domingo, 19 de abril de 2009

El Papa celebra el domingo de la Divina Misericordia instituido por Juan Pablo II

Dirigió un particular saludo a los peregrinos polacos presentes



CIUDAD DEL VATICANO, domingo 19 de abril de 2009 (ZENIT.org).-

El Papa Benedicto XVI tuvo muy presente hoy, durante el rezo del Regina Coeli con los fieles congregados en el patio del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, la fiesta de la Divina Misericordia, que instituyó Juan Pablo II.

Esta fiesta surge de la experiencia del amor de Cristo Resucitado, que “dio a los suyos un nueva unidad, más fuerte que antes, invencible, porque está fundada no en los recursos humanos, sino en su misericordia divina, que les hizo sentir a todos amados y perdonados por Él”.

“Es por tanto el amor misericordioso de Dios el que une firmemente, hoy como ayer, a la Iglesia y el que hace de la humanidad una sola familia; el amor divino, que mediante Jesús crucificado y resucitado nos perdona los pecados y nos renueva interiormente”, añadió.

Precisamente, esta fue la “íntima convicción” que animo a Juan Pablo II a “dedicar este domingo, el segundo de Pascua, a la Divina Misericordia, y señaló para todos a Cristo resucitado como fuente de confianza y de esperanza, acogiendo el mensaje espiritual transmitido por el Señor a santa Faustina Kowalska, sintetizado en la invocación ¡Jesús, confío en tí!”, recordó Benedicto XVI.

En su saludo a los grupos de peregrinos de distintas lenguas, el Papa quiso recordar la importancia de esta celebración, que brota de la experiencia de la Pascua. “ Frente al mal que en los corazones humanos disemina tanta desolación es una tarea más que nunca actual”, explicó

Especialmente en su breve saludo a los peregrinos procedentes de Polonia, el Papa quiso hacer un particular homenaje a Juan Pablo II.

“Fue él quien nos recordó a todos el mensaje de Cristo Misericordioso, revelado a Santa Faustina. Nos exhortó a llevarlo al mundo entero”, afirmó, al tiempo que animó a los presentes a “ser testigos del amor misericordioso de Dios”.


jueves, 16 de abril de 2009

¡Felicita personalmente al Santo Padre en su cumpleaños número 82!


Catholic.netFuente: Catholic.net
Autor: Lucrecia Rego de Planas

Queridos amigos de Catholic.net:

Hoy, jueves 16 de abril, S.S. Benedicto XVI cumple 82 años. Esto sucede tres días antes de que se cumplan cuatro años de su pontificado, el día 19.

Son dos ocasiones que se antojan para felicitarlo personalmente, enviarle un gran abrazo, manifestarle nuestro apoyo, nuestro cariño, nuestra admiración, nuestra fidelidad y asegurarle nuestra oración, en estos momentos en los que la Barca de Pedro, de la cual él lleva valientemente el timón, se ve zarandeada por los ataques del Príncipe de la Mentira y por las infidelidades, mediocridades, cobardías y rebeldías de muchos tripulantes y pasajeros.

Por esta razón, los invitamos a aprovechar esta oportunidad, enviando, a través de Catholic.net, una carta al Santo Padre, en la que le expresen su mensaje personal de felicitación. Sólo tienen que escribirlo en el formulario que encontrarán en: http://es.catholic.net/felicitacionbenedicto/

No dejen pasar esta oportunidad que nos brindan las nuevas tecnologías e inviten a sus familiares y amigos a enviar ellos también sus felicitaciones, para que el Santo Padre tenga un cumpleaños feliz, sintiéndose acompañado por todos nosotros.

Para enviar esta invitación a los contactos de su directorio, pueden hacer click aquí.

Quedo a sus órdenes, como siempre, en el correo lplanas@catholic.net y pido a Dios que los llene de bendiciones en este tiempo de Pascua.

