Cátedra de Pedro, Francisco Oremos por la Iglesia y S. S. Francisco para que el Espíritu Santo los guíe.
sábado, 1 de noviembre de 2014
«Lo visible y lo invisible de la Iglesia no se oponen»,
“Quisiera hoy llevar una oración y traer cerca de nuestro corazón al pueblo mexicano que sufre por la desaparición de sus estudiantes y por tantos problemas parecidos. Que nuestro corazón de hermanos esté cerca de ellos orando en este momento”.
Esta ha sido la petición que el Papa ha expresado la mañana del miércoles 29 de octubre durante la audiencia general.
Lo ha hecho al finalizar el resumen de la catequesis que realiza él mismo en español.
También ha pedido una oración especial por los que sufren la enfermedad del ébola, “que se está difundiendo especialmente en el continente africano, sobre todo entre las poblaciones más desfavorecidas”.
Por eso, el Papa ha afirmado que “estoy cerca con el afecto y la oración a las personas afectadas, como también a los médicos, las enfermeras, voluntarios, institutos religiosos y asociaciones, que hacen todo lo posible para socorrer a estos nuestros hermanos y hermanas enfermos”.
Asimismo, Francisco ha renovado su llamamiento para que la comunidad internacional haga lo posible para vencer este virus aliviando el malestar y el sufrimiento de los que están siendo duramente probados. Y así, ha invitado “a rezar por ellos y por los que han perdido la vida”.
El Papa Francisco, una semana más, llegó a la plaza de San Pedro, despertando el entusiasmo de los fieles y peregrinos venidos de todas las partes del mundo.
Banderas de distintos países se agitaban al paso del jeep descubierto y se oían a la gente saludar y gritar ¡Francisco, Francisco! Mientras, el personal de seguridad, se encargaba de acercar a los niños hasta el papamóvil para que el Papa pudiera darles su bendición.
A pesar de que se empieza a sentir el frío, una gran multitud estaba presente en la plaza.
Como cada miércoles, el Pontífice ha seguido con la serie de catequesis que inició sobre la Iglesia. Ha hablado de la realidad visible y la realidad espiritual de la Iglesia.
Resumen que pronunció en español el Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas: En otras ocasiones hemos hablado de la naturaleza espiritual de la Iglesia, como Cuerpo de Cristo edificado por el Espíritu Santo.
Hoy nos centramos en lo que pensamos habitualmente, en lo que se ve: es decir, sus estructuras, como la parroquia, las organizaciones, las personas que normalmente la guían. Pero esto no se limita a los obispos o a los clérigos, sino que comprende a todas las personas bautizadas que creen, esperan y aman, haciendo el bien en el nombre de Jesús, acercándolo así a la vida de los hermanos.
Por eso, lo visible y lo invisible de la Iglesia no se oponen, sino que se integran en la única Iglesia. Esto es un reflejo del misterio de la persona de Cristo, en la que su naturaleza divina es inseparable de su naturaleza humana, que se pone enteramente al servicio del plan divino de llevar a todos la redención y la salvación.
También la Iglesia, a través de su realidad visible, como los sacramentos, el testimonio y el anuncio, está llamada a hacerse cercana a cada persona, comenzando por los más pobres, los que sufren o los marginados, para que todos sientan la mirada compasiva y misericordiosa de Jesús.
La intercesión de la Virgen, el modelo de los santos
A continuación el Papa ha saludado con afecto a los peregrinos de lengua española, “en particular a los venidos de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Pidamos, por intercesión de la Virgen María, que comprendamos cómo, a pesar de nuestras debilidades, el Señor nos ha hecho instrumentos de su gracia y signo visible de su amor para toda la humanidad. Muchas gracias”.
Al finalizar, el Santo Padre ha dirigido un pensamiento especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, recordando que nos acercamos a la Solemnidad de todos los Santos. "Queridos jóvenes, mirad a los santos como modelos de vida; queridos enfermos, ofreced vuestro sufrimiento por los que necesitan conversión; y vosotros, queridos recién casados, cuidad el crecimiento en la fe en vuestra casa conyugal".
Rocío Lancho / Zenit