sábado, 24 de septiembre de 2016

"La vanidad es la osteoporosis del alma"

2016-09-22 Radio Vaticana

 


 
(RV).- “La vanidad es enmascarar la propia vida. Y esto enferma el alma, porque enmascara la propia vida para aparentar, para fingir”, lo dijo el Papa Francisco en su homilía de la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta.
Dos inquietudes
El Evangelio del día presenta al rey Herodes inquieto porque, después de haber asesinado a Juan Bautista, ahora se siente amenazado por Jesús, dijo el Obispo de Roma. Estaba preocupado como el padre, Herodes el Grande, después de la visita de los Reyes Magos. “Existe en nuestra alma – afirmó el Papa – la posibilidad de tener dos inquietudes: una buena, que es la inquietud que nos da el Espíritu Santo y hace que el alma esté inquieta para hacer cosas buenas”, y existe – agregó el Pontífice – “la mala inquietud, esa que nace de una conciencia sucia”. Y los dos Herodes resolvían sus inquietudes matando, iban adelante pasando “sobre los cadáveres de la gente”:
“Esta gente que ha hecho tanto mal, que hace del mal y tiene la conciencia sucia y no puede vivir en paz, porque vive con una irritación continua, en una urticaria que no lo deja en paz… Esta gente he hecho del mal, pero el mal tiene siempre la misma raíz, cualquier mal: la codicia, la vanidad y el orgullo. Y los tres no te dejan la conciencia en paz; estos tres no dejan entrar la sana inquietud del Espíritu Santo, sino te llevan a vivir así: inquietos, con miedo. Codicia, vanidad y orgullo son las raíces de todos los males”.

La vanidad, osteoporosis del alma

La primera Lectura del día es del libro de Eclesiastés aborda el personaje de Cohélet y habla de la vanidad:
“La vanidad que nos infla. La vanidad que no tiene larga vida, porque es como una burbuja de jabón. La vanidad que no nos da una verdadera ganancia. ¿Qué ganancia obtiene el hombre por toda la fatiga con la cual se abruma? Se preocupa por aparentar, por fingir, por parecer. Esta es la vanidad. Si queremos podemos decir simplemente: ‘La vanidad es enmascarar la propia vida. Y esto enferma al alma, porque enmascara la propia vida para aparentar, para aparecer, y todas las cosas que hace son para fingir, por vanidad, pero al final ¿Qué cosa gana? La vanidad es como una osteoporosis del alma: los huesos desde afuera parecen buenos, pero dentro están todos corroídos. La vanidad nos lleva al engaño”.

La apariencia, pero la verdad es otra

Como los farsantes “marcan las cartas” para ganar – señaló el Papa – y luego “esta victoria es aparente, no es verdadera. Esta es la vanidad: vivir para fingir, vivir para aparentar, vivir para aparecer. Y esto inquieta al alma”. San Bernardo – recuerda el Pontífice – dice una palabra fuerte a los vanidosos. “Piensa en aquello que tú serás. Serás alimento de los gusanos. Y todo este enmascarar la vida es una mentira, porque te comerán los gusanos y no serás nada”. Pero, ¿Dónde está la fuerza de la vanidad? Animados por la soberbia hacia a las maldades, no permite una equivocación, no permite que se vea un error, cubre todo, todo se cubre:
“Cuanta gente conocemos nosotros que aparenta… ¡Pero qué buena persona! Va a Misa todos los domingos. Da grandes ofrendas a la Iglesia. Esto es lo que se ve, pero la osteoporosis es la corrupción que tienen dentro. Existe gente así – pero también ¡hay gente santa! – que hace esto. La vanidad es esto: te hace parecer con un rostro de ‘estampita’ y luego tu verdad es otra. Y ¿Dónde está nuestra fuerza y la seguridad, nuestro refugio? Lo hemos leído en el salmo: ‘Señor tú has sido para nosotros un refugio de generación en generación’. ¿Por qué? Y antes del Evangelio hemos recordado las palabras de Jesús: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’. Esta es la verdad, no la máscara de la vanidad. Que el Señor nos libere de estas tres raíces de todos los males: la codicia, la vanidad y el orgullo. Pero sobre todo de la vanidad, que nos hace mucho mal”.

