y monumentales imágenes de distintas partes de España que suelen salir en procesión en Semana Santa, el Pontífice agradeció las reflexiones de las Hermanitas de la Cruz.
Estas reflexiones, dijo, "nos han facilitado adentrarnos en el misterio de la Cruz gloriosa de Cristo, que contiene la verdadera sabiduría de Dios, la que juzga al mundo y a los que se creen sabios".
El Via Crucis fue acompañado por un coro de niños y jóvenes, así como por una orquesta y un cantante local que permitieron a los jóvenes recogerse en oración mientras la Cruz avanzaba siendo portada por jóvenes africanos, inmigrantes, desempleados, entre muchos otros.
Benedicto XVI señaló que "nos ha ayudado en este itinerario hacia el Calvario la contemplación de estas extraordinarias imágenes del patrimonio religioso de las diócesis españolas. Son imágenes donde la fe y el arte se armonizan para llegar al corazón del hombre e invitarle a la conversión".
El vocero del Vaticano, P. Federico Lombardi en conferencia de prensa en el Palacio de Congresos de Madrid en donde está el Centro Internacional de Prensa de esta JMJ, este Via Crucis ha sido la primera vez en una JMJ en la que el Papa ha permanecido durante todo el recorrido de la Cruz.
"Este gesto demuestra el interés del Papa en estas imágenes que representan la riqueza cultural de España", indicó y agregó que "es algo que a mí también me llama mucho la atención y me interesa de modo particular".
Las palabras del Papa Tras explicar que la belleza permite al hombre acercarse a los misterios de Dios, el Santo Padre dijo que "mientras avanzábamos con Jesús, hasta llegar a la cima de su entrega en el Calvario, nos venían a la mente las palabras de san Pablo: ‘Cristo me amó y se entregó por mí’. Ante un amor tan desinteresado, llenos de estupor y gratitud, nos preguntamos ahora: ¿Qué haremos nosotros por él? ¿Qué respuesta le daremos?"
"San Juan lo dice claramente: ‘En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos’".
La Pasión de Cristo, que se plasma en el sufrimiento de estos hermanos, continuó el Papa, "nos impulsa a cargar sobre nuestros hombros el sufrimiento del mundo, con la certeza de que Dios no es alguien distante o lejano del hombre y sus vicisitudes. Al contrario, se hizo uno de nosotros ‘para poder compadecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre".
"Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza’".
El Papa alentó luego a los jóvenes a que el amor de Cristo "por nosotros aumente vuestra alegría y os aliente a estar cerca de los menos favorecidos. Vosotros, que sois muy sensibles a la idea de compartir la vida con los demás, no paséis de largo ante el sufrimiento humano, donde Dios os espera para que entreguéis lo mejor de vosotros mismos: vuestra capacidad de amar y de compadecer".
"Las diversas formas de sufrimiento que, a lo largo del Vía Crucis, han desfilado ante nuestros ojos son llamadas del Señor para edificar nuestras vidas siguiendo sus huellas y hacer de nosotros signos de su consuelo y salvación".
En cada una de las estaciones por las que pasó la Cruz flanqueada por dos antorchas, se pidió y se meditó por distintos tipos de personas que sufren por distintas razones: las discriminadas por el racismo, los inmigrantes que sufren incomprensiones, los que son víctimas de la violencia, los que han sufrido abusos sexuales, los que se ven afectados a causa del desempleo por la crisis económica, las personas con discapacidad, los enfermos de SIDA, entre otros.
El Papa exhortó luego a abrazar la Cruz, que "en su forma y significado representa ese amor del Padre y de Cristo a los hombres. En ella reconocemos el icono del amor supremo, en donde aprendemos a amar lo que Dios ama y como Él lo hace: esta es la Buena Noticia que devuelve la esperanza al mundo".
"Volvamos ahora nuestros ojos a la Virgen María, que en el Calvario nos fue entregada como Madre, y supliquémosle que nos sostenga con su amorosa protección en el camino de la vida, en particular cuando pasemos por la noche del dolor, para que alcancemos a mantenernos como Ella firmes al pie de la cruz", concluyó.
Las palabras del Santo Padre fueron respondidas por fuertes aplausos y el tradicional grito "¡Benedicto!" de los peregrinos con el que le suelen expresar su afecto al Papa.

lunes, 15 de agosto de 2011

Benedicto XVI: La Virgen María nos enseña a ser diligentes con las cosas de Dios

CASTEL GANDOLFO, 15 Ago. 11 / 10:17 am (ACI/EWTN Noticias)

Al celebrar la Misa por la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María que la Iglesia recuerda cada 15 de agosto, el Papa Benedicto XVI aseguró que la Madre de Dios enseña a los cristianos a ser diligentes con las cosas de Dios, las únicas “que tienen verdadera urgencia para nuestra vida”.
En la homilía que pronunció desde la parroquia Santo Tomás de Villanueva de Castel Gandolfo, el Santo Padre reflexionó sobre el pasaje de la Visitación de María a su prima Isabel.
“María se pone en camino hacia la montaña para alcanzar rápidamente un ciudad de Judá e ir a la casa de Zacarías e Isabel. Me parece importante ‘con diligencia’: las cosas de Dios merecen diligencia, es más las únicas cosas del mundo que merecen diligencia son precisamente las de Dios, que tienen verdadera urgencia para nuestra vida”, indicó.
“María entra en esta casa de Zacarías y de Isabel, pero no entra sola” pues lleva “en su seno el hijo, que es Dios mismo hecho hombre. Ciertamente se la esperaba y también para que ayudara en aquella casa, pero el evangelista nos guía para comprender que esta espera lleva a otra, más profunda”.
“Juan Bautista en el seno de su madre baila delante del Arca de la Alianza, como David, María – y reconoce así – María es la nueva arca de la alianza, ante la cual el corazón exulta de alegría, la Madre de Dios presente en el mundo, que no tiene para sí esta divina presencia, sino la ofrece compartiendo la gracia de Dios. Y así – como dice la oración – María realmente es ‘causa de nuestra alegría’, el ‘arca’ en la que realmente el Salvador está presente entre nosotros”, indicó.
“Al contemplar a la Virgen María se nos ha dado otra gracia: la de poder ver en profundidad también nuestra vida. Sí, porque también nuestra existencia cotidiana, con sus problemas y sus esperanzas, recibe luz de la Madre de Dios, de su camino espiritual, de su destino de gloria: un camino y una meta que pueden y deben convertirse, de alguna manera, en nuestro mismo camino, nuestra misma meta”.
“Hoy la Iglesia canta el amor inmenso de Dios por esta criatura: la ha elegido como verdadera ‘arca de la alianza’, como aquella que continua a generar y a donar a Cristo Salvador a la humanidad, como Aquella que en el cielo comparte la plenitud de la gloria y goza de la felicidad misma de Dios y, al mismo tiempo, nos invita a devenir también a nosotros, en nuestro modo modesto, ‘arca’ en la que está presente la Palabra de Dios, que es transformada y vivificada por Su presencia, lugar de la presencia de Dios, para que los hombres puedan encontrar en el otro hombre la cercanía de Dios y así vivir en comunión con Dios y conocer la realidad del cielo”.
“María es el arca de la alianza, porque ha acogido en sí a Jesús, ha acogido en sí la Palabra viviente, todo el contenido de la voluntad de Dios, de la verdad de Dios, ha acogido en sí a aquel que es la nueva y eterna alianza, culminada con la ofrenda de su cuerpo y de su sangre: cuerpo y sangre recibidos de María”.
El Papa recordó que “estamos hablando de María, pero, en un cierto sentido, estamos hablando también de nosotros, de cada uno de nosotros: también nosotros somos destinatarios de aquel amor inmenso que Dios ha reservado - ciertamente, de una forma absolutamente única e irrepetible - en María”.
“En esta Solemnidad de la Asunción miramos a María: Ella nos abre a la esperanza, a un futuro lleno de alegría y nos enseña el camino para alcanzarlo: acoger en la fe, a su Hijo; no perder jamás la amistad con Él, dejarse iluminar y guiar por su palabra; seguirlo cada día, también en los momentos en los que sentimos que nuestras cruces se nos hacen pesadas”.
“María, el arca de la alianza que está en el santuario del Cielo, nos indica con luminosa claridad que estamos en camino hacia nuestra verdadera Casa, la comunión de alegría y de paz con Dios”, concluyó.

