domingo, 25 de diciembre de 2011

Navidad 2011




Día 25 Solemnidad de la Natividad del Señor
El Señor vino a la Tierra, se hizo carne en María y nació en Belén, y trajo su misma vida para los hombres. La vida cristiana es la vida de los hijos de Dios, que supone mucho más que unos comportamientos correctos. No nos basta a los cristianos con cumplir unas leyes, con ser ciudadanos ejemplares, ni tampoco con sentirnos a gusto y en paz con todos. Todo esto y más, ¡claro que es necesario para el cristiano!, pero no basta. Si queremos agradar a Dios, no es suficiente con ser lo que solemos llamar "una buena persona": honrado a carta cabal, buen cumplidor en casa y en el trabajo, muy amigo de sus amigos... porque Dios es verdaderamente Padre nuestro. Nosotros, por consiguiente, hemos de fomentar un afecto singular del corazón que debe mover hacia Él toda nuestra entera existencia. Es el afecto que se afianza y acrecienta en la intimidad de la oración y en la comunión: En verdad, en verdad os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros