Al ser nombrado ciudadano de honor de Romano Canavese
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 17 de marzo de 2010 (ZENIT.org).-
Dios "no abandona nunca a sus hijos”, por este motivo no hay que perder nunca la confianza en Él.
Así lo recordó este miércoles por la mañana Benedicto XVI, al recibir este miércoles por la mañana la ciudadanía de honor de la localidad italiana de Romano Canavese, en la salita contigua al Aula Pablo VI. Romano Canavese, en provincia de Turín, fue uno de los lugares visitados el pasado verano por el Papa, durante su permanencia en la Val D'Aosta.
El Papa afirmó estar “muy contento” de recibir esta distinción, y subrayó los “vínculos de afecto” que le ligan a Romano Canavese: por ser la localidad natal del Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, “a quien conozco y estimo desde hace muchos años”, y por haberla visitado en persona.
“Yo mismo, el pasado 19 de julio del año pasado, tuve la alegría de visitar vuestra localidad y de encontrar a la laboriosa gente del Canavese”, afirmó.
“El otorgamiento de la ciudadanía honorífica demuestra la estima, la cercanía y el afecto que nutrís hacia mi”, observó el Pontífice, quien declaró que con este gesto se siente acogido “en la gran familia de Romano Canavese, aunque mi presencia no podrá ser física, sino ciertamente cordial y paterna”.
El Papa recordó que lo que caracteriza a Romano Canavese, más allá de la “gloriosa historia, que hunde sus raíces en el siglo II antes de Cristo y que ha tenido momentos de particular relevancia, especialmente en la Alta Edad Media y en el siglo XIX”, es sobre todo “una larga historia de fe, que comienza con la sangre de los mártires, entre ellos san Solútor, y que llega hasta nuestros días”.
Por este motivo, con ocasión del nombramiento como ciudadano de honor, Benedicto XVI ha renovado a los habitantes de la pequeña ciudad “la invitación a custodiar y cultivar los valores genuinos de vuestra tradición y de vuestra cultura, que se arraigan en el Evangelio”.
En particular, exhortó a “dar testimonio con empeño siempre nuevo de la fe en el Señor crucificado y resucitado, del apego a la familia, del espíritu de solidaridad”
"Tened siempre confianza en la ayuda de Dios, que no abandona nunca a sus hijos y que está cercano con su amorosa solicitud a cuantos trabajan por el bien, la paz y la justicia", concluyó.