María ha subido al cielo en cuerpo y alma




Ahí nos espera; en ninguna otra parte, con los brazos abiertos para abrirnos la puerta de la gloria.

El triunfo de María es también el triunfo de sus hijos. María ha subido al cielo en cuerpo y alma para decirnos que un día estaremos con Ella, de manera semejante. Ahí nos espera; en ninguna otra parte, con los brazos abiertos para abrirnos la puerta de la gloria.

La mujer que podemos definir como Amor vivió en este mundo sólo amando: amando a Dios, a su Hijo Jesús desde que lo llevaba en su seno hasta que lo tuvo en brazos desclavado de la cruz. Amó a su querido esposo san José, y amó a todos y cada uno de sus hijos desde que Jesús la proclamó madre de todos ellos.

Desde su asunción a los cielos ha seguido amando durante dos mil años a Dios y a los hombres: Es un amor muy largo y profundo. Y apenas ha comenzado la eternidad de su amor.

Dentro de ese océano de ternura que es el Corazón de María estamos tú y yo para alegrarnos infinitamente. Desde el cielo una Madre nos ama con singular predilección. La fe en este amor debe llenar nuestra vida de alegría, de paz y de esperanza.

Dios adelantó el reloj de la eternidad para que María pudiese inaugurar con su hijo nuestra eternidad. Mientras nosotros esperamos, Ella goza de Dios con su cuerpo inmaculado, el que fue cuna de Jesús durante nueve meses.

El cuerpo en el que Dios habitó es digno de todo respeto. Está eternizado en el cielo, incorrupto, feliz como estará un día el nuestro. El cuerpo que vivirá eternamente en el cielo es digno de todo respeto. No se debe degradar lo que será tan dignamente tratado. Pasará por la corrupción, pero sólo para resucitar en nueva espiga y nuevo cuerpo inmortal, incorrupto, puro y santo.

"Voy a prepararos un lugar": Así hablaba Jesús a los apóstoles con emoción contenida. Personalmente se encargaría de tener listo ese lugar. Pero sabemos quién le ayudaría cariñosamente a preparar dicho lugar: María Santísima. Ella le ayudó -y de qué manera tan eficaz- en sus primeros pasos a la Iglesia militante. Ella sigue ayudando con su amorosa intercesión a la Iglesia purgante y, de manera muy particular, a preparar la definitiva estancia a la Iglesia triunfante.

Podremos estar seguros de ver un ramo de flores con una tarjeta y nuestro nombre: Hijo, hija, cuánto me costaste. Pero ya estás aquí. También habrá un crucifijo con esta leyenda: “Te amé y me entregué a la muerte por ti”. Jesús. Habrá un ramo de almendro florido colocado por Jesús de parte de María.

El premio de los justos es el cielo, la felicidad eterna. Poco lo pensamos. Mucho lo ponemos en peligro. “Alegraos más bien de que vuestros nombres estén escritos en el cielo”. Sabremos entonces por qué decía Jesús estas solemnes palabras, cuando veamos con los ojos extasiados lo que ha preparado Dios a sus hijos. Si les dio su sangre y su vida, ¿no les iba a dar el cielo?

Pero aquí andamos distraídos, perdidos, olvidados, comiendo los frutos agraces del pecado que pudre la sangre y envenena el alma. Cuantas veces emprendimos el camino del infierno. Tantas otras una mano cariñosa y firme nos hizo volver al camino del cielo. Pensamos en todo menos en los mejor y lo más hermoso. ¡Pobres ignorantes, ingratos, desconsiderados!


El cielo es cielo por Dios y María. Al fin nos encontraremos cara a cara con los dos más grandes amores de nuestra vida. Entonces sabremos lo que es estar locamente enamorados y para siempre de las personas más dignas de ser amadas. Enamorados de Dios, en un éxtasis eterno de amor: amados por el Amor Infinito, la Bondad Infinita. Ahí comprenderemos los misterios del amor aquí muy poco comprendidos. Volveremos a Belén a amar infinitamente, eternamente a aquel Dios hecho niño por nosotros. Volveremos a la fuente de Nazareth donde Jesús llenó el cántaro de María tantas veces. Volveremos al Cenáculo a quedar de rodillas y extasiados ante la institución de la Eucaristía, y comprenderemos las palabras del evangelista Juan: “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”.

Volveremos al Calvario y querremos quedarnos allí mucho, mucho tiempo, siglos para contemplar con el corazón en llamas el amor más grande, la ternura más delicada, y comprenderemos cada uno lo que Pablo decía: “Líbreme Dios de gloriarme en nada si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo”. Pediremos permiso de bajar a la tierra para visitar los Santos lugares no como turistas sino como locamente enamorados.

Al cielo subió la Puerta del cielo. Sueño en ese momento en que tocaré a la puerta. Y saldrá a abrirme con los brazos abiertos y una sonrisa celestial María Santísima. Tendré que sostenerme para no morir otra vez, pero de puro gozo al ver sus ojos de cielo, su rostro bellísimo, su amor increíble pero real.

María es la mujer más triunfadora. La humilde esclava del Señor ha logrado lo que ninguna mujer famosa ha conseguido. Eligió como meta cumplir la voluntad de Dios; como motivación el amor. El Premio: La Asunción los cielos en cuerpo y alma. Así nos enseña de forma contundente la mejor forma de vivir.


sábado, 13 de agosto de 2011

El Papa concede indulgencia plenaria por JMJ Madrid 2011



VATICANO, 11 Ago. 11 / 10:16 am (ACI/EWTN Noticias)

El Papa Benedicto XVI dispuso la concesión de la indulgencia plenaria por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Madrid 2011, a todos los peregrinos que, siguiendo las condiciones habituales para obtenerla, participen en alguno de los eventos litúrgicos que se desarrollarán entre el 16 y el 21 de agosto en la capital española.

Así lo señala el decreto publicado hoy por el Penitenciario Mayor de la Santa Iglesia Romana, Cardenal Fortunato Baldelli.

El texto indica además que los fieles que no podrán asistir a la JMJ podrán obtener la indulgencia parcial para lo cual deben rezar "por los propósitos espirituales de este encuentro y por su feliz éxito".

