domingo, 26 de septiembre de 2010

Perdón y reconciliación son semilla de auténtica reforma en la Iglesia, dice el Papa Benedicto XVI





VATICANO, 25 Sep. 10 / 09:48 am (ACI)

Al recibir este mediodía a los prelados de la Regional Este 1 de la Conferencia de Obispos Católicos de Brasil en visita ad limina, el Papa Benedicto XVI señaló que la crisis espiritual que se vive actualmente en la Iglesia y en la sociedad, y que afecta particularmente a los jóvenes, radica en el "olvido", en el haber dejado de lado el don del perdón y la reconciliación, que es la semilla de la verdadera reforma en la Iglesia.

En el Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, el Santo Padre saludó de manera especial a los católicos de Río de Janeiro y Nitéroi, y comentó, ante la preocupación por la situación de los jóvenes que los obispos le presentaron en sus coloquios, que sería muy difícil convencer a alguien de la juventud de la Iglesia si no se ve en ella a la generación de jóvenes de hoy.

En este contexto, señala la nota de Radio Vaticano, Benedicto XVI recordó que su predecesor Juan Pablo II, confiado en la providencia divina que amorosamente preside los destinos de la historia no cesó de preparar los tiempos futuros, y en el año 2000, en la vigilia de oración de la XVI Jornada Mundial de la Juventud llamó a los jóvenes "los centinelas del mañana".

El Santo Padre recordó en particular, las largas filas de jóvenes que en el Circo Massimo, esperaban para confesarse dando a muchos sacerdotes la confianza en el sacramento de la penitencia. Y en este contexto, el Papa subrayó que el núcleo de la crisis espiritual de nuestro tiempo tiene sus raíces en el oscurecimiento de la gracia del perdón.

"Cuando el perdón no es reconocido como real y eficaz se tiende a liberar a la persona de la culpa, haciendo que las condiciones para su posibilidad de ser perdonada nunca se realice. Pero, en lo más íntimo, las personas así liberadas de su culpa, saben que no es verdad y que el pecado existe y que ellas mismas son pecadoras".

El Santo Padre se refirió luego a algunas tendencias de la sicología que tienen grandes dificultades para admitir que, "algunos sentimientos de culpa, pueden ser debidos a una verdadera culpa, y que quienes fríamente no prueban sentimientos de culpa ni siquiera cuando deben, necesitan por todos los medios recuperarlos, porque en el orden espiritual son necesarios para la salud del alma".

"De hecho –precisó– Jesús vino a salvar, no a aquellos que ya se liberaron por sí mismos pensando que no tienen necesidad de Él, sino a cuantos sienten que son pecadores y necesitan de Él.

El Papa afirmó que "necesitamos el perdón que constituye la semilla de toda verdadera reforma, rehaciendo a la persona en lo más íntimo y haciéndose también el centro de la renovación de la comunidad".

"Solamente a partir de esta profunda renovación del individuo es que nace la Iglesia, nace la comunidad que une y sustenta en la vida y en la muerte. Y a medida que se realiza esta purificación, al principio ardua, se va haciendo cada vez más jubilosa. Esta alegría debe revelarse cada vez más en la Iglesia contagiando al mundo porque ella es la juventud del mundo".

Al despedirse de los obispos de Brasil, Benedicto XVI les pidió que llevaran su saludo y afecto a los jóvenes, sacerdotes, religiosos y laicos, y los confió a la protección de Nuestra señora de Aparecida, impartiendo su Bendición Apostólica.