Lucrecia Rego de Planas
Dirección
Catholic.net




P.S. Aprovecho para compartirles fragmentos de una hermosa carta que escribió Remedios Falaguera, visitante y escritora de Catholic.net, con este mismo motivo. Puede darles buenas ideas, pues es realmente hermosa:



Querido Santo Padre:

Nunca pensé que esto de las nuevas tecnologías me permitieran felicitar por su cumpleaños al Cristo en la tierra, al Siervo de los siervos de Dios, “el abuelo del mundo” como usted mismo se autoproclamó en el Encuentro Mundial de las Familias en Valencia.

Me siento emocionada y alegre de poder celebrar este día tan especial, aunque sea virtualmente, unida a todas las personas que le quieren, especialmente con su familia, sus amigos y sus colaboradores. Porque, a pesar de su “saber pasar desapercibido para que El brille”, todos nosotros queremos acompañarle y desearle una vida llena de felicidad, de alegría y de amor , similar en la medida de nuestra capacidad, al que usted nos hace llegar, día tras día, con esa mirada tímida llena de cariño, con su amplia sonrisa y con sus maravillosas palabras llenas de comprensión, de amor y de valentia que nos tocan el corazón y nos ayudan a volver a empezar en esta maravillosa tarea de hacer que “Cristo reine en la tierra”.

Como dice una canción popular: “En el día de tu cumpleaños, todo lo mejor te debe acompañar, ya que Dios le da esa gracia a solo aquel que sabe amar”.
Por este motivo, esta mañana solo pueden salir de mi boca palabras de agradecimiento, de alegría, de reconocimiento, de amor filial.

De tal manera que, desde lo más profundo de mi corazón , le tomo prestadas aquellas palabras que usted nos dirigió en la Fiesta de Todos los Santos: “Dichoso el hombre que da; dichoso el hombre que no utiliza su vida para sí mismo, sino que la entrega; dichoso el hombre que es misericordioso, bueno y justo; dichoso el hombre que vive en el amor de Dios y del prójimo”

Quizás por esto, hoy podemos aclamar a modo de felicitación: ¡Dichoso Benedicto XVI!
No obstante, aprovechando esta maravillosa oportunidad que me brinda Internet, no quiero olvidar algo que para mi tiene mucha importancia .

En este momento de intimidad, reflexión y de alegría, le pido con todo mi corazón que me perdone por todos aquellos momentos en que le he fallado defendiendo nuestra fe, por no atreverme a dar la cara como testigo -con mis palabras y mi comportamiento- de hija de Dios, de hija suya.

Que Dios le bendiga y lo colme de amor y felicidad. Un beso.
Su hija, Reme

P.D. ¿Quiere saber una cosa? Lo que más deseo hoy, lo que me gustaría regalarle es un corazón lleno de Amor a Dios y a todos los que me rodean, disponible a cumplir Su voluntad con toda mi alma, mi pensamiento, mi vida. Y esto se que lo conseguiré estando muy cerquita de usted, como el perro fiel a los pies de su amo. Gracias por ser como es, gracias por estar siempre a nuestro lado.


Comentarios a Remedios Falaguera RFALAGUERA@terra.es


domingo, 12 de abril de 2009

La resurrección de Jesús no es una teoría; dice el Papa en su mensaje pascual


Pronunciado desde el balcón de la Basílica de San Pedro antes unos 200 mil peregrinos

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 10 abril 2009 (ZENIT.org).-

Benedicto XVI dedicó el mensaje de Pascua que pronunció desde el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano a mostrar cómo la resurrección de Jesús no es una teoría o un mito, sino el hecho más significativo de la historia.

Ante los doscientos mil fieles que llenaban la plaza de San Pedro y calles adyacentes, el Papa consideró, por este motivo, que el anuncio de la Pascua despeja las zonas oscuras del "materialismo" y del "nihilismo", que parecen extenderse en las sociedades modernas.

En una mañana de cielo cubierto, el Santo Padre recogió "una de las preguntas que más angustian la existencia del hombre": "¿qué hay después de la muerte?".