El decreto, publicado en italiano y latín, señala además que esta decisión la tomó el Santo Padre luego del pedido del Arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Cardenal Antonio María Rouco Varela.

Para obtener la indulgencia plenaria en la JMJ, los peregrinos deberán "participar en cualquier sacra función o pío ejercicio" siempre y cuando estén "confesados y verdaderamente arrepentidos para recibir la Santa Comunión, y piamente recen por las intenciones de Su Santidad".

Indulgencia para los que acompañen desde lejos

Quienes no asisten a la JMJ, pueden obtener la indulgencia parcial "donde sea que se encuentren durante el mencionado encuentro si, con ánimo contrito, elevan oraciones a Dios Espíritu Santo para que aliente en los jóvenes la caridad y les dé la fuerza para anunciar con la propia vida el Evangelio".

El decreto que también lleva la firma del Obispo Regente, Mons. Gianfranco Girotti, señala finalmente que para que los fieles puedan obtener estas indulgencias, "los sacerdotes, legítimamente aprobados para la escucha de la confesión sacramental, con ánimo pronto y generoso se alisten a recibirlos y propongan a los fieles oraciones públicas por el éxito de esta Jornada Mundial de la Juventud".


sábado, 6 de agosto de 2011

El Papa invita a "sumergirse" en la Biblia y disfrutarla en vacaciones


VATICANO, 03 Ago. 11 / 09:35 am (ACI/EWTN Noticias)

Al retomar este miércoles la habitual audiencia general, desde la residencia pontificia de Castelgandolfo, el Papa Benedicto XVI alentó a los católicos a "sumergirse" en los libros de la Biblia en vacaciones, para que el tiempo de descanso también sirva para la oración y la amistad con Dios.

El Papa señaló que cuando la persona tiene un espacio de pausa de las actividades cotidianas, en especial en vacaciones "a menudo tenemos entre manos un libro para leer. Precisamente este es el primer aspecto sobre el cual quiero detenerme. Cada uno de nosotros tiene necesidad de tiempo y espacio para el recogimiento, la meditación, la calma. Gracias a Dios esto es así".

"En efecto, esta exigencia nos confirma que no estamos hechos solamente para trabajar, sino también para pensar, reflexionar, o sencillamente para seguir con la mente y con el corazón un relato, una historia en la que sumergirse, en cierta manera ’perderse’ para salir después enriquecidos".

Benedicto XVI comentó luego que muchos de estos libros suelen ser de evasión, ante lo cual hizo una propuesta: "¿por qué no descubrir algunos libros de la Biblia, que normalmente son menos conocidos? ¿O de los que a lo mejor hemos escuchado algún fragmento durante la liturgia, pero que no hemos leído en su totalidad?"

"En efecto, muchos cristianos no leen nunca la Biblia, y tienen de ella un conocimiento muy limitado y superficial. La Biblia –como dice el nombre– es un conjunto de libros, una pequeña ‘biblioteca’, nacida en el curso de un milenio".

Seguidamente, señala la nota de Radio Vaticano, enumeró algunos libros "desconocidos" del Antiguo Testamento "que pueden leerse en una hora", como el de Tobías "una narración que contiene un sentido muy amplio de la familia y del matrimonio. O el libro de Esther, en el que la Reina judía, con la fe y la oración, salva a su pueblo del exterminio; o, todavía más breve, el libro de Ruth, una extranjera que conoce a Dios y experimenta su providencia".

"Más laboriosos, y auténticas obras de arte, son el libro de Job, que afronta el gran problema del dolor inocente. El Eclesiastés que asombra por la desconcertante modernidad con la que pone en discusión el sentido de la vida y del mundo; el Cantar de los Cantares, estupendo poema simbólico del amor humano. Como veis estos son libros del Antiguo Testamento".

El Santo Padre dijo luego que ciertamente los libros del Nuevo Testamento son más conocidos "y los géneros literarios están menos diversificados. Hay que descubrir la belleza de leer un Evangelio de corrido, o los Hechos de los Apóstoles o una de las Cartas".

"En conclusión, queridos amigos, os sugiero que tengáis a mano durante el periodo estivo, o en los momentos de pausa, la Sagrada Biblia para disfrutarla de una nueva manera, leyendo de seguido algunos de sus Libros, tanto los menos conocidos como los que más, como los Evangelios, pero de manera continuada".

De esa manera, explicó el Papa, "los momentos de distensión podrán ser, además de enriquecimiento cultural, alimento del espíritu capaz de alimentar el conocimiento de Dios y propiciar el diálogo con Él, la oración".

"Y así parece más bien una bonita ocupación para las vacaciones: tomar un libro de la biblia y –de esta manera– tener un poco de distensión. Asimismo, tener tiempo para entrar en el gran espacio de la Palabra de Dios, profundizar nuestro contacto con lo eterno, precisamente, como objetivo del tiempo libre que el Señor nos da", concluyó.

En español el Santo Padre reiteró su pedido de leer la Biblia "descubriendo así, poco a poco la inmensa riqueza de este tesoro que es la Palabra de Dios. Gracias por vuestra presencia y oración. Que el Señor vaya siempre con vosotros".

sábado, 30 de julio de 2011

La mayor pobreza para los jóvenes, es la pobreza de amor; advierte el papa


Mensaje en el quinto centenario de los Padres Somascos


CASTEL GANDOLFO, viernes 29 de julio de 2011 (ZENIT.org).-


Cuando quedan pocos días para las Jornadas Mundiales de la Juventud de Madrid, Benedicto XVI ha alentado a salir al paso de las pobrezas que hoy día atenazan a los jóvenes, comenzando por la peor, la falta de amor.

“Es necesario --subraya el papa en una misiva-- que el crecimiento de las nuevas generaciones sea alimentado no sólo por nociones culturales y técnicas, sino sobre todo por el amor, que vence al individualismo y al egoísmo y permite prestar atención a las necesidades de todo hermano y hermana, incluso cuando no puede intercambiarlas, es más, precisamente entonces”.

Por este motivo, el Santo Padre pide “preocuparse por toda pobreza de nuestra juventud, moral, física, existencial, y ante todo, la pobreza de amor, raíz de todo serio problema humano”.

Esta es la consigna que ha dejado en la carta que ha enviado al prepósito general de los Clérigos Regulares Somascos, con motivo del año jubilar convocado por la Orden en el quinto centenario de la prodigiosa liberación de la cárcel del fundador, san Jerónimo Emiliani (1486-1537), patrono universal de los huérfanos y de la juventud abandonada.

La misiva presenta el ejemplo del joven soldado Jerónimo, cuya vida cambió en la noche del 27 de septiembre de 1511, cuando estaba encarcelado, tras haber quedado prisionero en la guerra entre la República de Venecia y los Estados de la Liga de Cambrai.

Tras hacer un voto de cambio de vida a la Virgen, recuperó la libertad de manera inexplicable.

“Orientado por sus vicisitudes familiares, a causa de las cuales se había convertido en tutor de todos sus sobrinos que quedaron huérfanos, san Jerónimo maduró la idea de que la juventud, sobre todo la más necesitada, no puede ser abandonada, sino que para crecer de una manera sana requiere un requisito esencial: el amor”, explica el papa.