(Renato Martinez – Radio Vaticano)

(from Vatican Radio)

sábado, 17 de septiembre de 2016

“Aprendamos de Jesús que cosa significa vivir de misericordia”

2016-09-14 Radio Vaticana

(RV).- “Vivir de misericordia para ser instrumentos de misericordia: es vivir de misericordia, es sentirse necesitados de la misericordia de Jesús, aprendamos a ser misericordiosos con los demás”, con estas palabras el Papa Francisco explicó en la Audiencia General del segundo miércoles de septiembre, lo que significa vivir de misericordia.
Continuando su ciclo de catequesis sobre la misericordia en la Sagrada Escritura, el Obispo de Roma reflexionó sobre el pasaje del Evangelio de San Mateo (Mt 11,28-30), en el cual Jesús llama a los pobres y oprimidos, un pasaje conmovedor del Evangelio dijo el Papa: «Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. […] Aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio». La invitación del Señor es sorprendente, resaltó el Pontífice: llama a seguirlo a personas sencillas y oprimidas por una vida difícil, llama a seguirlo a personas que tienen muchas necesidades y les promete que en Él encontraran descanso y alivio. La invitación es dirigida en forma imperativa: «vengan a mí», «tomen mi yugo», y «aprendan de mí».

 
Texto y audio completo de la catequesis del Papa Francisco

sábado, 10 de septiembre de 2016

Evangelizar no es hacer proselitismo ni presumir

En la homilía de este viernes, el Santo Padre recuerda que evangelizar es dar gratis lo que Dios me ha dado gratis

Misa en Santa Marta --Osservatore Romano

(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- No reducir la evangelización al funcionalismo ni tampoco a un simple ‘paseo’. Es la petición realizada por el papa Francisco en la homilía de esta mañana en Santa Marta. De este modo, el Pontífice ha subrayado la importancia que debe asumir el testimonio en la vida de los cristianos, advirtiendo de la tentación de proselitismo y de convencer con la fuerza de las palabras.
El Santo Padre hace referencia a la Primera Lectura, de san Pablo a los Corintios, para preguntarse qué significa dar testimonio. De forma especial el Papa se ha detenido en el hecho de que evangelizar no significa reducirlo “a una función”.
Lamentablemente, ha advertido el Santo Padre, se ven cristianos que viven el servicio como una función. Laicos y sacerdotes que presumen de lo que hacen. Así, Francisco ha recordado que “evangelizar no es hacer proselitismo”. Es decir, “ni hacer el paseo, ni reducir el Evangelio a una función ni hacer proselitismo: esto no es evangelizar”. De este modo ha observado que Pablo dice que evangelizar es para él una necesidad “que se le impone”. Y ha añadido que un cristiano tiene la obligación, pero con esta fuerza, como una necesidad de llevar el nombre de Jesús, pero desde el propio corazón.
El Papa ha proseguido que anunciar el Evangelio no puede ser un presumir sino “una obligación”. Y el estilo debe ser “hacerse todo a todos”. El estilo es “ir y compartir la vida de los otros, acompañar; acompañar en el camino de la fe, hacer crecer en el camino de la fe”.
En esta línea, el Pontífice ha asegurado que debemos ponernos en la condición del otro: “Si él está enfermo, acercarme, no agobiarlo con argumentos”, “ser cercano, asistirlo, ayudarlo”. Se evangeliza “con esta actitud de misericordia: hacerse todo a todos. Es el testimonio que lleva la Palabra”, ha precisado.
El Papa ha hecho referencia a una pregunta que le hizo un joven en la JMJ de Cracovia, “qué decir a un amigo ateo”. A lo que Francisco respondió: “la última cosa que tienes que hacer es decir algo. Comienza por hacer y él verá lo que haces y te preguntará”.
Asimismo, el Pontífice ha explicado que evangelizar es dar este testimonio: yo vivo así porque creo en Jesucristo. Y esto, reconoce el Papa, despierta curiosidad en la gente.
Por otro lado ha querido recordar que evangelizar es algo que se hace gratuitamente, “porque nosotros hemos recibido gratuitamente el Evangelio”, “la gracia, la salvación, no se compra y tampoco se vende: es gratis. Y gratis debemos darla”.
El Santo Padre ha querido mencionar a San Pedro Claver, del que hoy se celebra la memoria. Un misionero que “se fue a anunciar el evangelio”. Quizá, ha añadido, “él pensaba que su futuro era predicar: en su futuro el Señor le pidió estar cerca, junto a los descartados de aquel tiempo, a los esclavos, los negros, que llegaban allí, desde África, para ser vendidos”.
En esta línea, ha observado que “este hombre no dio un paseo, diciendo que evangelizada”, “no ha reducido la evangelización a un funcionalismo y tampoco a un proselitismo”. Sin embargo “anunció a Jesucristo con los gestos, hablando a los esclavos, viviendo con ellos, viviendo como ellos”. Y como él en la Iglesia “hay muchos”.
Finalmente ha querido recordar que todos nosotros “tenemos la obligación de evangelizar”, viviendo la fe, hablando con mansedumbre, amor, sin querer convencer a nadie, pero gratuitamente. “Es dar gratis lo que Dios me ha dado gratis”, eso es evangelizar.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Catequesis para los operadores de misericordia




Catequesis del papa Francisco para los operadores de misericordia en el Jubileo de los operadores y voluntarios de misericordia.