La celebración de la Pascua, respondió, "nos permite responder a este enigma afirmando que la muerte no tiene la última palabra, porque al final es la Vida la que triunfa".

La resurrección de Jesús, aseguró, "no es una teoría, sino una realidad histórica revelada por el Hombre Jesucristo mediante su "pascua", su "paso", que ha abierto una "nueva vía" entre la tierra y el Cielo".

"No es un mito ni un sueño, no es una visión ni una utopía, no es una fábula, sino un acontecimiento único e irrepetible: Jesús de Nazaret, hijo de María, que en el crepúsculo del Viernes fue bajado de la cruz y sepultado, ha salido vencedor de la tumba", subrayó.

El obispo de Roma explicó que "el anuncio de la resurrección del Señor ilumina las zonas oscuras del mundo en que vivimos", refiriéndose en particular "al materialismo y al nihilismo, a esa visión del mundo que no logra transcender lo que es constatable experimentalmente, y se abate desconsolada en un sentimiento de la nada, que sería la meta definitiva de la existencia humana".

En efecto, aseguró, "si Cristo no hubiera resucitado, el 'vacío' acabaría ganando. Si quitamos a Cristo y su resurrección, no hay salida para el hombre, y toda su esperanza sería ilusoria".

Con la resurrección de Cristo, subrayó, "ya no es la nada la que envuelve todo, sino la presencia amorosa de Dios".

Ahora bien, siguió diciendo, si bien es verdad que la muerte ya no tiene poder sobre el hombre y el mundo, sin embargo "quedan todavía muchos, demasiados signos de su antiguo dominio".

Por este motivo, recalcó el Papa, Cristo "necesita no obstante hombres y mujeres que lo ayuden siempre y en todo lugar a afianzar su victoria con sus mismas armas: las armas de la justicia y de la verdad, de la misericordia, del perdón y del amor".

viernes, 10 de abril de 2009

El Papa une el dolor del mundo al dolor de Cristo en el Vía Crucis del Coliseo


En particular, el de las víctimas del terremoto en Italia


ROMA, viernes, 10 abril 2009 (ZENIT.org).-

Benedicto XVI unió el dolor del mundo, en particular el de las víctimas del terremoto de Italia, al dolor de Cristo, en el multitudinario Vía Crucis que presidió en la noche del Viernes Santo, en el Coliseo.

Hablando desde la colina del Palatino, que se encuentra frente al famoso anfiteatro, el Papa pronunció una meditación y al final se alejó del texto que había preparado para exhortar: "recemos con todos los afligidos; recemos sobre todo por todos los que sufren en la tierra de L'Aquila, golpeada por el terremoto".

"Recemos para que también, en esta noche oscura, se les aparezca a ellos la estrella de la esperanza, la luz del Señor resucitado", deseó.

Desde ese mismo lugar el Papa siguió las catorce estaciones del Camino de la Cruz que Jesús recorrió en Jerusalén de rodillas.

El Vía Crucis atravesó el interior del Coliseo -el famoso anfiteatro Flavio, que recuerda los sufrimientos de los primeros cristianos-, continúa por delante del Arco de Tito y concluyó en la colina del Palatino.



El cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, llevó la Cruz en la primera estación y en la última estación.

El símbolo de los cristianos también fue portado por un joven discapacitado, ayudado por un médico de la Orden de Malta; una familia romana, un enfermo acompañado de un camillero y una monja; una muchacha asiática y dos monjas indias, dos jóvenes de Burkina Faso, y dos frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa.



En las meditaciones del Vía Crucis, compuestas por monseñor Thomas Menamparampil, SDB, arzobispo de Guwahati, en la India, resonó el sufrimiento de los cristianos que han sufrido persecución en este último año.

En su meditación final, el Papa invitó a los miles de peregrinos de los cinco continentes, con velas en la mano, a detenerse en la contemplación del rostro de Cristo "desfigurado: es el rostro del Varón de dolores, que ha cargado sobre sí todas nuestras angustias mortales".