“En él, el amor superaba el ingenio, y dado que era un amor que surgía de la caridad misma de Dios, estaba lleno de paciencia y de comprensión: atento, tierno y dispuesto al sacrificio, como el de una madre”, escribe el obispo de Roma.

Los Padres Somascos, fundados por san Jerónimo como “Compañía de los siervos y de los pobres”, hacia el año 1534, asumen el nombre de la localidad italiana donde nacieron y falleció su fundador, Somasca. Se dedican en particular a la educación cristiana de la juventud.

Los Somascos cuentan con 463 religiosos, de los cuales 338 son sacerdotes, esparcidos por Europa, América y Asia.

sábado, 23 de julio de 2011

Es necesario recuperar el “alma cristiana” de la educación, dice el Papa


Inaugurada la Asamblea Plenaria de la Institución Teresiana


LOS NEGRALES, viernes 22 de julio de 2011 (ZENIT.org).-

El Papa Benedicto XVI señaló como reto actual el “despertar el alma cristiana y humana en el mundo de la educación, la cultura y la promoción integral de la persona”, en un mensaje dirigido a la asamblea plenaria de la Institución Teresiana.

Este Instituto, fundado en España por el mártir san Pedro Poveda, se encuentra reunido desdeeste martes, 19 de julio hasta el 28 de julio en Los Negrales (Madrid), lugar que alberga las reliquias del fundador san Pedro Poveda y de la sierva de Dios María Josefa Segovia, primera directora general.

En su mensaje, el Papa recuerda que esta Institución, nacida a los pies de la Virgen de Covadonga, es“una idea buena para dar renovado aliento a una vida cristiana exigente y a una generosa misión de evangelizar y humanizar los diversos sectores sociales” que “el Fundador puso en práctica con determinación, dulzura y competencia”.

Concluye invitando a los participantes en la Asamblea a “a renovar con gozo su compromiso de cultivar con esmero en su corazón la presencia de Cristo, según la gran maestra en las cosas del espíritu, santa Teresa, de manera que su vida sea ejemplo en el mundo y sus actividades proyecten en cada ser humano la luz de Dios”.

Por su parte, el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos,cardenal Stanislaw Rylko envió otro mensaje a la asamblea, recordando la idea fundacional desan Pedro Poveda, de “una asociación que, al promover la relación entre la fe y la cultura, pudiera contribuir al crecimiento humano y a la transformación social, comprometiéndose así en la construcción de una sociedad justa, solidaria y animada por los valores del Evangelio”.

“La Institución Teresiana quiere ser en nuestros días, a la luz de su primer centenario, una experiencia significativa de acción de gracias, de despliegue de la misión evangelizadora y de renovación en el seguimiento de Cristo”, concluye el presidente del Consejo Pontificio para los Laicos.

La Plenaria de la Institución Teresiana, inaugurada por su directora general, Loreto Ballester, y elarzobispo de Oviedo, monseñor Jesús Sanz Montes, reúne a representantes de treinta países de cuatro continentes.

Nuevos escenarios

En su discurso inaugural, la directora Loreto Ballester, haciéndose eco del próximo Sínodo de los Obispos sobre “La Nueva Evangelización para la transmisión de la fe cristiana” (en 2012), citó algunos nuevos escenarios de evangelización dibujados en el documento de trabajo de esta cita episcopal universal.

Son seis escenarios: cultural, social, medios de comunicación, económico, investigación científica y tecnológica y político.

Para la directora, estos escenarios exigen desarrollar una actitud crítica ante los estilos de vida, estructuras de pensamiento, valores, y lenguajes. El cristianismo moderno, dijo, “debe siempre aprender a comprenderse a sí mismo a partir de las propias raíces y en diálogo con el mundo cambiante”.

Loreto Ballester inquirió: “Institución Teresiana ¿dónde está tu Dios?”. Es una pregunta, dijo, que viene de “nuestros hermanos los hombres y las mujeres de hoy, los jóvenes, los excluidos de nuestras sociedades”. Y la hacen también “quienes con empeño se comprometen en el bien de la humanidad, buscan razones para vivir y esperar”. Estos, dicen, con resonancia bíblica: “Muéstranos a tu Dios, muéstranos tu esperanza”.

Concluyó con una frase de santa Teresa de Ávila que ofreció a la Asamblea como un reto decisivo: “¡Aventuremos la vida!”.

Testimonios de todo el mundo

Es también la resonancia que más caló en el representante americano en la mesa de inauguración de la Asamblea. “Decíamos hoy que América es la aventura, inclusive se vende muchas veces como aventura, y que nos inviten hoy precisamente a lo que somos, da más ganas todavía de participar”, comentó Víctor París.

Gregoria Ruiz, de Asia, dijo sentirse impresionada por “el reto que Loreto Ballester nos hizo de cómo representamos a Dios a la gente de hoy, qué Dios presentamos a la gente en la sociedad de hoy, y especialmente en el mundo de los jóvenes, que tanto lo necesita, y que tenemos que darles como regalo”.

Para Gloria Alonso, pensando en Europa, “la principal resonancia fue la pregunta de cómo damos razón de nuestra esperanza. Para un continente como es el europeo, yo siento que necesitamos fortalecer mucho la esperanza para mantenerlo vivo y dar razón de nuestra fe”.

Berthe Odia comentó que “el discurso fue una acción de gracias por la Obra que Dios ha inspirado a Pedro Poveda”. Loreto Ballester –añadió Berthe--, al aludir “al lema de la memoria y el compromiso quiso citar los orígenes para llegar a los compromisos actuales, y muchas veces nos devolvía el mensaje de Pedro Poveda”.

“La Institución Teresiana es como un regalo para África –explicó--. Es un regalo porque si vemos la situación actual: las injusticias, la marginación, eso nos lleva al tiempo de Pedro Poveda. Y también porque la cultura africana no promueve a la persona, especialmente a la mujer”.

“Nosotros miembros africanos de la Institución tenemos que responder a un gran desafío. No será por la palabra sino por lo que vivimos, tenemos que conciliar lo que vivimos con la palabra, para que realmente seamos instrumentos de evangelización, de transformación con nuestro testimonio de vida, con la lucha por la promoción de la persona humana, la lucha contra la corrupción”.

“Creo que será nuestro testimonio el que atraerá a la gente y hará que, en los lugares donde vivimos, se pregunten qué hay de especial en nosotros, y así podremos contribuir al desarrollo de la Institución y a su arraigo en África”.

La intensa jornada siguió con una eucaristía presidida por el arzobispo de Oviedo.

En la homilía, monseñor Sanz Montes recordó cómo “a la sombra de nuestra Santina”, Pedro Poveda recibió este carisma “para la Iglesia de Dios”. Subrayó que los santos no añaden nada al Evangelio sino que reciben la misión de “reparar”. “Un santo es alguien que recuerda una palabra ya dada y la reestrena, la vuelve a pasar por el corazón”.

Pedro Poveda –dijo- se inscribe en “toda esa pléyade de santos cristianos” que han ido surgiendo en cada época. “Los primeros cristianos cambiaron el mundo desde el espectáculo de la santidad”, en un ambiente decadente.

Y lanzó una pregunta: ¿Cómo poder expresar la fidelidad a Jesucristo en la Iglesia y para el mundo?. Una fidelidad que –dijo- supera la tentación de refugiarse en el pasado con nostalgia o en un futuro que no ha llegado todavía. Invitó al “realismo humilde de vivir el presente”. Citó a Juan Pablo II que invitaba a una “fidelidad creativa”.

Esta asamblea continúa sus trabajos en este lugar relicario de los cien años de vida de la Institución Teresiana.

El día 28 de julio, fiesta litúrgica de san Pedro Poveda, afluirán a este centro de espiritualidad y estudio, asociados, amigos, familiares y colaboradores de la Institución Teresiana para celebrar la conclusión de este evento.

Para saber más: www.institucionteresiana.com

sábado, 16 de julio de 2011

Benedicto XVI: “La verdadera "Parábola" de Dios es Jesús mismo”


Intervención con motivo del Ángelus


CASTEL GANDOLFO, domingo 10 de julio de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la alocución que Benedicto XVI dirigió este domingo a los fieles congregados en el patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo para el rezo del Ángelus.

***

¡Queridos hermanos y hermanas!

Os agradezco que hayáis venido para la cita del Ángelus aquí a Castel Gandolfo, donde he llegado hace pocos días. Aprovecho de buen grado la ocasión para dirigir mi saludo cordial también a todos los habitantes de esta querida ciudad, con el deseo de una buena estación estival. Saludo en particular a nuestro Obispo de Albano.

En el Evangelio de este Domingo (Mt 13,1-23), Jesús se dirige a la multitud con la célebre parábola del sembrador. Es una página de algún modo “autobiográfica”, porque refleja la experiencia misma de Jesús, de su predicación: Él se identifica con el sembrador, que esparce la buena semilla de la Palabra de Dios, y percibe los diversos efectos que obtiene, según el tipo de acogida reservada al anuncio. Hay quien escucha superficialmente la Palabra pero no la acoge; hay quien la acoge en el momento pero no tiene constancia y lo pierde todo; hay quien es abrumado por las preocupaciones y seducciones del mundo; y hay quien escucha de manera receptiva como la tierra buena: aquí la Palabra da fruto en abundancia.

Pero este Evangelio insiste también en el “método” de la predicación de Jesús, es decir, justamente, en el uso de las prábolas. “¿Por qué les hablas en parábolas?”, preguntan los discípulos (Mt 13,10). Y Jesús responde poniendo una distinción entre ellos y la multitud: a los discípulos, es decir a los que ya se han decidido por Él, les puede hablar del Reino de Dios abiertamente, en cambio a los demás debe anunciarlo en parábolas, para estimular precisamente la decisión, la conversión del corazón; las parábolas, de hecho, por su naturaleza requieren un esfuerzo de interpretación, interpelan a la inteligencia pero también a la libertad. Explica San Juan Crisóstomo: “Jesús ha pronunciado estas palabras con la intención de atraer a sí a sus oyentes y de solicitarlos asegurando que, si se dirigen a Él, los sanará” (Com. al Evang. de Mat., 45,1-2). En el fondo, la verdadera “Parábola” de Dios es Jesús mismo, su Persona, que, en el signo de la humanidad, esconde y al mismo tiempo revela la divinidad. De esta manera Dios no nos obliga a creer en Él, sino que nos atrae hacia Sí con la verdad y la bondad de su Hijo encarnado: el amor, de hecho, respeta siempre la libertad.

Queridos amigos, mañana celebraremos la fiesta de San Benito, Abad y Patrón de Europa. A la luz de este Evangelio, mirémosle como maestro de la escucha de la Palabra de Dios, una escucha profunda y perseverante. Debemos siempre aprender del gran Patriarca del monaquismo occidental y dar a Dios el lugar que Él espera, el primer lugar, ofreciéndoLe, con la oración de la mañana y de la tarde, las actividades cotidianas. La Virgen María nos ayude a ser, según su modelo, “tierra buena” donde la semilla de la Palabra pueda dar mucho fruto.

[Después del Ángelus, dijo:]

Queridos hermanos y hermanas, hoy se celebra el considerado “Domingo del Mar”, es decir la Jornada para el apostolado en el ámbito marítimo. Dirijo un pensamiento particular a los Capellanes y a los voluntarios que se prodigan en el cuidado pastoral de los marineros, de lo pescadores y de sus familias. Aseguro mi oración también por los marineros que por desgracia se encuentran secuestrados por actos de piratería. Auspicio que sean tratados con respeto y humanidad, y rezo por sus familiares, para que sean fuertes en la fe y no pierdan la esperanza de reunirse pronto con sus seres queridos.

[Después saludó a los peregrinos en distintas lenguas. En francés, dijo:]

En este tiempo de vacaciones, queridos peregrinos francófonos, y particularmente del coro de la basílica de Nuestra Señora de Lausanne, os invito a recobrar fuerzas maravillándoos ante el esplendor de la Creación. Padres, ¡enseñad a vuestros hijos a observar la naturaleza, a respetarla y a protegerla como un don magnífico que nos hace presentir la grandeza del Creador! Hablando en parábolas, Jesús utilizó el lenguaje de la naturaleza para explicar a sus discípulos los misterios del Reino. ¡Que las imágenes que usa se nos hagan familiares! Recordemos que la realidad divina está escondida en nuestra vida cotidiana como la semilla enterrada en la tierra. ¡En nosotros hagamos que dé fruto! ¡Feliz domingo a todos!

[En español, dijo:]

Saludo con afecto a los peregrinos de lengua española que han venido hasta aquí para participar en esta oración mariana, en particular al grupo de la Hermandad de la Veracruz, de Algaba, así como a cuantos se han unido a nosotros a través de la radio y la televisión. La imagen del Sembrador que nos propone el Evangelio de hoy nos invita a acoger con el corazón abierto y puro la Palabra de Dios, para que produzca abundante fruto. Pidamos a la Virgen María que nos ayude a estar siempre dispuestos, como ella, a recibir con gozo todo lo que el Señor nos dice. Feliz domingo.

[Traducción del original plurilingüe por Patricia Navas]

sábado, 9 de julio de 2011

El Papa visitó la muestra dedicada a Karol Wojtyla



ROMA, jueves 7 de julio de 2011 (ZENIT.org).-

Benedicto XVI visitó ayer miércoles, la muestra dedicada a Juan Pablo II organizada en el Brazo de Carlomagno, en el Vaticano, con ocasión de la beatificación del papa polaco.

La exposición recorre a través de imágenes la vida y el pontificado de Karol Wojtyla, desde la infancia al proceso canónico que lo llevó a ser inscrito en el libro de los bienaventurados. La organización ha sido llevada a cabo por Bárbara Jatta, conservadora de los grabados de la Bilioteca Apostólica Vaticana, y por Roberto Pulitani, de la Dirección de Servicios Técnicos de la Gobernación.

La muestra -como recuerda L'Osservatore Romano- nos permite ver el kayak, que, en los años 60 Karol Wojtyla, ya auxiliar de Cracovia, usaba para practicar el piragüismo; o también las botas que usaba para practicar esquí; también una piedra de las canteras de Zakrzówek y un distintivo de trabajador de la Solvay donde el joven Wojtyla trabajó durante la II Guerra Mundial; así como la reproducción de un manifiesto de una velada literaria en la que participó.

