Cátedra de Pedro, Francisco Oremos por la Iglesia y S. S. Francisco para que el Espíritu Santo los guíe.
sábado, 27 de diciembre de 2014
Tú eres la Navidad
Meditación del Papa Francisco
En esta noche, como un haz de luz clarísima, resuena el anuncio del Apóstol: “Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres”.
La gracia que ha aparecido en el mundo es Jesús, nacido de María Virgen, Dios y hombre verdadero. Ha venido a nuestra historia, ha compartido nuestro camino. Ha venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz. En Él ha aparecido la gracia, la misericordia, la ternura del Padre: Jesús es el Amor hecho carne. […]
Nuestro Padre tiene paciencia con nosotros, nos ama, nos da a Jesús como guía en el camino a la tierra prometida. Él es la luz que disipa las tinieblas. Él es la misericordia. Nuestro Padre nos perdona siempre. Y Él es nuestra paz.» (Papa Francisco, 24 de diciembre de 2013)
domingo, 21 de diciembre de 2014
Unidos a Jesús todo es posible
“Hablar con Jesús, el amigo más grande que no nos abandona jamás, confiarle sus alegrías y sus tristezas. Correr a Él cada vez que se equivoquen y hagan algo malo, con la seguridad que Él los perdona. Y hablar a todos de Jesús, de su amor, de su misericordia, de su ternura, porque la amistad con Jesús, que ha dado su vida por nosotros, es todo un evento por anunciar”. Fue la última, la más importante de las sugerencias de Papa Francisco al grupo de niños de la Acción Católica Italiana encontrados en la tradicional cita para intercambiar los saludos de Navidad. Haciendo referencia al tema que la ACR está proponiendo a los chicos, “todo por descubrir”, el Papa les sugirió “no rendirse jamás, porque lo q ...
sábado, 13 de diciembre de 2014
La Iglesia es madre, no sirve un organigrama
La alegría de la Iglesia es ser madre, ir a buscar a las ovejas perdidas. Lo afirmó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. El Obispo de Roma reafirmó que a la Iglesia no le sirve tener “un organigrama perfecto” si después es un ambiente triste y cerrado, si no es madre. De ahí la invitación del Pontífice a ser “cristianos alegres” con la “consolación de la ternura de Jesús”.
“Abrir las puertas a la consolación del Señor”. Francisco se inspiró en su homilía partiendo de la primera lectura en la que el profeta Isaías habla del fin de la tribulación de Israel después del exilio en Babilonia. “El pueblo – comentó el Papa – tiene necesidad de ...
sábado, 29 de noviembre de 2014
Papa a líderes musulmanes: Condenemos la violencia que busca una justificación religiosa
Condenemos la violencia que busca una justificación religiosa
sábado, 22 de noviembre de 2014
El Reino de Dios está en el silencio, no en dar espectáculo
El Reino de Dios está en el silencio, no en dar espectáculo
sábado, 15 de noviembre de 2014
El Reino de Dios no es un show
El Reino de Dios crece lentamente en silencio, alimentado por el Espíritu Santo y no está lejos del hombre, dijo el Papa Francisco, en la misa en la Casa de Santa Marta. Y reiteró que el Reino de Dios es humilde como la semilla crece en el corazón de cada uno sin vanidad, ni clamor, ni espectáculo. Es una obra incesante de perseverancia y sufrimiento y se cultiva con la oración, la adoración y el servicio de la caridad. «El día que haga ruido, lo hará como el rayo, chispeando, que se desliza de un lado al otro del cielo. Así será el Hijo del hombre en su día, el día que hará ruido. Y cuando uno piensa en la perseverancia de tantos cristianos, que llevan adelante su familia – hombres, mujeres – que se ...
domingo, 9 de noviembre de 2014
san Juan de Letran
Dedicación de la Basílica del Salvador
9 de noviembre
Es la catedral del Papa que, al tomar posesión de ella, muestra el supremo poder o potestad eclesiástica de Roma y del mundo
Por: | Fuente: Archidiósesis de Madrid
Basílica significa: "Casa del Rey"
De varias maneras se suele denominar este templo: Basílica "Constantiniana,"Del Salvador" y "De San Juan de Letrán". Es la catedral del Papa que, al tomar posesión de ella, muestra el supremo poder o potestad eclesiástica de Roma y del mundo; por ello a esta basílica se llama a sí misma en la escritura de su fachada "madre y cabeza de todas las iglesias de la Urbe y del Orbe".
El nombre de Letrán le viene del palacio que tenían los "Laterani" en el monte Celio desde el siglo I a quienes la autoridad confiscó sus bienes por atreverse a conspirar contra Nerón. Parece ser que pasó a ser propiedad de Fausta, la esposa de Constantino; aconsejada, según dicen, por Osio de Córdoba, lo donó a los Papas para su residencia habitual, como de hecho lo fue a través de bastantes siglos hasta el periodo de Aviñon.
Pero la longa historia no muy probada o la leyenda une esta basílica a la familia imperial también por otros motivos. Parece ser que el emperador que legalizó a la Iglesia contrajo el terrible e incurable mal de la lepra y fue curado milagrosamente por san Silvestre; en agradecimiento por la recuperación de la salud, entregó los terrenos necesarios para construirla y se prestó a dar la ayuda económica pertinente. Esta es la razón de llamarla también "Constantiniana".
Se sabe que ya en el año 313 hubo en ella un sínodo porque la esposa de Constantino lo cedió al papa Milcíades; que el papa Dámaso fue ordenado en ella y que se dedicó el día 9 de Noviembre del año 324, dándole Silvestre el título de "El Salvador", hasta que en el siglo XIII se le añadieran los de San Juan Bautista y de San Juan Evangelista.
Este augusto templo ha sido la sede de muchos concilios -más de veinticinco- desde el siglo IV al XVI y, de ellos, cinco han sido ecuménicos.
Allí se firmó, ya en tiempos más cercanos, el Tratado de Letrán, el 11 de marzo de 1929, con el que Pío XI logró la libertad del papa de todo soberano temporal y con ello el libre ejercicio de su misión evangelizadora, firmándolo con Mussolini.
Esta basílica podría contar una larga serie histórica de virtudes, pero también habla de sacrilegios, saqueos, incendios, terremotos e incluso el abandono de sus papas sobre todo el tiempo del destierro de Aviñon. Buscando un sentido a esos hechos, uno se pregunta si no serán las fuerzas del infierno que se ponen de pie, rabiosas, con la intención de acabar con el templo de piedras que es símbolo del poder espiritual supremo e indefectible en la Iglesia. También hay que decir que tanto el Renacimiento como el barroco dejaron en ella su huella artística perenne y restauradora, y que Sixto V y León XIII la hicieron realmente suntuosa, por no hablar de que hasta allí fue Francisco de Asís en 1210 a solicitar del Papa Inocencio III la aprobación de su Orden.
Cuando con su consagración se dedica a Dios y a su culto, se indica que pasa a ser propiedad y sede de la Majestad divina; con esa ceremonia se indica que pasa a ser "la morada de Dios entre los hombres".
A los católicos, mirándola a ella, se nos hace próximo el misterio de la salvación, pareciéndonos actual aquella escena evangélica en la que Jesucristo llamó a aquel Zaqueo, agarrado a la rama de la higuera, que se siente interpelado por Dios para habitar en su casa y comer con él a pesar de ser sólo un pobre publicano despreciable y pecador.
Es como si el mismo Dios quisiera darnos a entender que, por medio de todo el culto que allí se realiza la Misa, que es el sacrificio redentor de la Cruz, con los sacramentos, con la escucha de su palabra que se hace actual por la predicación-, quisiera recordarnos su vehemente deseo a los hombres de incorporarnos a Él haciéndonos piedras vivas, bien unidas por la caridad, de su Esposa mística -la Iglesia-como las piedras físicas se unen en la construcción material de la basílica. De hecho, esta idea ya está expresada en el Apocalipsis cuando presenta a la Nueva Jerusalén.
Y ¿por qué no decirlo? La Basílica, con su grandeza y su miseria, es también un símbolo de la Iglesia de todos los tiempos donde hubo, hay y habrá persecuciones y flaquezas, intereses humanos y divinos, política, arte, espíritu, dogma y santidad.
sábado, 1 de noviembre de 2014
«Lo visible y lo invisible de la Iglesia no se oponen»,
“Quisiera hoy llevar una oración y traer cerca de nuestro corazón al pueblo mexicano que sufre por la desaparición de sus estudiantes y por tantos problemas parecidos. Que nuestro corazón de hermanos esté cerca de ellos orando en este momento”.
Esta ha sido la petición que el Papa ha expresado la mañana del miércoles 29 de octubre durante la audiencia general.
Lo ha hecho al finalizar el resumen de la catequesis que realiza él mismo en español.
También ha pedido una oración especial por los que sufren la enfermedad del ébola, “que se está difundiendo especialmente en el continente africano, sobre todo entre las poblaciones más desfavorecidas”.
Por eso, el Papa ha afirmado que “estoy cerca con el afecto y la oración a las personas afectadas, como también a los médicos, las enfermeras, voluntarios, institutos religiosos y asociaciones, que hacen todo lo posible para socorrer a estos nuestros hermanos y hermanas enfermos”.
Asimismo, Francisco ha renovado su llamamiento para que la comunidad internacional haga lo posible para vencer este virus aliviando el malestar y el sufrimiento de los que están siendo duramente probados. Y así, ha invitado “a rezar por ellos y por los que han perdido la vida”.
El Papa Francisco, una semana más, llegó a la plaza de San Pedro, despertando el entusiasmo de los fieles y peregrinos venidos de todas las partes del mundo.
Banderas de distintos países se agitaban al paso del jeep descubierto y se oían a la gente saludar y gritar ¡Francisco, Francisco! Mientras, el personal de seguridad, se encargaba de acercar a los niños hasta el papamóvil para que el Papa pudiera darles su bendición.
A pesar de que se empieza a sentir el frío, una gran multitud estaba presente en la plaza.
Como cada miércoles, el Pontífice ha seguido con la serie de catequesis que inició sobre la Iglesia. Ha hablado de la realidad visible y la realidad espiritual de la Iglesia.
Resumen que pronunció en español el Santo Padre
Queridos hermanos y hermanas: En otras ocasiones hemos hablado de la naturaleza espiritual de la Iglesia, como Cuerpo de Cristo edificado por el Espíritu Santo.
Hoy nos centramos en lo que pensamos habitualmente, en lo que se ve: es decir, sus estructuras, como la parroquia, las organizaciones, las personas que normalmente la guían. Pero esto no se limita a los obispos o a los clérigos, sino que comprende a todas las personas bautizadas que creen, esperan y aman, haciendo el bien en el nombre de Jesús, acercándolo así a la vida de los hermanos.
Por eso, lo visible y lo invisible de la Iglesia no se oponen, sino que se integran en la única Iglesia. Esto es un reflejo del misterio de la persona de Cristo, en la que su naturaleza divina es inseparable de su naturaleza humana, que se pone enteramente al servicio del plan divino de llevar a todos la redención y la salvación.
También la Iglesia, a través de su realidad visible, como los sacramentos, el testimonio y el anuncio, está llamada a hacerse cercana a cada persona, comenzando por los más pobres, los que sufren o los marginados, para que todos sientan la mirada compasiva y misericordiosa de Jesús.
La intercesión de la Virgen, el modelo de los santos
A continuación el Papa ha saludado con afecto a los peregrinos de lengua española, “en particular a los venidos de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Pidamos, por intercesión de la Virgen María, que comprendamos cómo, a pesar de nuestras debilidades, el Señor nos ha hecho instrumentos de su gracia y signo visible de su amor para toda la humanidad. Muchas gracias”.
Al finalizar, el Santo Padre ha dirigido un pensamiento especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, recordando que nos acercamos a la Solemnidad de todos los Santos. "Queridos jóvenes, mirad a los santos como modelos de vida; queridos enfermos, ofreced vuestro sufrimiento por los que necesitan conversión; y vosotros, queridos recién casados, cuidad el crecimiento en la fe en vuestra casa conyugal".
Rocío Lancho / Zenit
sábado, 25 de octubre de 2014
Amar a Dios y amar al prójimo
San Pablo deja todo por Cristo, se pone “de rodillas delante al Padre” que “tiene el poder de hacer mucho más de lo que le podamos pedir o pensar”. Lo dijo el Papa Francisco en su homilía de la misa matutina celebrada en la Casa Santa Marta comentando las palabras del apóstol Pablo. Asimismo recordó la oración de alabanza al Señor “que es como un mar sin playas, sin límites, un mar inmenso”. De este modo el apóstol de los gentiles pide al Padre, por todos nosotros, “para seamos poderosamente reforzados mediante su Espíritu”, y la gracia de la esperanza de Cristo para “crecer en la caridad”.
Ante nuestras pequeñeces, ante nuestros intereses egoístas, tantos, Pablo estalla en esta alabanza, en este act ...
sábado, 13 de septiembre de 2014
La corrección fraterna, ayuda a sanar
La corrección fraterna es un acto para curar el cuerpo de la Iglesia. Hay un agujero, allí, en el tejido de la Iglesia que es necesario remendar. Y así como las mamás y las abuelas, que cuando remiendan lo hacen con tanta delicadeza, así debe ser la corrección fraterna. Si tú no eres capaz de hacerla con amor, con caridad, en la verdad y con humildad, tú harás una ofensa, una destrucción al corazón de esa persona, tú harás una habladuría más, que hiere, y tú te transformarás en un ciego hipócrita, como dice Jesús. ‘Hipócrita, quita primero la viga de tu ojo….’. ¡Hipócrita! Reconoce que tú eres más pecador que el otro, pero que tú, como hermano, debes ayudar a corregir al otro.
Un signo que tal vez pu ...
sábado, 6 de septiembre de 2014
A los jóvenes estudiantes: sean protagonistas
La tarde del jueves 4 de septiembre se realizó la videoconferencia para el lanzamiento de la plataforma digital de Scholas Occurrentes; la "red mundial de escuelas para el encuentro" que reúne realidades educativas de diferentes culturas y religiones, impulsadas por el Papa Francisco.
En su mensaje el Papa habló a los jóvenes y subrayó el valor de la comunicación que construye puentes y sabe escuchar. El Santo Padre se comunicó a través de Internet con alumnos de diferentes países de los 5 continentes: Salvador, Sudáfrica, Turquía, Israel, Australia, Camerún, pertenecientes a la red de Scholas. El Papa respondió de modo intenso en una atmósfera de jovial simpatía y les dijo: “El futuro está en sus
sábado, 30 de agosto de 2014
Basta con las habladurías y las envidias.
“Pero la experiencia nos dice que son tantos los pecados contra la unidad. Y no pensamos sólo en las grandes herejías, en los cismas, pensemos en las faltas muy comunes en nuestras comunidades, en los pecados ‘parroquiales. En efecto, a veces, nuestras parroquias, llamadas a ser lugares de participación y de comunión, están tristemente marcadas por envidias, celos y antipatías. Y las habladurías están al alcance de todos: cuando se murmura en las parroquias”. El tema de la unidad en la Iglesia fue el protagonista de la catequesis del Papa Francisco en la última audiencia general de agosto. A los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice aclaró que la división de los discípulos de Crist ...
sábado, 23 de agosto de 2014
Jesús es el camino para encontrarnos a nosotros
“Jesús es el camino abierto ante cada hombre para encontrar a Dios, para entrare en relación y en comunión con Él, y así encontrarse verdaderamente a sí mismo”. Lo subrayó el Papa Francisco, al encontrarse el 20 de agosto en la Casa de Santa Marta con los miembros de la Obra de Nazaret, asociación internacional de fieles empeñada en obras apostólicas, caritativas y misioneras. De este encuentro con el Hijo de Dios, brota espontáneamente la alegría que – a su vez – se vuelve testimonio, apostolado. “El Papa Benedicto XVI – añadió el Pontífice en el curso de esta audiencia – nos decía que la Iglesia crece por atracción, es decir, por el testimonio y éste es el carácter más importante: salir y dar tes ...
lunes, 18 de agosto de 2014
La unidad de Corea, imposible para los hombres, es posible con la fuerza de la Cruz
SEÚL, 17 Ago. 14 / 08:21 pm (ACI/EWTN Noticias).-
El Papa Francisco presidió este lunes en la Catedral de Myeong-dong la Misa por la paz y la reconciliación, donde aseguró que la ansiada unidad en la península coreana -dividida por la guerra-, y que parece imposible para los hombres, es algo “posible y fructífero mediante la fuerza infinita” de la Cruz de Cristo.
“Mi visita culmina con esta celebración de la Misa, en la que imploramos a Dios la gracia de la paz y de la reconciliación. Esta oración tiene una resonancia especial en la península coreana. La Misa de hoy es sobre todo y principalmente una oración por la reconciliación en esta familia coreana”, afirmó el Santo Padre ante las más de mil personas reunidas en la Catedral.
En su homilía, Francisco recordó la promesa de Dios al pueblo de Israel de restaurarle la unidad y la prosperidad. “Esta promesa nos llena de esperanza: apunta a un futuro que Dios está preparando ya para nosotros”, aseguró a los coreanos, entre los cuales estaban cinco refugiados y otras 30 personas -entre sacerdotes, religiosas y laicos- originarios de Corea del Norte, así como siete mujeres que durante la Segunda Guerra Mundial fueron obligadas a prostituirse por el ejército japonés.
“Por otra parte –añadió el Papa-, esta promesa va inseparablemente unida a un mandamiento: el mandamiento de volver a Dios y obedecer de todo corazón a su ley. El don divino de la reconciliación, de la unidad y de la paz está íntimamente relacionado con la gracia de la conversión, una transformación del corazón que puede cambiar el curso de nuestra vida y de nuestra historia, como personas y como pueblo”.
Asimismo, indicó, “Jesús nos pide que creamos que el perdón es la puerta que conduce a la reconciliación. Diciéndonos que perdonemos a nuestros hermanos sin reservas, nos pide algo totalmente radical, pero también nos da la gracia para hacerlo”.
“Lo que desde un punto de vista humano parece imposible, irrealizable y, quizás, hasta inaceptable, Jesús lo hace posible y fructífero mediante la fuerza infinita de su cruz. La cruz de Cristo revela el poder de Dios que supera toda división, sana cualquier herida y restablece los lazos originarios del amor fraterno”, afirmó.
En ese sentido, llamó a los coreanos, especialmente a los católicos, a preguntarse “cómo es su contribución a la construcción de una sociedad justa y humana”, como individuos y como comunidad. Cristo, afirmó, les pide dar “testimonio de un compromiso evangélico en favor de los más desfavorecidos, los marginados, cuantos carecen de trabajo o no participan de la prosperidad de la mayoría”.
“Les pide, como cristianos y como coreanos, rechazar con firmeza una mentalidad fundada en la sospecha, en la confrontación y la rivalidad, y promover, en cambio, una cultura modelada por las enseñanzas del Evangelio y los más nobles valores tradicionales del pueblo coreano”.
“Este es el mensaje que les dejo como conclusión de mi visita a Corea. Tengan confianza en la fuerza de la cruz de Cristo”, expresó Francisco, que también les pidió a los fieles ser levadura del Reino de Dios en la península, colaborando en “espíritu de amistad y colaboración con otros cristianos, con los seguidores de otras religiones y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad”.
“Recemos para que surjan nuevas oportunidades de diálogo, de encuentro, para que se superen las diferencias”, invitó el Papa, “para que se extienda cada vez más la convicción de que todos los coreanos son hermanos y hermanas, miembros de una única familia, de un solo pueblo”.
La homilía completa puede leerse en http://www.aciprensa.com/noticias/texto-homilia-del-papa-en-la-misa-por-la-paz-y-reconciliacion-de-corea-64694/
sábado, 9 de agosto de 2014
Las Bienaventuranzas, son el camino a la felicidad
En las Bienaventuranzas se encuentra toda la novedad traída por Cristo: son el retrato de Jesús, su forma de vida; y son el camino hacia la verdadera felicidad para el hombre. Lo ha dicho el Papa Francisco esta mañana, en la catequesis de la Audiencia General llevada a cabo en el Aula Paolo VI, delante de más de seis mil fieles. Después de la pausa de julio, el Papa ha retomado las reflexiones sobre el origen y la misión de la Iglesia, hablando de la nueva alianza que Jesús establece con el don de su vida. Como Moisés en el Sinaí establece la alianza con Dios en virtud de los mandamientos recibidos, así Jesús, ha explicado el Papa, entrega en la colina a orillas del lago de Galilea, una enseñanza nuev ...
sábado, 2 de agosto de 2014
Francisco almuerza en la Curia Jesuita en Roma
En el día de San Ignacio de Loyola, el Papa Francisco quiso almorzar en la Curia General de los Jesuitas en Roma, a escasos metros del Vaticano.
domingo, 27 de julio de 2014
Los tweets más populares del Papa Francisco
Cada uno o dos días, el Papa Francisco publica un pequeño mensaje en su perfil de Twitter. Transmite su cercanía y sencillez también a través de la red. Sobre todo da consejos y pide oraciones a sus más de 14 millones de seguidores.
sábado, 19 de julio de 2014
El Papa, consternado por la catástrofe del avión derribado en Ucrania
El Papa ha recibido con consternación la noticia de la "catástrofe" del avión derribado el pasado jueves en la región ucraniana de Donetsk, a 50 kilómetros de la frontera con Rusia.
sábado, 12 de julio de 2014
La fe aumenta la perspectiva de la razón
Es justo que todos los pueblos tengan acceso a la investigación científica y a los beneficios que derivan, es el pedido del Papa hablando a los participantes al curso de verano organizado por el Observatorio Vaticano, que ha congregado a estudiosos de 23 países.
La Escuela de Astrofísica del Observatorio Vaticano se convierte así en un lugar donde los jóvenes del mundo dialogan, colaboran y se ayudan unos a otros en la búsqueda de la verdad que se realiza en este caso en el estudio de las galaxias. Esta iniciativa simple y concreta muestra cómo las ciencias pueden ser un instrumento adecuado y eficaz para promover la paz y la justicia. También por esto la Iglesia está comprometida en el diálogo con ...
sábado, 5 de julio de 2014
Jesús nos pide seguirlo hasta el final
"El testimonio debe ser sin condiciones". Lo ha dicho el Papa Francisco celebrando la memoria de los Protomártires de la Iglesia Romana, en la santa misa en la capilla de la Casa Santa Marta. El Papa ha subrayado lo concreto del testimonio cristiano, que "debe ser permanente, debe ser decidido". Ayer como hoy, Jesús nos pide seguirlo, hasta el final en la cruz, para regar a su Iglesia y para difundir la alegría y la esperanza del Evangelio. "Hoy en día hay tantos mártires en la Iglesia, muchos cristianos son perseguidos. Pensemos en el Medio Oriente, los cristianos que deben huir de las persecuciones, los cristianos asesinados por sus perseguidores. También los cristianos expulsados de manera elegante ...
sábado, 28 de junio de 2014
Visita al SC de María
¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a vencer la amenaza del mal, que tan fácilmente se arraiga en los corazones de los hombres de hoy y que con sus efectos inconmensurables pesa ya sobre la vida presente y da la impresión de cerrar el camino hacia el futuro.
sábado, 21 de junio de 2014
sábado, 3 de mayo de 2014
Mes de María con el Papa Francisco
El mes de mayo, florido y hermoso es una llamada a renovar nuestro cariño por la Virgen Madre. Pablo VI inició con la Marialis Cultus un nuevo mirar a la Virgen. Con él se inicia el camino que el Concilio Vaticano II. Fue, sobre todo, el Papa Juan Pablo II en su encíclica Redemptoris Mater quien baja a la Virgen
del pedestal y la pone a caminar con nosotros en su itinerario de fe.
Desde entonces, la sentimos más cerca en nuestro caminar. La Virgen
no ha perdido grandeza y está más cerca de sus hijos que caminan entre
luces y sombras como ella. Es bueno tener esa guía y ser conducidos por
su mano fuerte. La mano humana que condujo a Jesucristo por los caminos
de la vida.
El papa Francisco nos dejado una catequesis sobre la Virgen,
como modelo y e imagen de la iglesia que nos puede ayudar al comiendo
de este mes Parte el Papa de unas palabras del Cncilio Vaticano II, nº
63:”La madre de Dios es figura de la Iglesia, como ya enseñaba San Ambrosio: en el orden de la fe, del amor y de la unión perfecta de Cristo”
1º María modelo de fe- María es una muchacha judía que esperaba al redención d su
pueblo. Llevaba en su corazón un secreto que ni ella conocía
plenamente: Estaba destinada a ser Madre del redentor. Con su <<sí>> su vida se concentra en Cristo, su Hijo en quien se cumplen todas las promesas de Israel. “¿Cómo
vivió María esta fe? La vivió en la sencillez de las mil ocupaciones
cotidianas de cada mamá, como proveer al alimento, al vestido, a la
atención de la casa… Precisamente esta existencia normal de la Virgen fue el terreno donde se desarrolló una relación singular y un diálogo profundo entre ella y Dios, entre ella y su Hijo. El <<sí>>
de María, ya perfecto en su inicio creció hasta la hora de la cruz.
Allí, su maternidad se dilató abrazando a cada uno de nosotros, nuestra
vida, para guiarnos a su Hijo. María vivió siempre inmersa
en el misterio de dios hecho hombre, como su primera discípula,
meditando cada cosa en su corazón a la luz del Espíritu Santo, para
comprender y poner en práctica toda la voluntad de Dios”.
En
los momentos de dificultad, de prueba, de oscuridad, ¿la miramos a ella
como modelo de confianza en Dios, que quiere siempre y solo nuestro
bien?
2º María modelo de caridad. En
la visita a su prima Isabel no slo lleva ayuda material, le lleva a
Jesús. Es la alegría plena para aquel matrimonio que estaba contento con
el hijo llegado en la vejez. “La Vigen
quiere traernos también a nosotros, a todos nosotros, el gran don que
es Jesús; y con Él nos trae su amor, su paz, su alegría. Así la Iglesia es como María: la iglesia no es un negocio, no es una agencia humanitaria, la Iglesia
no es una ONG, la iglesia está enviada a llevar a todos a Cristo y su
Evangelio; no se lleva sí misma-sea pequeña, grande, fuerte o débil- , la Iglesia lleva a Jesús y debe ser como María cuando fue a visitar a Isabel. ¿Qué llevaba María? Jesús. La Iglesia lleva a Jesús: esto es el centro de la Iglesia, ¡llevar a Jesús! Si por hipótesis una vez sucediera que la Iglesia no lleva a Jesús, esa sería una Iglesia muerta. La Iglesia debe llevar la caridad de Jesús, el amor de Jesús”.
3º María modelo de unión con Cristo. Nos
marca el camino de unión con Cristo en la bonanza y en la dificultad.
Nuestra amistad con Él debe ser profunda. Amigos de Jesús hasta el
Calvario y la resurrección. “La vida de la Virgen Santa
fue la vida de una mujer de su pueblo: María oraba, trabajaba, iba ala
sinagoga…Pero cada acción se cumplía siempre en unión perfecta con
Jesús. Esta unión alcanza su culmen en el Calvario: aquí María se une al
Hijo en el martirio del corazón y en el ofrecimiento de la vida al padre para la salvación de la humanidad. La Virgen
hizo propio el dolor del Hijo y aceptó con Él la voluntad del padre, en
aquella obediencia que da fruto, que da verdadera victoria sobre el mal
y sobre la muerte”.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=35362
.
Plegaria de Confianza
Mayo: Mes de María
La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más
Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.
Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus creaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.
Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.
La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más
Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.
Por otro lado, todos saben que este mes es el ideal para estar al aire libre, rodeado de la belleza natural de nuestros campos. Precisamente por esto, porque todo lo que nos rodea nos debe recordar a nuestro Creador, este mes se lo dedicamos a la más delicada de todas sus creaturas: la santísima Virgen María, alma delicada que ofreció su vida al cuidado y servicio de Jesucristo, nuestro redentor.
Celebremos, invitando a nuestras fiestas a María, nuestra dulce madre del Cielo.
domingo, 6 de abril de 2014
El Papa en la homilía: no se puede enjaular la profecía
"El evangelio de hoy es claro, ¿no? Jesús se escondía, en estos últimos días, porque todavía no había llegado su hora; pero Él sabía cual habría sido su fin, cómo sería su fin. Y Jesús es perseguido desde el principio: recordemos cuando al inicio de su predicación regresa a su pueblo, va a la sinagoga y predica; inmediatamente después de una gran admiración inicial, empiezan: '¿Pero éste, sabemos de dónde es? ¿Este es uno de los nuestros? ¿Pero con qué autoridad viene a enseñarnos? ¿Dónde estudió?'. ¡Lo descalifican! Es el mismo discurso, ¿no? "¡Pero éste sabemos de dónde es! Cristo, en cambio, cuando vendrá nadie sabrá de dónde es!'. Descalificar al Señor, descalificar al profeta para quitarle la aut ...
sábado, 22 de febrero de 2014
Papa Francisco: anunciamos e.....
La Iglesia tiene necesidad de ustedes, de su colaboración y, por encima de todo, de su comunión, conmigo y entre ustedes. La Iglesia necesita su valor para anunciar el Evangelio en toda ocasión, oportuna e inoportunamente, y para dar testimonio de la verdad. Lo dijo el Papa en la homilía de la solemne ceremonia de creación de 19 nuevos cardenales, provenientes de todo el mundo. Rito culminado con la imposición de la birreta y la asignación de los títulos de las iglesias de Roma, como significado de la unión con el Obispo de Roma. En la homilía el Papa reiteró la cercanía espiritual con las comunidades eclesiales y con todos los cristianos que sufren discriminaciones y persecución. La Iglesia necesit ...
domingo, 16 de febrero de 2014
¿Por qué estorbaba Benedicto XVI?
Al cumplirse un año de la renuncia al pontificado del Papa Joseph Ratzinger, el padre Santiago Martín reivindica su figura no sólo por su hondura teológica y su valor frente a los enemigos de la Iglesia, sino también por su impresionante lucha contra la pederastia de algunos eclesiásticos, un combate que llevó hasta el extremo y que tan poco se le reconoce.
http://videos.religionenlibertad.com/video/rpaCliNhiN/Por-que-estorbaba-Benedicto-XVI
domingo, 9 de febrero de 2014
Sed mensajeros de la infinita e inagotable misericordia divina
Miles de familias del Camino neocatecumenal se reunieron con el Papa en el Aula Pablo VI del Vaticano. Las canciones y las voces y las risas de los niños amenizaron la espera hasta que llegó Francisco.
viernes, 31 de enero de 2014
Bergoglio, sobre su escuela salesiana: «Nos defendían tanto de la rebeldía como de la melancolía»
El diario LA RAZÓN reproduce una carta
inédita que Bergoglio escribió al padre Cayetano Bruno en 1990 y que
publica «L´Osservatore Romano». El joven Jorge Mario fue alumno de los
salesianos en el Colegio Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, en Ramos
Mejía (Argentina) y está muy agradecido a la formación cristiana
integral recibida en esos años. Este es el texto.
***
Acabo de terminar la relación de mis recuerdos sobro el P. Enrique Pozzoli. Ahora quiero completar mi promesa de escribirle algunos recuerdos de mi contacto con los Salesianos, tal como habíamos quedado.
Y comienzo con una anécdota un tanto volteriana. En 1976 mudamos la Curia Provincial a San Miguel. Comenzaban a llegar vocaciones nuevas y parecía conveniente que el Provincial estuviera cerca de la Casa de Formación.
Se volvió a reestructurar el programa de estudios: 2 años de juniorado (que habían desaparecido), la filosofía separada de la teología volvió a imponerse supliendo el «mejunje» de filosofía, y teología que se había llamado «currículum» en el que se comenzaba estudiando Hegel (sic!).
Estando en San Miguel vi las barriadas sin atención pastoral; eso me inquietó y comenzamos a atender a los niños; los sábados a la tarde enseñábamos catecismo, luego jugaban, etc. Caí en la cuenta de que los Profesos teníamos voto de enseñar la doctrina a ni niños y rudos, y comencé yo mismo a hacerlo junto a los estudiantes.
La cosa fue creciendo: se edificaron 5 Iglesias grandes, se movilizó organizadamente a los chicos de la zona... y sólamente sábados por la tarde y domingo a la mañana...
Entonces vino la acusación de que ése no era un apostolado propio de jesuitas; que yo había salesianizado (sic!) la formación.
Me acusan de ser un jesuita pro-salesiano, y quizás esto haga que mis recuerdos sean algo parciales... pero me quedo tranquilo porque mi interlocutor de este instante es un salesiano pro-jesuita, y él sabrá discernir las cosas.
No es raro que hable con cariño de los salesianos, pues mi familia se alimentó espiritualmente de los salesianos de San Carlos.
De chico aprendí a ir a la procesión de María Auxiliadora, y también a la de San Antonio de la Calle México. Cuando estaba en casa de mi abuela iba al Oratorio de San Francisco de Sales (mi encargado allí era el actual P. Alberto Della Torre, capellán de aviación).
Por supuesto que soy hincha de San Lorenzo (faltaba más) y hasta hace poco conservé una «Historia del Club San Lorenzo» escrita por el P. Mazza (según creo): se la mandé de regalo a Don Hugo Chantada, periodista católico de La Prensa, hincha furibundo de San Lorenzo. Él la tiene.
Desde chico conocí a los famosos Padres confesores de San Carlos: Montaldo, Punto, Carlos Scandroglio, Pozzoli. Y desde chico tenía en las manos la «Instrucción Religiosa» del P. Moret. Nos habían enseñado a pedir «la bendición de María Auxiliadora» cada vez que nos despedíamos de un salesiano.
Pero mi experiencia más fuerte con los salesianos fue en el año 1949, cuando cursé como interno el sexto grado en el Colegio Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, en Ramos Mejía. Era Director el P. Emilio Cantarutti; Consejero el P. Plácido Avilés; Catequista, el P. Isidoro Holowaty; Prefecto el P. Isidro Fueyo. En la Administración trabajaba el Coadjutor Sr. Fernández. De los clérigos me acuerdo del Sr. (Leonardo o Leandro) Cangiani y Rubén Veiga. Entre los Padres mayores estaban los PP. Usher, Lambruschini, Cingolani, etc.
Me cuesta hacer una descripción parcial de diversos aspectos del Colegio, simplemente porque muchas veces he reflexionado sobre ese año de vida y, poco a poco, se fue configurando la reflexión de conjunto, que es la que quisiera transmitir aquí. Soy consciente de que será algo intelectualizado quizá sin la frescura de la anécdota simple, pero –por otra parte– también sé que esta visión de conjunto es la que fui elaborando yo, y nace de mi experiencia: es objetiva a mi juicio.
La vida de Colegio era un «todo». Uno se sumergía en una trama de vida, preparada como para que no hubiera tiempo ocioso.
El día pasaba como una flecha sin que uno tuviera tiempo a aburrirse. Yo me sentía sumergido en un mundo, el cual si bien era preparado «artificialmente» (con recursos pedagógicos) no tenía nada de artificial.
Lo más natural era ir a Misa a la mañana, como tomar desayuno, estudiar, ir a clases, jugar en los recreos, escuchar las «Buenas Noches» del P. Director.
A uno le hacían vivir diversos aspectos ensamblados de la vida, y eso fue creando en mí una conciencia: conciencia no sólo moral sino también una especie de conciencia humana (social, lúdica, artística, etc.).
Dicho de otra manera: el Colegio creaba, a través del despertar de la conciencia en la verdad de las cosas, una cultura católica que nada tenía de «beata» o «despistada».
El estudio, los valores sociales de convivencia, las referencias sociales a los más necesitados (recuerdo haber aprendido allí a privarme de cosas para darlas a gente más pobre que yo), el deporte, la competencia, la piedad... todo era real, y todo forjaba hábitos que, en su conjunto, plasmaban un modo de ser cultural.
Se vivía en este mundo pero abierto a la trascendencia del otro mundo.
A mí me resultó muy fácil, luego en la secundaria, hacer la «transferencia» (en sentido psicopedagógico) a otras realidades. Y esto simplemente porque las realidades vividas en el Colegio las había vivido bien; sin distorsiones, con realismo, con sentido de responsabilidad y horizonte de trascendencia. Esta cultura católica es –a mi juicio– lo mejor que he recibido en Ramos Mejía.
Todas las cosas se hacían con un sentido. No había «sinsentidos» (al menos en el orden fundamental; porque accidentalmente había impaciencias de algún educador, o pequeñas injusticias cotidianas, etc.). Yo aprendí allí, inconscientemente casi, a buscar el sentido a las cosas.
Uno de los momentos claves de esto de aprender a buscar el sentido a las cosas eran las «Buenas Noches» que habitualmente daba el P. Director. A veces lo hacía el P. Inspector, cuando pasaba por el Colegio. Al respecto recuerdo una, como si fuera hoy, que dio Mons. Miguel Raspanti, Inspector en ese entonces.
Sería a principios de octubre del 49. Había viajado a Córdoba porque su mamá había muerto el 29 de septiembre. A su regreso nos habló de la muerte. Ahora, a los casi 54 años, reconozco que esa platiquita nocturna es el punto de referencia de toda mi vida posterior respecto al problema de la muerte.
Esa noche, sin sustos, sentí que algún día yo iba a morir, y eso me pareció lo más natural.
Cuando uno o dos años después me enteré de cómo había muerto el P. Isidoro Holowaty, cómo había aguantado por mortificación tantos días el dolor de vientre (él era enfermero) hasta que un miércoles, cuando el P. Pozzoli fue a confesar a los salesianos de allí, le ordenó que viera al médico, bueno al enterarme de esto me pareció lo más natural que un Salesiano muriera así, ejercitando virtudes.
Otra «Buenas Noches» que hizo mella fue una que dio el P. Cantarutti sobre la necesidad de pedir a la Santísima Virgen para acertar en la propia vocación. Recuerdo que esa noche fui rezando intensamente hasta el dormitorio (se debió notar algo porque dos días después el P. Avilés me hizo un comentario de paso)... y desde esa noche nunca me dormí sino rezando. Era un momento psicológicamente apto para dar sentido al día, y a las cosas.
En el Colegio aprendí a estudiar. Las horas de estudio, en silencio, creaban un hábito de concentración, de dominio de la dispersión, bastante fuerte. También, con ayuda de los Profesores, aprendí método de estudio, reglas nemotécnicas, etc.
El deporte era un aspecto fundamental de la vida. Se jugaba bien y mucho. Los valores que enseña el deporte (además de la sanidad de vida que crea) ya los conocemos. Tanto en el estudio como en el deporte tenía cierta importancia la dimensión de la competencia: nos enseñaban a competir bien y a competir en cristiano.
Con los años oí ciertas críticas a este aspecto competitivo de la vida... pero curiosamente las hacían cristianos «liberados» de ese aspecto pedagógico pero que en la vida diaria se sacaban los ojos compitiendo por dinero o por poder... y no competían en cristiano.
Una dimensión que creció mucho en mis años posteriores al año de Colegio fue mi capacidad de sentir bien; y me di cuenta que la base fue puesta en el año de internado. Allí me educaron el sentimiento. Los Salesianos tienen una especial habilidad para esto. No me refiero a la «sensiblería» sino al «sentimiento» como valor del corazón. No tener miedo a sentir y a decirse a sí mismo lo que uno está sintiendo.
La educación de la piedad era otra dimensión clave. Una piedad varonil, acomodada a la edad. Dentro de la piedad merece una especial mención la devoción a la Santísima Virgen. A mí me la grabaron a fuego... y, por lo que recuerdo, a mis compañeros también.
Y el recurso a nuestra Señora es clave para la vida. Va desde la conciencia de tener una Madre en el Cielo que me cuida hasta el rezo de las tres Avemarías, o del Rosario. Pero la Virgen ha quedado y no ha podido irse del cordón de nosotros.
También nos inculcaban, y quedaba grabado, un respeto y amor al Papa.
A veces he oído críticas sobre la «piedad» que se nos inculcaba en el Colegio (años después las oí), pero siempre son las consabidas cantinelas de aquel que no quiere ir a Misa porque en el Colegio lo obligaban, etc. Ésta es una crítica anacrónica porque se traslada al campo de la pedagogía de la piedad un problema puntual como es la rebeldía adolescente o juvenil.
Muy unido al amor y a la devoción a la Virgen Santísima estaba el amor a la pureza. Al respecto (y creo que respecto de todo el sistema preventivo de Don Bosco) hay una incomprensión muy grande. A mí me enseñaron a amar la pureza sin ningún tipo de enseñanza obsesiva. No había obsesión sexual en el Colegio, al menos el año que estuve yo.
Más obsesión sexual he encontrado más adelante en otros educadores o psicólogos que hacían ostensiblemente gala de un «laissez-passer» al respecto (pero que en el fondo interpretaban las conductas con una clave freudiana que olfataba sexo en todas partes).
Existía también lugar para los hobbys, trabajos de artesanía, inquietudes personales. P.ej. el P. Lambruschini nos ensenaba a cantar, con el P. Avilés aprendí a hacer un gelatógrafo y a usarlo; había un Padre ucraniano (P. Esteban) y los que queríamos aprendíamos a ayudarle con la misa en rito ucraniano... y así tantos recursos (teatro, armar campeonatos, actos académicos, taxidermia, etc.) que canalizaban hobbys e inquietudes. Se nos educaba en la creatividad.
¿Cómo manejaban las crisis nuestros educadores? Nos hacían sentir que podíamos confiar, que nos querían; sabían escuchar, nos daban buenos consejos, oportunos... y nos defendían tanto de la rebeldía como de la melancolía.
Todas estas cosas configuraban una cultura católica.
A mí me prepararon bien para el secundario y para la vida.
Nunca (al menos en lo que recuerdo) se negociaba una verdad. El caso más típico era el del pecado. Es parte de la cultura católica el sentido del pecado... y allí en el Colegio lo que yo traía de mi casa en este sentido se fortaleció, tomó cuerpo.
Uno después podía hacerse el rebelde, el ateo, pero en el fondo estaba grabado el sentido del pecado; una verdad que no se tiraba por la borda, para hacerlo todo más fácil.
Hablo de cultura católica porque todo lo que hacíamos y aprendíamos también tenía, una unidad armoniosa. No se nos «parcializaba», sino que una cosa se refería a la otra y se complementaban. Inconscientemente uno se sentía creciendo en armonía, lo cual por supuesto no podía explicitarlo en ese momento, pero luego sí. Y, por otra parte, todo era de un realismo contundente.
No quisiera caer en la psicología del ex alumno, una actitud nostalgiosa, proustiana, donde la memoria selecciona partes de la vida color de rosa y niega las cosas más limitadas o deficientes. En el Colegio hubo fallos, pero la estructura educacional no estaba fallada. Por ello –con los años– va quedando lo sólido de esa educación, y lo sólido que queda es positivo.
Es lo que acabo de describir en los párrafos anteriores. Bebía cosas en el año 1949 que no son viables para 1990... pero estoy convencido de que el acerbo cultural salesiano de 1949, ese acerbo pedagógico, es capaz de crear en sus alumnos una cultura católica también en 1990, como fue capaz de hacerlos en 1930.
Digo esto porque hacia fines del año pasado me sucedió algo que me dejó triste. Un Padre Salesiano, a quien aprecio mucho, me dijo en una conversación que estaban pensando dejar algunos Colegios en manos de los laicos. Le pregunté si era por falta de vocaciones. En parte, me dijo, era ésa la razón porque los jóvenes salesianos no querían trabajar en Colegios, no se sienten atraídos por ese apostolado. Yo le dije que sucedía todo lo contrario con los jóvenes jesuitas; éstos quieren trabajar en Colegios... y no son nada conservadores.
Más todavía: en los últimos 18 años la Provincia Argentina de la Compañía había abierto varios Colegios, usando la figura de Colegio Parroquial. Siendo yo Rector del Máximo, se abrieron dos Colegios en los predios del Máximo: uno de educación técnica y otro de educación del adulto. Y ahora se acaba de abrir un tercero allí mismo: primario y secundario. Le dije también al padre que más que problema de los jóvenes me parecía que era problema de cómo se formaba a los jóvenes... y que vieran si por allí no estaría el fallo.
Ese Padre también me dijo que otra razón era la de «hacer un gesto de inserción» (sic!) en las barriadas, y por ello se entregarían los Colegios, o algunos. Que era una «opción» pastoral. Frente a esto no pude sino pensar en los salesianos que conocí en el Colegio: no sé si «hacían gestos de inserción», pero que se deslomaban todo el día, y ni tiempo para dormir la siesta tenían, eso sí lo sé.
Si esos hombres que yo conocí en el Colegio –y con esta reflexión termino– pudieron crear una «cultura católica» fue porque tenían fe. Creían en Jesucristo, y –un poco por fe y otro poco por caraduras– se animaban a «predicar»: con la palabra, con sus vidas, con su trabajo.
No tenían vergüenza de cachetearnos con el lenguage de la cruz de Jesús, que es vergüenza y locura para otros.
Me pregunto: cuando una obra languidece y pierde su sabor y su capacidad de leudar la masa, ¿no será más bien porque Jesucristo fue suplido por otro tipo de opciones: psicologistas, sociologistas, pastoralistas? No quiero ser simplista en esto, pero no dejo de preocuparme por el hecho de que –por hacer gestos radicales de inserción social– se abandone la adhesión a Jesucristo vivo y la consiguiente inserción en cualquier medio ambiental, incluso el educativo, para construir una cultura católica.
Jorge Mario Bergoglio, escrito en 1990
http://www.religionenlibertad.com/contactar.asp?idarticulo=33653
***
Acabo de terminar la relación de mis recuerdos sobro el P. Enrique Pozzoli. Ahora quiero completar mi promesa de escribirle algunos recuerdos de mi contacto con los Salesianos, tal como habíamos quedado.
Y comienzo con una anécdota un tanto volteriana. En 1976 mudamos la Curia Provincial a San Miguel. Comenzaban a llegar vocaciones nuevas y parecía conveniente que el Provincial estuviera cerca de la Casa de Formación.
Se volvió a reestructurar el programa de estudios: 2 años de juniorado (que habían desaparecido), la filosofía separada de la teología volvió a imponerse supliendo el «mejunje» de filosofía, y teología que se había llamado «currículum» en el que se comenzaba estudiando Hegel (sic!).
Estando en San Miguel vi las barriadas sin atención pastoral; eso me inquietó y comenzamos a atender a los niños; los sábados a la tarde enseñábamos catecismo, luego jugaban, etc. Caí en la cuenta de que los Profesos teníamos voto de enseñar la doctrina a ni niños y rudos, y comencé yo mismo a hacerlo junto a los estudiantes.
La cosa fue creciendo: se edificaron 5 Iglesias grandes, se movilizó organizadamente a los chicos de la zona... y sólamente sábados por la tarde y domingo a la mañana...
Entonces vino la acusación de que ése no era un apostolado propio de jesuitas; que yo había salesianizado (sic!) la formación.
Me acusan de ser un jesuita pro-salesiano, y quizás esto haga que mis recuerdos sean algo parciales... pero me quedo tranquilo porque mi interlocutor de este instante es un salesiano pro-jesuita, y él sabrá discernir las cosas.
No es raro que hable con cariño de los salesianos, pues mi familia se alimentó espiritualmente de los salesianos de San Carlos.
De chico aprendí a ir a la procesión de María Auxiliadora, y también a la de San Antonio de la Calle México. Cuando estaba en casa de mi abuela iba al Oratorio de San Francisco de Sales (mi encargado allí era el actual P. Alberto Della Torre, capellán de aviación).
Por supuesto que soy hincha de San Lorenzo (faltaba más) y hasta hace poco conservé una «Historia del Club San Lorenzo» escrita por el P. Mazza (según creo): se la mandé de regalo a Don Hugo Chantada, periodista católico de La Prensa, hincha furibundo de San Lorenzo. Él la tiene.
Desde chico conocí a los famosos Padres confesores de San Carlos: Montaldo, Punto, Carlos Scandroglio, Pozzoli. Y desde chico tenía en las manos la «Instrucción Religiosa» del P. Moret. Nos habían enseñado a pedir «la bendición de María Auxiliadora» cada vez que nos despedíamos de un salesiano.
Pero mi experiencia más fuerte con los salesianos fue en el año 1949, cuando cursé como interno el sexto grado en el Colegio Wilfrid Barón de los Santos Ángeles, en Ramos Mejía. Era Director el P. Emilio Cantarutti; Consejero el P. Plácido Avilés; Catequista, el P. Isidoro Holowaty; Prefecto el P. Isidro Fueyo. En la Administración trabajaba el Coadjutor Sr. Fernández. De los clérigos me acuerdo del Sr. (Leonardo o Leandro) Cangiani y Rubén Veiga. Entre los Padres mayores estaban los PP. Usher, Lambruschini, Cingolani, etc.
Me cuesta hacer una descripción parcial de diversos aspectos del Colegio, simplemente porque muchas veces he reflexionado sobre ese año de vida y, poco a poco, se fue configurando la reflexión de conjunto, que es la que quisiera transmitir aquí. Soy consciente de que será algo intelectualizado quizá sin la frescura de la anécdota simple, pero –por otra parte– también sé que esta visión de conjunto es la que fui elaborando yo, y nace de mi experiencia: es objetiva a mi juicio.
La vida de Colegio era un «todo». Uno se sumergía en una trama de vida, preparada como para que no hubiera tiempo ocioso.
El día pasaba como una flecha sin que uno tuviera tiempo a aburrirse. Yo me sentía sumergido en un mundo, el cual si bien era preparado «artificialmente» (con recursos pedagógicos) no tenía nada de artificial.
Lo más natural era ir a Misa a la mañana, como tomar desayuno, estudiar, ir a clases, jugar en los recreos, escuchar las «Buenas Noches» del P. Director.
A uno le hacían vivir diversos aspectos ensamblados de la vida, y eso fue creando en mí una conciencia: conciencia no sólo moral sino también una especie de conciencia humana (social, lúdica, artística, etc.).
Dicho de otra manera: el Colegio creaba, a través del despertar de la conciencia en la verdad de las cosas, una cultura católica que nada tenía de «beata» o «despistada».
El estudio, los valores sociales de convivencia, las referencias sociales a los más necesitados (recuerdo haber aprendido allí a privarme de cosas para darlas a gente más pobre que yo), el deporte, la competencia, la piedad... todo era real, y todo forjaba hábitos que, en su conjunto, plasmaban un modo de ser cultural.
Se vivía en este mundo pero abierto a la trascendencia del otro mundo.
A mí me resultó muy fácil, luego en la secundaria, hacer la «transferencia» (en sentido psicopedagógico) a otras realidades. Y esto simplemente porque las realidades vividas en el Colegio las había vivido bien; sin distorsiones, con realismo, con sentido de responsabilidad y horizonte de trascendencia. Esta cultura católica es –a mi juicio– lo mejor que he recibido en Ramos Mejía.
Todas las cosas se hacían con un sentido. No había «sinsentidos» (al menos en el orden fundamental; porque accidentalmente había impaciencias de algún educador, o pequeñas injusticias cotidianas, etc.). Yo aprendí allí, inconscientemente casi, a buscar el sentido a las cosas.
Uno de los momentos claves de esto de aprender a buscar el sentido a las cosas eran las «Buenas Noches» que habitualmente daba el P. Director. A veces lo hacía el P. Inspector, cuando pasaba por el Colegio. Al respecto recuerdo una, como si fuera hoy, que dio Mons. Miguel Raspanti, Inspector en ese entonces.
Sería a principios de octubre del 49. Había viajado a Córdoba porque su mamá había muerto el 29 de septiembre. A su regreso nos habló de la muerte. Ahora, a los casi 54 años, reconozco que esa platiquita nocturna es el punto de referencia de toda mi vida posterior respecto al problema de la muerte.
Esa noche, sin sustos, sentí que algún día yo iba a morir, y eso me pareció lo más natural.
Cuando uno o dos años después me enteré de cómo había muerto el P. Isidoro Holowaty, cómo había aguantado por mortificación tantos días el dolor de vientre (él era enfermero) hasta que un miércoles, cuando el P. Pozzoli fue a confesar a los salesianos de allí, le ordenó que viera al médico, bueno al enterarme de esto me pareció lo más natural que un Salesiano muriera así, ejercitando virtudes.
Otra «Buenas Noches» que hizo mella fue una que dio el P. Cantarutti sobre la necesidad de pedir a la Santísima Virgen para acertar en la propia vocación. Recuerdo que esa noche fui rezando intensamente hasta el dormitorio (se debió notar algo porque dos días después el P. Avilés me hizo un comentario de paso)... y desde esa noche nunca me dormí sino rezando. Era un momento psicológicamente apto para dar sentido al día, y a las cosas.
En el Colegio aprendí a estudiar. Las horas de estudio, en silencio, creaban un hábito de concentración, de dominio de la dispersión, bastante fuerte. También, con ayuda de los Profesores, aprendí método de estudio, reglas nemotécnicas, etc.
El deporte era un aspecto fundamental de la vida. Se jugaba bien y mucho. Los valores que enseña el deporte (además de la sanidad de vida que crea) ya los conocemos. Tanto en el estudio como en el deporte tenía cierta importancia la dimensión de la competencia: nos enseñaban a competir bien y a competir en cristiano.
Con los años oí ciertas críticas a este aspecto competitivo de la vida... pero curiosamente las hacían cristianos «liberados» de ese aspecto pedagógico pero que en la vida diaria se sacaban los ojos compitiendo por dinero o por poder... y no competían en cristiano.
Una dimensión que creció mucho en mis años posteriores al año de Colegio fue mi capacidad de sentir bien; y me di cuenta que la base fue puesta en el año de internado. Allí me educaron el sentimiento. Los Salesianos tienen una especial habilidad para esto. No me refiero a la «sensiblería» sino al «sentimiento» como valor del corazón. No tener miedo a sentir y a decirse a sí mismo lo que uno está sintiendo.
La educación de la piedad era otra dimensión clave. Una piedad varonil, acomodada a la edad. Dentro de la piedad merece una especial mención la devoción a la Santísima Virgen. A mí me la grabaron a fuego... y, por lo que recuerdo, a mis compañeros también.
Y el recurso a nuestra Señora es clave para la vida. Va desde la conciencia de tener una Madre en el Cielo que me cuida hasta el rezo de las tres Avemarías, o del Rosario. Pero la Virgen ha quedado y no ha podido irse del cordón de nosotros.
También nos inculcaban, y quedaba grabado, un respeto y amor al Papa.
A veces he oído críticas sobre la «piedad» que se nos inculcaba en el Colegio (años después las oí), pero siempre son las consabidas cantinelas de aquel que no quiere ir a Misa porque en el Colegio lo obligaban, etc. Ésta es una crítica anacrónica porque se traslada al campo de la pedagogía de la piedad un problema puntual como es la rebeldía adolescente o juvenil.