"Su rostro se refleja en el de cada persona humillada y ofendida, enferma o sufriente, sola, abandonada y despreciada", aseguró.

Y subrayó: "Al derramar su sangre, Él nos ha rescatado de la esclavitud de la muerte, roto la soledad de nuestras lágrimas, y entrado en todas nuestras penas y en todas nuestras angustias".

Benedicto XVI, que participa en todas las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, a las 21,00 de este sábado presidirá en la Basílica Vaticana de este sábado la Vigilia Pascual.

El Domingo de Pascua concluirá la Semana Santa, presidiendo la misa del Domingo de Resurrección a las 10,15, en la Plaza de San Pedro.

A las 12,00, desde el balcón central de la basílica, impartirá la bendición "Urbi et Orbi", que será seguida en directo por canales de televisión de los cinco continentes.


domingo, 5 de abril de 2009

El Papa a los niños: Todos queremos ver y conocer a Jesús


Palabras al visitar la parroquia del Santo Rostro de Cristo en Roma


CIUDAD DEL VATICANO, sábado, 4 de abril de 2009 (ZENIT.org) .- Publicamos las palabras que Benedicto XVI dirigiró a los niños de la parroquia del Santo Rostro de Cristo en Roma el día 29 de marzo.

* * *


Queridos niños:
Ante todo, os deseo un feliz domingo. Me alegra estar hoy con vosotros, aunque el tiempo no sea bueno y nos hayamos levantado una hora antes, porque ha cambiado la hora. Sin embargo, nos encontramos todos reunidos y sé que os estáis preparando para la primera Comunión, para el encuentro con Jesús. Hoy escuchamos en el evangelio que unas personas de Grecia dijeron: "Queremos ver a Jesús". Todos nosotros queremos ver y conocer a Jesús, que está presente entre nosotros. Ahora estáis recorriendo este camino de preparación y luego, en el momento de la primera Comunión, él estará muy cerca de vosotros, y vosotros podréis sentir que él estará con vosotros.


En Pascua, con la belleza de la fiesta, podremos experimentar mejor cómo la presencia de Jesús resucitado llena de alegría el corazón. Por eso, os deseo un feliz domingo, una buena preparación para la Pascua y para la primera Comunión, mucha alegría en las vacaciones y luego, naturalmente, una feliz fiesta de primera Comunión: el centro no es la comida; el centro será Jesús mismo; después también la comida puede ser buena. A todos os expreso mis mejores deseos. Pedid por mí; yo pido por vosotros.

[Traducción distribuida por la Santa Sede

viernes, 3 de abril de 2009

Benedicto XVI pide al mundo a acordarse de África


Para poder responder a la sed de paz y desarrollo de los africanos

LUANDA, domingo, 22 marzo 2009 (ZENIT.org).-

Al concluir el acto más masivo de su primer viaje apostólico a África, Benedicto XVI exhortó este mundo al mundo a prestar atención a las necesidades y sufrimientos de África.

El Santo Padre concluyó este domingo la celebración eucarística que presidió en la explanada de Cimangola, en Luanda, con la participación de más de un millón de personas, convirtiéndose en portavoz del grito africano de justicia y paz.

"Que los hombres y las mujeres de todas las partes del mundo, que se unen a nuestra oración, dirijan sus ojos a África, a este gran continente, tan lleno de esperanza, pero que todavía sigue tan sediento de justicia, de paz, y de un desarrollo sano e integral, que pueda asegurar a su pueblo un futuro de progreso y de paz", exhortó.

En particular, el Papa llamó la atención de la comunidad internacional por uno de los conflictos más sangrientos que tienen lugar en el planeta en estos momentos, no muy lejos de allí donde él habla, la región africana de los grandes lagos.

Precisamente, cuando el obispo de Roma llegaba a África, miles de personas se veían obligadas a abandonar sus hogares, en la Provincia Oriental de la República Democrática del Congo, tras un ataque armado de los rebeldes ugandeses del Ejército de Resistencia del Señor (LRA, Lord's Resistence Army).