Está también la petición de admisión para la ordenación diaconal, con fecha del 13 de octubre de 1946; y después el permiso para llevar bici obtenido en junio de 1956, el escapulario de la Virgen del Carmen que llevaba siempre consigo, el rosario de ámbar, la sotana sacerdotal, el anillo episcopal y algunas de sus obras literarias traducidas en varias lenguas.

Recibido por el cardenal Giovanni Lajolo, presidente de la Gobernación, Benedicto XVI visitó también la sección en la que se muestran las imágenes del atentado del 13 de mayo de 1981, y las secciones dedicadas a los Jubileos y a las Jornadas Mundiales de la Juventud, donde ha podido ver el original de la cruz de madera confiada por Juan Pablo II a los jóvenes en la Pascua de 1984.

La Exposición, a cargo de la Gobernación y de la Embajada polaca en la Santa Sede, fue inaugurada el pasado 28 de abril y permanecerá abierta hasta el 24 de julio. La entrada es gratuita.

sábado, 2 de julio de 2011

Hambre en el mundo es resultado de egoísmo y especulación, dice el Papa


VATICANO, 01 Jul. 11 / 10:51 am (ACI/EWTN Noticias)

En su discurso a los participantes de la 37° conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Papa Benedicto XVI hizo un enérgico llamado a luchar contra el hambre en el mundo que es el resultado del egoísmo y la especulación.

En su discurso en francés en la Sala Clementina del Palacio Apostólico, el Papa saludó al nuevo director general de ese organismo José Graziano da Silva y agradeció al anterior, Jacques Diouf, el servicio que con "competencia y dedicación" había prestado a la FAO durante sus años al frente de ella.

"La pobreza, el subdesarrollo y el hambre –dijo– son a menudo el resultado de actitudes egoístas que, partiendo del corazón del ser humano se manifiestan en su actividad social, en los intercambios económicos, en las condiciones del mercado y se traducen en la negación del derecho primario de toda persona a nutrirse y, por lo tanto, a no padecer hambre".

"¿Cómo podemos ignorar el hecho de que hasta los alimentos se han convertido en objeto de especulación, o están ligados a la marcha de un mercado financiero que, sin reglas claras y carente de principios morales, se rige solo por el objetivo del beneficio? La alimentación es una condición que afecta al derecho fundamental a la vida".

"La situación internacional caracterizada por la inestabilidad y el aumento de precios exige respuestas concretas y necesariamente unitarias para lograr resultados que los Estados solos no pueden garantizar".

Esto significa hacer que la solidaridad sea un elemento esencial para todas las políticas y estrategias. "En esta perspectiva –prosiguió– las instituciones de la comunidad internacional deben actuar en línea con su mandato de defender los valores de la dignidad humana eliminando las actitudes de cierre y no dejando espacio a instancias particulares que se hacen pasar por intereses generales".

Benedicto XVI recordó que también la FAO "está llamada a relanzar su estructura removiendo los obstáculos que la alejan del objetivo indicado en su Constitución de garantizar la nutrición, la disponibilidad de la producción de alimentos, el desarrollo de las zonas rurales con el fin de garantizar a la humanidad la libertad del hambre".

El Papa habló a continuación de "la situación de millones de niños que son las primeras víctimas de esta tragedia, condenados a una muerte precoz o a una merma de su desarrollo físico y psíquico" y señaló que "la atención a las generaciones más jóvenes puede ser una manera de combatir el abandono del trabajo rural y agrícola".

Asimismo lamentó que "a pesar de los compromisos adquiridos y las obligaciones resultantes, la asistencia y ayuda práctica se limitan a menudo a las emergencias, olvidando que una concepción coherente del desarrollo debe ser capaz de diseñar un futuro para cada persona, familia y comunidad mediante la promoción de metas a largo plazo".

Por lo tanto, se debe apoyar aquellas iniciativas "encaminadas a redescubrir el valor de la empresa familiar rural y sostener su papel central para lograr una seguridad alimentaria estable".

"La seguridad alimentaria es una exigencia auténticamente humana. Garantizarla para las generaciones actuales y futuras también significa proteger los recursos naturales de una explotación frenética ya que la carrera al consumo y al derroche parece hacer caso omiso de la atención por el patrimonio genético y la diversidad biológica, que son tan importantes para la actividad agrícola".

Finalmente el Papa indicó que "en este momento en que los muchos problemas que afectan a la actividad agrícola están acompañados por nuevas oportunidades que contribuirían a mitigar el drama del hambre, podéis trabajar para que, garantizando una alimentación que responda a las necesidades, cada persona crezca según su verdadera dimensión de criatura hecha a semejanza de Dios".

domingo, 26 de junio de 2011

Homilía del Papa en la procesión del Corpus Christi

Ayer en San Juan de Letrán


CIUDAD DEL VATICANO, viernes 24 de junio de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación la homilía que el Papa Benedicto XVI pronunció ayer durante la Misa celebrada en San Juan de Letrán, en la solemnidad del Corpus Christi o Corpus Domini, antes de la procesión que recorrió la Vía Merulana hasta Santa María la Mayor.

* * * * *

¡Queridos hermanos y hermanas!

La fiesta del Corpus Domini es inseparable a la del Jueves Santo, de la Misa de Caena Domini, en la que celebramos solemnemente la institución de la Eucaristía. Mientras que en la noche del Jueves Santo se revive el misterio de Cristo que se ofrece a nosotros en el pan partido o en el vino derramado, hoy, en la celebración del Corpus Domini, este misterio se ofrece a la adoración y a la meditación del Pueblo de Dios, y el Santísimo Sacramento es llevado en procesión por las calles de las ciudades y de los pueblos, para manifestar que Cristo resucitado camina en medio de nosotros y nos guía hacia el Reino de los Cielos.

Lo que Jesús nos ha dado en la intimidad del Cenáculo, hoy lo manifestamos abiertamente, porque el amor de Cristo no está reservado a algunos pocos, sino que está destinado a todos. En la Misa en Caena Domini del pasado Jueves Santo destaqué que en la Eucaristía sucede la transformación de los dones de esta tierra -el pan y el vino- con el fin de transformar nuestra vida e inaugurar así la transformación del mundo. Esta tarde quisiera retomar este perspectiva.

Todo parte, se podría decir, del corazón de Cristo, que en la Última Cena, en la vigilia de su pasión, agradeció y alabó a Dios y, de esta manera, con la potencia de su amor, transformó el sentido de la muerte a la que iba a enfrentarse. El hecho de que el Sacramento del altar haya asumido el nombre de “Eucaristía” -“acción de gracias”- expresa exactamente esto: que la transformación de la sustancia del pan y del vino en el Cuerpo y Sangre de Cristo, es fruto del don que Cristo ha hecho de sí mismo, don de un Amor más fuerte que la muerte, Amor Divino que lo ha hecho resucitar de entre los muertos. Esta es la razón por la que la Eucaristía es alimento de vida eterna, Pan de la vida. Del corazón de Cristo, desde su “oración eucarística” hasta la vigilia de la pasión, viene este dinamismo que transforma la realidad en sus dimensiones cósmicas, humanas e históricas. Todo procede de Dios, de la omnipotencia de su Amor Uno y Trino, encarnado en Jesús. En este Amor está inmerso el corazón de Cristo; por esto sabe agradecer y alabar a Dios incluso frente a la traición y a la violencia, y en este modo cambia las cosas, las personas y el mundo.

