El Pontífice sostiene que el respeto del agua es condición para el ejercicio de los demás derechos humanos
(Collage) Israel Defense Forces / © Antoine Mekary - ALETEIA-CC
“El derecho al agua es determinante para la supervivencia de la persona y decide el futuro de la humanidad”, expresó Francisco ante los participantes en el Seminario sobre el derecho humano universal al agua y la exigencia de políticas publicas, organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias.
El Papa citó datos de Naciones Unidas: “Cada día mil niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua; millones de personas consumen agua contaminada. Estos datos son muy graves; se debe frenar e invertir esta situación. No es tarde, pero es urgente tomar conciencia de la necesidad del agua y de su valor esencial para el bien de la humanidad”.
El agua como derecho humano fundamental se encuentra dentro del debate internacional para evitar que sea un recurso sujeto a privatizaciones y negocio, por ende de difícil acceso a los más pobres y marginados.
En este sentido, aseguró: “Toda persona tiene derecho al agua potable y segura. Es un derecho humano básico y una de las cuestiones nodales en el mundo actual”.
“Es doloroso ver cuando en la legislación de un país o de un grupo de países no se considera al agua como un derecho humano, más doloroso aún cuando se quita lo que estaba escrito allí y se niega este derecho humano”, añadió.
El agua como servicio público. “Es necesario otorgar al agua la centralidad que merece en el marco de las políticas públicas”.
El agua derecho fundamental: “Nuestro derecho al agua es también un deber para con el agua. Del derecho que tenemos a ella se desprende una obligación que va unida y no puede separarse. Es ineludible anunciar este derecho humano esencial y defenderlo como se hace. Pero también actuar de forma concreta asegurando un compromiso político y jurídico con el agua”.
“El derecho al agua potable y el saneamiento”, dijo el Papa, deben ser defendidos por cada Estado con “instrumentos jurídicos”. Así, recordó las resoluciones aprobadas por la Asamblea General de las Naciones Unidas desde 2010. Argumento que ordena el planeamiento de las ciudades y pueblos, ataca la pobreza y la desnutrición.
El Seminario – Taller ha concluido con el discurso del Papa y la firma de una acta de intentos con el objetivo de generar propuestas para que el agua sea un derecho fundamental base de cualquier sociedad más justa, solidaria y equitativamente desarrollada. De cara a la prevención de confictos basados en intereses políticos y económicos por sobre la vida humana.
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