Muy unido al amor y a la devoción a la Virgen Santísima estaba el amor a la pureza. Al respecto (y creo que respecto de todo el sistema preventivo de Don Bosco) hay una incomprensión muy grande. A mí me enseñaron a amar la pureza sin ningún tipo de enseñanza obsesiva. No había obsesión sexual en el Colegio, al menos el año que estuve yo.
Más obsesión sexual he encontrado más adelante en otros educadores o psicólogos que hacían ostensiblemente gala de un «laissez-passer» al respecto (pero que en el fondo interpretaban las conductas con una clave freudiana que olfataba sexo en todas partes).
Existía también lugar para los hobbys, trabajos de artesanía, inquietudes personales. P.ej. el P. Lambruschini nos ensenaba a cantar, con el P. Avilés aprendí a hacer un gelatógrafo y a usarlo; había un Padre ucraniano (P. Esteban) y los que queríamos aprendíamos a ayudarle con la misa en rito ucraniano... y así tantos recursos (teatro, armar campeonatos, actos académicos, taxidermia, etc.) que canalizaban hobbys e inquietudes. Se nos educaba en la creatividad.
¿Cómo manejaban las crisis nuestros educadores? Nos hacían sentir que podíamos confiar, que nos querían; sabían escuchar, nos daban buenos consejos, oportunos... y nos defendían tanto de la rebeldía como de la melancolía.
Todas estas cosas configuraban una cultura católica.
A mí me prepararon bien para el secundario y para la vida.
Nunca (al menos en lo que recuerdo) se negociaba una verdad. El caso más típico era el del pecado. Es parte de la cultura católica el sentido del pecado... y allí en el Colegio lo que yo traía de mi casa en este sentido se fortaleció, tomó cuerpo.
Uno después podía hacerse el rebelde, el ateo, pero en el fondo estaba grabado el sentido del pecado; una verdad que no se tiraba por la borda, para hacerlo todo más fácil.
Hablo de cultura católica porque todo lo que hacíamos y aprendíamos también tenía, una unidad armoniosa. No se nos «parcializaba», sino que una cosa se refería a la otra y se complementaban. Inconscientemente uno se sentía creciendo en armonía, lo cual por supuesto no podía explicitarlo en ese momento, pero luego sí. Y, por otra parte, todo era de un realismo contundente.
No quisiera caer en la psicología del ex alumno, una actitud nostalgiosa, proustiana, donde la memoria selecciona partes de la vida color de rosa y niega las cosas más limitadas o deficientes. En el Colegio hubo fallos, pero la estructura educacional no estaba fallada. Por ello –con los años– va quedando lo sólido de esa educación, y lo sólido que queda es positivo.
Es lo que acabo de describir en los párrafos anteriores. Bebía cosas en el año 1949 que no son viables para 1990... pero estoy convencido de que el acerbo cultural salesiano de 1949, ese acerbo pedagógico, es capaz de crear en sus alumnos una cultura católica también en 1990, como fue capaz de hacerlos en 1930.
Digo esto porque hacia fines del año pasado me sucedió algo que me dejó triste. Un Padre Salesiano, a quien aprecio mucho, me dijo en una conversación que estaban pensando dejar algunos Colegios en manos de los laicos. Le pregunté si era por falta de vocaciones. En parte, me dijo, era ésa la razón porque los jóvenes salesianos no querían trabajar en Colegios, no se sienten atraídos por ese apostolado. Yo le dije que sucedía todo lo contrario con los jóvenes jesuitas; éstos quieren trabajar en Colegios... y no son nada conservadores.
Más todavía: en los últimos 18 años la Provincia Argentina de la Compañía había abierto varios Colegios, usando la figura de Colegio Parroquial. Siendo yo Rector del Máximo, se abrieron dos Colegios en los predios del Máximo: uno de educación técnica y otro de educación del adulto. Y ahora se acaba de abrir un tercero allí mismo: primario y secundario. Le dije también al padre que más que problema de los jóvenes me parecía que era problema de cómo se formaba a los jóvenes... y que vieran si por allí no estaría el fallo.
Ese Padre también me dijo que otra razón era la de «hacer un gesto de inserción» (sic!) en las barriadas, y por ello se entregarían los Colegios, o algunos. Que era una «opción» pastoral. Frente a esto no pude sino pensar en los salesianos que conocí en el Colegio: no sé si «hacían gestos de inserción», pero que se deslomaban todo el día, y ni tiempo para dormir la siesta tenían, eso sí lo sé.
Si esos hombres que yo conocí en el Colegio –y con esta reflexión termino– pudieron crear una «cultura católica» fue porque tenían fe. Creían en Jesucristo, y –un poco por fe y otro poco por caraduras– se animaban a «predicar»: con la palabra, con sus vidas, con su trabajo.
No tenían vergüenza de cachetearnos con el lenguage de la cruz de Jesús, que es vergüenza y locura para otros.
Me pregunto: cuando una obra languidece y pierde su sabor y su capacidad de leudar la masa, ¿no será más bien porque Jesucristo fue suplido por otro tipo de opciones: psicologistas, sociologistas, pastoralistas? No quiero ser simplista en esto, pero no dejo de preocuparme por el hecho de que –por hacer gestos radicales de inserción social– se abandone la adhesión a Jesucristo vivo y la consiguiente inserción en cualquier medio ambiental, incluso el educativo, para construir una cultura católica.
Jorge Mario Bergoglio, escrito en 1990
http://www.religionenlibertad.com/contactar.asp?idarticulo=33653
sábado, 25 de enero de 2014
Papa Francisco: las mujeres son fundamentales en la Iglesia
Al recibir al Centro Italiano Femenino, el Papa Francisco manifestó su deseo de que se abran ulteriores espacios de presencia y actividades de las mujeres, tanto en el ámbito eclesial como civil y de las profesiones. Si en el mundo del trabajo y en la esfera pública es importante la aportación más incisiva del genio femenino -- dijo -- esta aportación sigue siendo imprescindible en el ámbito de la familia, que para nosotros los cristianos no es simplemente un lugar privado, sino esa "Iglesia doméstica", cuya alud y prosperidad es condición para la salud y prosperidad de la Iglesia y de la misma sociedad. Por lo tanto, la presencia de la mujer en el ámbito doméstico se revela más necesaria que nunca par ...
sábado, 11 de enero de 2014
No debemos ser cristianos de esperanza débil
Quien confiesa bien la fe, y toda la fe, tiene la capacidad de adorar a Dios dijo el Papa en la homilía de esta mañana. "El hombre o la mujer que tiene fe se encomienda a Dios: ¡se encomienda! Pablo, en un momento oscuro de su vida, decía: 'Yo sé bien a quién me he encomendado'. ¡A Dios! ¡Al Señor Jesús! Encomendarse: y esto nos lleva a la esperanza. Así como la confesión de la fe nos lleva a la adoración y a la alabanza de Dios, el encomendarse a Dios nos lleva a una actitud de esperanza. Hay tantos cristianos con una esperanza con demasiada agua, no fuerte: una esperanza débil. ¿Por qué? Porque no tienen la fuerza y el coraje de encomendarse al Señor. Pero si nosotros los cristianos creemos confesan ...
domingo, 5 de enero de 2014
Dios a través de María cuida a la humanidad
La bendición de Dios a la humanidad se cumplió en María. Lo dijo el Papa Francisco en su homilía del 1° de enero, fiesta de la Madre de Dios. La Madre del Redentor nos precede y continuamente nos confirma en la fe, en la vocación y en la misión. Con su ejemplo de humildad y de disponibilidad a la voluntad de Dios nos ayuda a traducir nuestra fe en un anuncio del Evangelio gozoso y sin fronteras. De este modo, nuestra misión será fecunda y modelada según la maternidad de María. A Ella le encomendamos nuestro itinerario de fe, los deseos de nuestro corazón, nuestras necesidades, las necesidades del mundo entero, especialmente el hambre y la sed de justicia y de paz; y la invocamos todos juntos: ¡Santa M ...
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