Esta transformación es posible gracias a una comunión más fuerte que la división, la comunión de Dios mismo. La palabra “comunión”, que nosotros usamos para designar la Eucaristía, reasume en sí mismo la dimensión vertical y la horizontal del don de Cristo. Es muy bella y elocuente la expresión “recibir la comunión” referida al hecho de comer el Pan eucarístico. En efecto, cuando realizamos este acto, entramos en comunión con la vida misma de Jesús, en el dinamismo de esta vida que se da a nosotros y por nosotros. Desde Dios, a través de Jesús, hasta llegar a nosotros: una única comunión se transmite en la Santa Eucaristía. Lo hemos escuchado hace poco, en la Segunda Lectura, de las palabras del apóstol Pablo dirigidas a los cristianos de Corinto: “ La copa de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Ya que hay un solo pan, todos nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo Cuerpo, porque participamos de ese único pan.(1 Cor 10,16-17).

San Agustín nos ayuda a comprender la dinámica de la comunión eucarística cuando hace referencia a una especie de visión que tuvo, en la que Jesús le dice: “Yo soy el alimento de los fuertes. Crece y me tendrás. Tú no me transformarás en ti, como el alimento del cuerpo, sino que será tú el transformado en mí” (Conf. VII, 10, 18). Mientras que el alimento corporal es asimilado por nuestro organismo y contribuye a su sustento, en el caso de la Eucaristía se trata de un Pan diferente: no somos nosotros los que lo asimilamos, sino que nos asimila a sí, así nos convertimos conforme a Jesucristo, miembros de su cuerpo, una sola cosa con Él. Esta fase es decisiva. De hecho, exactamente porque es Cristo el que, en la comunión eucarística, nos transforma a sí, nuestra individualidad , en este encuentro, se abre, liberada de su egocentrismo y inscrita en la Persona de Jesús, que a su vez está inmerso en la comunión trinitaria. Así la eucaristía, mientras que nos une a Cristo, nos abre a los demás, nos hace miembros los unos de los otros: ya no estamos divididos, sino que somo una sola cosa en Él. La comunión eucarística me une a la persona que tengo al lado, y con la que, quizás, ni siquiera tengo una buena relación, y también nos une a los hermanos que están lejos, en todas las partes del mundo. De aquí, de la Eucaristía, deriva, por tanto, el sentido profundo de la presencia social de la Iglesia, como testifican los grandes Santos sociales, que fueron siempre grandes almas eucarísticas. Quien reconoce a Jesús en la Hostia Santa, lo reconoce en el hermano que sufre, que tiene hambre y sed, que es forastero, desnudo, enfermo, encarcelado; y está atento a todas las personas, se compromete, de modo concreto, por todos los que tienen necesidad. Del don del amor de Cristo proviene, por tanto, nuestra especial responsabilidad de cristianos en la construcción de una sociedad solidaria, justa y fraterna. Especialmente en nuestra época, en la que la globalización nos hace, cada vez más, dependientes los unos de los otros, el Cristianismo puede y debe hacer que esta unidad no se construya sin Dios, es decir, si en el Verdadero Amor, lo que daría lugar a la confusión, al individualismo, y la opresión de todos contra todos. El Evangelio mira desde siempre a la unidad de la familia humana, una unidad no impuesta por las alturas, ni por intereses ideológico o económicos, sino a partir del sentido de responsabilidad de los unos hacia los otros, porque nos reconocemos miembros de un mismo cuerpo, del cuerpo de Cristo, porque hemos aprendido y aprendemos constantemente por el Sacramento del Altar que la comunión, el amor es la vía de la verdadera justicia.

Volvemos ahora al acto de Jesús en la Última Cena. ¿Qué sucedió en ese momento? Cuando Él dijo: Este es mi cuerpo que he dado por vosotros, esta es mi sangre derramada por vosotros y por todos los hombres, ¿Qué sucede? Jesús en este gesto anticipa el suceso del Calvario. Él acepta por amor toda la pasión, con su sufrimiento y su violencia, hasta la muerte de cruz; aceptándola de este modo, la transforma en una acto de donación. Esta es la transformación que el mundo necesita, porque lo redime desde el interior, lo abre a las dimensiones del Reino de los cielos.. Pero esta renovación del mundo, Dios quiere realizarla siempre a través de la misma vía seguida por Cristo, este camino, que es Él mismo. No hay nada de mágico en el Cristianismo. No hay atajos, sino que todo pasa a través de la lógica humilde y paciente de la semilla de grano que se parte para dar la vida, la lógica de la fe que mueve las montañas con el suave poder de Dios. Por esto quiere continuar renovando la humanidad, la historia y el cosmos, a través de esta cadena de transformaciones, de la que la Eucaristía es el sacramento. Mediante el pan y el vino consagrados, en los que están realmente presentes su Cuerpo y su Sangre, Cristo nos transforma, asimilándonos a Él: nos implica en su obra de redención, haciéndonos capaces, por la gracia del Espíritu Santo, de vivir según su misma lógica de donación, como semillas de grano unidos a Él y en Él. Así se siembran y van madurando en los surcos de la historia, la unidad y la paz, que son el fin al que tendemos, según el diseño de Dios.

Sin ilusiones, sin utopías ideológicas, nosotros caminamos por los caminos del mundo, llevando dentro de nosotros el Cuerpo del Señor, como la Virgen María en el misterio de la Visitación. Con la humildad de sabernos simples semillas de grano, custodiamos la firme certeza de que el amor de Dios, encarnado en Cristo, es más fuerte que el mal, que la violencia y que la muerte. Sabemos que Dios prepara para todos los hombres, cielos nuevos y tierra nueva, en la que reinan la paz y la justicia, y en la fe entrevemos el mundo nuevo, que es nuestra verdadera patria. También esta tarde, mientras se pone el sol sobre nuestra amada ciudad de Roma, nosotros nos ponemos en camino: con nosotros está Jesús Eucaristía, el Resucitado, que dijo “yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). ¡Gracias, Señor Jesús! Gracias por tu fidelidad, que sostiene nuestra esperanza. Quédate con nosotros, porque se hace de noche. “Buen Pastor, verdadero Pan, ¡Oh Jesús! ¡Piedad de nosotros; aliméntanos, defiéndenos, llévanos a los bienes eternos, en la tierra de los vivos! Amén.

[Traducción del original italiano por Carmen Álvarez]

domingo, 19 de junio de 2011

Dios Trinidad

AMOR-COMUNICACIÓN TOTAL



La Iglesia, la comunidad cristiana, tiene conciencia de que, si es verdad lo que el Nuevo Testamento dice, que Dios envió a su propio Hijo, que Dios habló por medio de su Palabra, que Dios se ha revelado en su imagen, quiere decir que Dios es una realidad comunicable. Los diversos títulos que se otorgan a Jesús expresan de diversas maneras que éste es comunicación de Dios. Como Hijo, es la comunicación de vida del Padre. Como Palabra, es la comunicación de sus designios. Como Imagen, es la comunicación de la estructura divina.

