«Es siempre actual, porque realmente Cristo es ayer, hoy y para siempre»
CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 16 enero 2008 (ZENIT.org).-
Benedicto XVI invita a leer las obras de san Agustín de Hipona, uno de sus autores preferidos, porque en estos escritos «le encontramos vivo».
«Cuando leo los escritos de san Agustín no tengo la impresión de que sea un hombre muerto hace más o menos mil seiscientos años, sino que lo siento como un hombre de hoy: un amigo, un contemporáneo que me habla, que nos habla con su fe fresca y actual», confiesa el Papa.
Lo explicó a los miles de peregrinos que participaron en la audiencia general, en el aula Pablo VI del Vaticano, en la que por segundo miércoles consecutivo dedicó su intervención al obispo (354 - 430) considerado como uno de los cuatro más importantes Padres de la Iglesia latina.
Joseph Ratzinger, quien defendió su tesis doctoral precisamente sobre san Agustín, dedicó su intervención a recordar los cuatro últimos años su vida, en particular sus últimas horas, transcurridas entre las invasiones de los bárbaros, el estudio, la oración y la penitencia.
Para sintetizar la vida del santo, el Papa recurrió a una cita de su biógrafo, Posidio, en la que dice: «Dejó a la Iglesia un clero muy numeroso, así como monasterios de hombres y de mujeres llenos de personas dedicadas a la continencia y a la obediencia de sus superiores, junto con las bibliotecas que contenían los libros y discursos de él y de otros santos, por los que se conoce cuál ha sido por gracia de Dios su mérito y su grandeza en la Iglesia, y en los cuales los fieles siempre le encuentran vivo».
«Es un juicio al que podemos asociarnos: en sus escritos también nosotros le "encontramos vivo"», explicó el Papa.
«En san Agustín que nos habla --me habla a mí en sus escritos--, vemos la actualidad permanente de su fe, de la fe que viene de Cristo, del Verbo Eterno Encarnado, Hijo de Dios e Hijo del hombre», indicó el Santo Padre.
«Y podemos ver que esta fe no es de ayer, aunque haya sido predicada ayer; es siempre actual, porque realmente Cristo es ayer, hoy y para siempre. Él es el Camino, la Verdad y la Vida», añadió.
«De este modo, san Agustín nos anima a confiar en este Cristo siempre vivo y a encontrar así el camino de la vida», concluyó.
Las meditaciones sobre el santo de Hipona forman parte de la serie de intervenciones sobre los grandes personajes de los orígenes de la Iglesia que el obispo de Roma está ofreciendo en sus encuentros con los fieles de los miércoles.