"Aquí, en el África Austral, queremos pedir de manera particular a nuestra Señora que interceda por la paz, por la conversión de los corazones y por el final del conflicto en la cercana región de los Grandes Lagos", imploró.

"Que su Hijo, Príncipe de la paz, traiga curación a quien sufre, consuelo a quienes lloran y fuerza a todos los que llevan adelante el difícil proceso del diálogo, de la negociación y del alto a la violencia", concluyó.

miércoles, 1 de abril de 2009

Benedicto XVI enjuga lágrimas de los jóvenes angoleños


Masivo encuentro en el Estadio dos Coqueiros de Luanda

LUANDA, domingo, 22 marzo 2009 (ZENIT.org).-

Benedicto XVI enjugó lágrimas de los jóvenes de Angola, en la tarde de este sábado, en un encuentro con la juventud, en el que la fiesta del encuentro con el Papa no hizo olvidar los dramas grabados en los rostros de los miles de chicos y chicas presentes.

La alegría, de hecho, quedaría empañada tras el encuentro, cuando se supo que el entusiasmo por ver al Papa provocó movimientos de masa entre los jóvenes, en los que quedaron aplastadas dos muchachas que se disponían a ver al pontífice en el Estadio dos Coqueiros de Luanda.

El Papa, con una sonrisa, comenzó su discurso asegurando que "encontrarse con los jóvenes hace bien a todos", pues aunque estos chicos y chicas tienen "muchos problemas", "llevan consigo mucha esperanza, mucho entusiasmo y deseos de volver a empezar".

"Amigos que me escucháis, el futuro es Dios", les aseguró, y citando el Apocalipsis bíblico añadió: Dios "enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor".

El Papa, en su segundo día en el país africano, dejó este mensaje pensando en algunos de los jóvenes angoleños presentes "mutilados a consecuencia de la guerra y de las minas".

"Pienso en tantas lágrimas que muchos de vosotros habéis derramado por la pérdida de vuestros familiares, y no es difícil imaginar las sombrías nubes que aún cubren el cielo de vuestros mejores sueños...", reconoció.

El mismo Papa se hizo intérprete de la duda que se escondía en muchos de los corazones que le escuchaban: "Lo que nos dices, no lo vemos. La promesa tiene la garantía divina - y nosotros creemos en ella - pero ¿cuándo se alzará Dios para renovar todas las cosas?".

La respuesta, según el obispo de Roma, depende de los mismos jóvenes.

"Amigos míos --les dijo--, vosotros sois una semilla que Dios ha sembrado en la tierra, que encierra en su interior una fuerza de lo Alto, la fuerza del Espíritu Santo".

"La cultura social predominante no os ayuda a vivir la Palabra de Jesús, ni tampoco el don de vosotros mismos", reconoció, aclarando sin embargo que su fuerza está en Cristo

"Por eso, no tengáis miedo de tomar decisiones definitivas. Generosidad no os falta, lo sé. Pero frente al riesgo de comprometerse de por vida, tanto en el matrimonio como en una vida de especial consagración, sentís miedo".

De hecho, reconoció, son las dudas que plantea "la actual cultura individualista y hedonista". "Pero cuando el joven no se decide, corre el riesgo de seguir siendo eternamente niño".

Por este motivo, el Papa les exhortó: "¡Ánimo! Atreveos a tomar decisiones definitivas, porque, en verdad, éstas son las únicas que no destruyen la libertad, sino que crean su correcta orientación, permitiendo avanzar y alcanzar algo grande en la vida".

"Sin duda, la vida tiene un valor sólo si tenéis el arrojo de la aventura, la confianza de que el Señor nunca os dejará solos".

El Papa concluyó con este llamamiento a la juventud angoleña: "deja libre dentro de ti al Espíritu Santo, a la fuerza de lo Alto".

"Así se crearán entre vosotros islas, oasis y después grandes espacios de cultura cristiana", dijo. "Ésta es la vida que merece la pena vivir y que de corazón os deseo. Viva la juventud de Angola".