En estas expresiones hay una necesidad de expresar esta realidad: Dios no es alguien que no se comunica; no es alguien cerrado sobre sí mismo; no es alguien como estéril, muerto.

En los catecismos se decía: "Dios es el ser perfectísimo, absoluto, inmutable, simple, impasible". La Biblia dice otra cosa: Dios es amor, Dios es comunicación, Dios es donación, Dios no es un absoluto autosuficiente y cerrado, sino que es un absoluto de comunicación.

Si Dios es comunicación, si Dios es un absoluto de amor, es el amor total, perfecto, la comunicación total, perfecta. El ama eternamente, se comunica eternamente, habla eternamente, se refleja a sí mismo eternamente. «Luz, resplandor de la Luz». Todas las otras expresiones del Credo son otra forma de decir esto mismo: que la realidad de Dios, por sí misma, es comunicación, amor, donación, manifestación. Y lo es por su misma esencia, por su misma manera de ser.

Nosotros no tenemos por esencia ser comunicación. Somos seres mezclados de comunicación e incomunicación. Somos espíritu y materia; somos amor y egoísmo; somos cerrados y abiertos. Por eso tenemos momentos de comunicación y momentos de no comunicación; tenemos momentos de palabra y momentos de silencio; momentos en que hacemos hijos y momentos en que no hacemos nada, sino más bien devoramos los hijos de los otros, y los propios; tenemos una imagen, pero la imagen no representa adecuadamente lo que somos, y no acabamos de ser capaces de representarnos. Si pudiéramos comprender lo que puede ser un amor total, alguien que es todo amor; una comunicación total, alguien que es todo comunicación; una palabra total, que expresara todo lo que hay, comprenderíamos qué es la Trinidad: Tres en una misma realidad comunicada totalmente.

Son Dios tanto el Uno como el Otro y el Otro. Porque cuando la comunicación es total, todo lo que tiene el Padre lo tiene el Hijo, y el Padre no se queda con nada que no le dé al Hijo. El Evangelio de San Juan subraya esto: "No tengo nada que el Padre no me haya dado"; «todo lo que tiene el Padre me lo ha dado a mí»; «el Padre y yo somos una misma cosa»; "quien me ve a mí, ve al Padre".

Si pudiéramos imaginar un amor total, si pudiéramos darnos del todo al que amamos, de manera que yo fuese el otro, y el otro fuese yo, comprenderíamos lo que son el Padre y el Hijo y el Espíritu. El Padre es tan Dios como el Hijo, y el Hijo es tan Dios como el Padre; y el Espíritu que es la comunión que hay entre ambos, es tan Dios como el uno y el otro. No hay más. Es el amor total, la comunicación total.

Si, por un imposible, un papa dijese que dejáramos correr el creer en la Trinidad, tendríamos que dejar de creer en Dios. En un Dios que no sea Trinidad no se puede creer, porque sería un Dios cerrado sobre sí mismo; sería un Dios que no puede salir de sí mismo, que no puede interesar a nadie, que no puede entrar en relación, que no puede crear, porque ha de crear por su Palabra. ¿Por qué, hace unos años, estaba de moda hablar de la muerte de Dios? Porque un Dios que no sea Trinidad -y ahora la gente parece haber perdido el sentido del Dios trinitario, quizá porque no hemos sabido predicarlo- es un Dios que está muerto de hastío, de soledad, de esterilidad. Un Dios así no sabe qué hacer en toda la eternidad; es un Dios estéril que no puede hacer nada; no tiene actividad. Es un Dios muerto.

La Trinidad es la vida de Dios, y la vida es comunicación. Y nuestra dificultad ante la Trinidad se debe, sencillamente, a que tenemos una metafísica implícita de Dios, aunque la gente no lo sepa. Es la metafísica del ser estático, "cósico", que no nos deja captar que el principio de todo es la vida y que la vida es comunicación. Dios no es un absoluto de ser sino un absoluto de comunicación, de amor. La Biblia dice bien claro que Dios es amor. Pero parece que se nos ha gastado la palabra.

El Padre está toda la eternidad engendrando al Hijo. «Nacido del Padre antes de todos los siglos». Es tan eterno como el Padre, es la vida de Dios. «Dios nacido de Dios, Luz resplandor de la Luz». Esta palabra, «Luz», es de San Atanasio, y quizá es la manera más bonita de decir lo que es muy difícil de expresar. Entre la luz y su resplandor hay diferencia y no la hay. Quizá es la imagen que encontraban más aproximada: veían que la luz y el resplandor es lo mismo y no es lo mismo; es decir, la luz tiene una entidad en sí, pero hacia fuera es el resplandor. Es como si dijéramos «Dios hacia dentro» y «Dios hacia afuera». «Luz resplandor de la Luz, Dios verdadero nacido de Dios verdadero. Engendrado, no creado". Con esta imagen se quería combatir la concepción arriana. Se quería contraponer el nivel del «hacer» (fabricación de algo extrínseco) y el nivel del "engendrar" (que surge de la misma vida interna): la creación temporal y la generación eterna. El Hijo es «engendrado, no creado». El lenguaje es convencional, como siempre. También lo será después la oposición entre naturaleza-persona. Querían decir: al hablar de "engendrar" queremos expresar la generación eterna, y al hablar de «creado» nos referimos a la creación en el tiempo. Sólo las criaturas son creadas; la generación de Dios es eterna. El lenguaje es muy insuficiente, pero es la única manera que hay de intentar entrar en la inefable realidad de Dios.

Un principio de la teología trinitaria moderna es que "Dios se manifiesta tal como es y es tal como se manifiesta". A nosotros Dios se nos manifiesta realmente como Padre, Hijo y Espíritu. El Nuevo Testamento nos habla de los tres. Entonces, si se nos ha manifestado como Padre, Hijo y Espíritu, es que Dios es Padre, Hijo y Espíritu. Si no, el Nuevo Testamento sería un engaño. Dios nos habría engañado. Ninguno de nosotros puede decir: «yo me manifiesto tal como soy y soy tal como me manifiesto», porque mi capacidad de manifestarme es muy limitada. Yo sólo me puedo manifestar a trozos, por partes. Tengo la ilusión de pensar que sé más cosas de las que soy capaz de decir o expresar. Pero en Dios no pasa así: si El se manifiesta como Padre, Hijo y Espíritu, es que El es Padre, Hijo y Espíritu. Siempre como algo provisional, no del todo adecuado, ya que todas estas denominaciones no son más que aproximativas, y por eso en el Nuevo Testamento se dan distintos modos de hablar: Hijo, Palabra, Imagen, Resplandor... Lo importante es que con estas expresiones, tan imperfectas, lo que queremos confesar es la realidad de la encarnación y de la salvación, la diferencia entre un Dios personal y comunicativo y un Dios impersonal; entre un Dios vivo y un Dios muerto, reducido quizá a una ciega fuerza cósmica.

El cristiano cree en el Dios viviente, que vive en la vida trinitaria y que es capaz de comunicarnos su propia vida trinitaria con la comunicación del Hijo y del Espíritu.

JOSEP VIVES
CREER EL CREDO
EDIT. SAL TERRAE
COL. ALCANCE 37 SANTANDER 1986, págs. 78-83